El valle de Arbás está formado por varios pequeños pueblos en un ambiente tremendamente tranquilo. Para entrar, hay que ir a Villamanín y allí girar a la izquierda y entrar en el valle. Se pasan varios pequeños pueblos como Rodiezmo o Casares de Arbás. Estos pueblos no están preparados para coches y hay que pasar por en medio, por calles estrechas y tortuosas, con gallinas y perros por en medio.
Aunque cuesta lo suyo me introduzco en el último pueblo del valle llamado Cubillas de Arbás.
Llego hasta la iglesia que, como en muchos pueblos de estos no está en el centro sino en una zona elevada. Desde allí se puede subir hacia las laderas de la cornisa cantábrica que en esta zona tienen una cierta belleza por su aspecto pedregoso y empinado así como por las nubes que intentan pasar desde el lado de Asturias.
La idea era ver un poco el camino a seguir para llegar a las Tres Marías. Estos son tres picos casi verticales pero con una gran belleza. Están entre los diez más bonitos de la provincia de León.
Pero lo que no me di cuenta esa tarde es que las Tres Marías están en el pueblo anterior que es Casares de Arbás. La mole que asoma en Cubillas es otra.
De todas formas me di un buen paseo por una empinada ladera.
Tuve ocasión de ver distintos rebaños de vacas lecheras que en esta zona abundan. Destaca esa foto con dos terneros mamando, con avaricia, de una misma vaca. También vi un corzo que corría cerca del pueblo.
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