Observaciones a este blog

OBSERVACIONES A ESTE BLOG:
+13-12-20. Tras un periodo largo en el que me he quitado el cansancio que tenía del montaje de mis excursiones, vuelvo a sacar nuevas. Voy a ir hacia atrás sacandolas por lo que hay que estar al tanto.
+ 11-12-25. Los distintos artículos que aquí publico están ordenados por la fecha en la que ocurrió la excursión o acontecimiento. La falta de tiempo, a la que todos estamos sometidos, hace que publique excursiones bastante más tarde de cuando se realizaron. Eso da lugar a que parezca que en la página no se publica nada nuevo pero se están incluyendo artículos en fechas pasadas. Ruego a mis seguidores fieles que repasen un poco los meses y años pasados en busca de artículos que no han leído.

lunes, 17 de diciembre de 2007

07-12-17 Pico Montihuero (León).

            Aunque es lunes es un día de fiesta por convenio. Así que no desaprovecho la ultima oportunidad de este año de subir a algún pico de la cornisa Cantábrica antes de irme de vacaciones para Valencia.
            Así que salgo temprano en dirección a Babia. La noche ha estado despejada y el frío es intenso, -13 ºC en Huergas y por el camino llego hasta –16 ºC. Tengo que ir con cuidado por las carreteras por si hay hielo pero hace tanto que no llueve que está todo muy seco. Al final llego a Torre de Babia y dejo el coche. En estos momentos el termómetro marca –14 ºC a pesar de que es sobre las 9 h 30’ de la mañana.
            Empiezo a caminar internándome por un valle a través de una pista. Sigo la ruta que he grabado en el GPS procedente de internet. Todo está helado, el suelo está duro y las montañas ocultan el sol. Al final el camino sube y llego a una zona soleada que da gusto, pero pronto me meto en la ladera norte de la montaña que voy a ascender y la nieve empieza a hacer acto de presencia. Todo el suelo se va poniendo blanco hasta cubrirse todo de un fino tapiz blanco que en algunos sitios llega al palmo.
            Me acerco a la impresionante pared vertical norte del pico Montihuero. Allí aparece la laguna de las Verdes. Ahora está congelada.



            Allí hay una inclinada pedriza que corta la pared de la sierra. Por ella hay que ascender. El camino se hace difícil entre las piedras y la nieve. Sin embargo consigo llegar al final de esta pedriza. Allí se puede ir por un valle que surge a la derecha o por unas canales muy empinadas que aparecen a la izquierda. La ruta del GPS indica por una de estas canales.



            Empiezo a subir. Está empinadísima y la nieve la hace muy dificultosa. Al final se abre una ladera para llegar a un collado ya cerca del pico. En esta ladera hay bastante nieve acumulada y está muy dura. Un resbalón en esta zona podía producir que uno se fuera hacia abajo hasta no se sabe donde. Por ello a pesar que lo intento desisto por el peligro. Yo creo que apenas me quedarían un centenar de metros para la cumbre pero hay que saber echar para atrás cuando es necesario.



            El descenso no es más fácil que la subida. Hay que ir con mucho cuidado de no bajar rodando. A pesar de ello por las piedras y la nieve tengo un par de buenas caídas. Después de llegar a la laguna ya solo queda una larga caminata.
            Cerca del pueblo encuentro junto al camino una pequeña casa con un pequeño salto de agua. También cerca hay un pequeño molino. No es extraño encontrar fábricas de luz en estos pueblos donde la abundancia de agua y desniveles lo permitía.




domingo, 16 de diciembre de 2007

07-12-16 Gijón (Asturias).

             No sabía muy bien para donde tirar y decidí bajar a pasar el día en Gijón. Como siempre voy buscando un espacio alternativo, fuera de ruta, lo que encuentro en internet que me gusta.
            Así que nada mas llegar a la población me dirijo hacia la zona arqueológica de Campa Torres. Es un montículo que llega hasta el mar formando el cabo del mismo nombre. En otra ocasión fui para allá pero no encontré la subida al montículo. Esta vez la busque en Google Earth y ya iba con la idea. Así que no me costó subir.
            Gijón es un lugar contradictorio. Por un lado está en una zona preciosa ocupando una doble bahía entre dos montículos. El verde llega hasta la misma orilla del mar. Por otro lado las edificaciones industriales lo llenan todo y eso que según dice ya no es la ciudad industrial que fue.
            El montículo de Campa Torres justo antes de donde empieza las ruinas del castro está ocupado por una enorme instalación de depósitos de gas que se ven desde toda la ciudad. No se si estallara uno de esos depósitos cuantos cristales quedarían sanos en la población. A partir de los depósitos empieza el enorme prado que ocupan las ruinas aunque apenas están excavadas. Por lo menos esta perfectamente cuidado el lugar y forma un estupendo lugar de esparcimiento y paseo.



            Fue un castro astur anterior a la dominación romana. Posteriormente el lugar fue abandonado y la ciudad romana se instaló en el pequeño peñón que forma la Cimadevilla o centro de Gijón. El sitio era ideal para la protección pues la muralla cerraba el montículo y el resto son acantilados que dan al mar. La muralla está excavada y bastante entera. Sin embargo de la población apenas hay unas pocas casas cuando toda la enorme explanada debía estar llena.



            Tan bonito como ver el prado resulta ver la ciudad a su lado Este, y el puerto del Musel a sus pies. Al otro lado, hacia el oeste hay un pequeño valle ocupado por una macroinstalación espectacular de almacenaje de carbón descargado en el puerto. Al fondo hay una fábrica de cemento y una térmica que se tragan buena parte de este carbón. El resto va por kilométricas cintas hasta los altos hornos. Aunque sea un enorme destrozo del paisaje a mi siempre me ha fascinado la ingeniería industrial y más la de esta enorme industria pesada.



            En la zona arqueológica también hay unos antiguos búnkeres de artillería alterados hoy día por algún arquitecto. Allí han hecho un pequeño museo del castro.



            También se puede ver la espectacular obra de ampliación del puerto con las plataformas especiales llevando enormes bloques de hormigón.



            Seguimos más adelante y se llega hasta el faro. La punta del cabo es espectacular aunque la nueva ampliación del puerto que se está realizando ha roto en gran parte la magia del lugar. El edificio del faro se ha aprovechado para hacer un aula de interpretación del puerto de Gijón (El Musel) y de los faros.



            Tras esto nos vamos al centro de Gijón. Nos damos una vuelta por el paseo de la playa oriental de la ciudad y llegamos hasta el barrio antiguo que la gente llama Cimadevilla. Allí hay unos baños romanos pero están ya cerrados cuando llegamos. Pasamos al otro lado donde está el puerto deportivo. A continuación hay una playa artificial pues esta bahía nunca tuvo playa e imagino que también la actividad industrial acabó de arruinarla. Así que en esta bahía está el puerto deportivo, la playa artificial y el puerto del Musel.



            Comimos en una sidrería de la Plaza Mayor. Tras ello nos dimos una vuelta por el peñón de la ciudad vieja. Por lo que he oído esto fue un cuartel. Por los restos que se ven esto debió ser una importante batería de costa. Todavía se ven las plazas de las baterías y los fosos de protección. Debajo supongo que debe haber un enorme depósito para la munición.
            Tras esto nos fuimos al otro extremo de la población. Allí hay otro montículo más suave que el de Campa Torres también formando una gran zona de esparcimiento. No recuerdo como le llaman a este jardín. Hay un mirador de obra que imita la punta de un barco. Pero lo mejor es acercarse al acantilado y disfrutar del oleaje.




sábado, 1 de diciembre de 2007

07-12-01 Mina Malabá II. Torre del Bierzo. (León).


Según las estadísticas del blog el artículo que publiqué sobre la mina Malabá ha tenido casi el doble de visitas que el segundo clasificado. Esto muestra un gran interés de mis lectores por este artículo. Así que hoy día de Navidad del año 2011 he decidido publicar más fotos y algún vídeo de esta visita.
He de decir que buena parte de las fotos no son mías sino de mi buen amigo Benigno Barredo y de su cuñado José que tan amablemente nos ensenó la mina.

Fotos de Beny:
En esta foto se puede contemplar una de las galerías en cuyos laterales se encuentran los talleres (lugares de extracción de carbón). Estas galerías están atestadas de “material” que los mineros usan para su trabajo. Puntales de madera y tablas para entibar, tubos de lona para ventilación, etc. Se puede observar la viga superior para transportar por ella las vagonetas elevadas ya que en estas zonas es imposible colocar raíles. Detrás de las cerchas a la izquierda se puede observar el hueco de un taller.

Esto es el interior de un taller. En este caso la veta de carbón es de unos 60 cm y es casi horizontal. Se puede observar a la derecha el carbón. Tanto el suelo como el techo es roca colindante a la veta de carbón. Según se va picando el carbón se va entibando hacia la derecha. Hacia la izquierda se va quitando el entibado y dejando que el techo se hunda y se cierre (hundimiento controlado).

Esta sería la posición de un picador en el taller en el caso de esta veta horizontal. Tumbado pica el frente de carbón con el martillete numático. El carbón picado cae a una cinta transportadora que tiene delante y que ellos llaman “panzer”. No es una cinta de goma, es simplemente una pieza metálica con forma de H por la que gira una cadena que empuja el mineral. Es desmontable a piezas y se puede ir empujando (ripando) hacia el frente según se va avanzando.

Luisa en el taller.

Este es otro taller, en este caso, entibado con puntales hidráulicos. Se ajustan estos puntales con agua a presión (no aceite). La tierra quiere ocupar su sitio y las presiones son enormes. Estos entibados son temporales y no aguantarían demasiados días.

Dos mineros, estos auténticos, asomando en su taller.

Otro minero. En muchas ocasiones los panceres han de ser atados con cadenas para que no se muevan por la inclinación del taller.

Moviéndonos por una galería inclinada. Vamos inclinados por la fuerte pendiente aunque no se note mucho en la foto. Aprovechamos las traviesas de la vía para no resbalar. A la derecha arriba se observa el tubo de ventilación de lona y a la izquierda una cinta transportadora.

Para abrir las galerías de acceso a los talleres se usa cuando se puede pequeña maquinaria como es el caso de esta pequeña retro. Hay que imaginarse estas máquinas bajándolas por el pozo colgadas tras desmontar los elevadores.

Otra máquina abriendo galería. En este caso una rozadora. Ese gran cilindro rotatorio va demoliendo incluso roca.

La camilla que hay que esperar no tener que usar. Las minas de la zona del Bierzo no son ricas en grisú con lo cual no hay que tomar especiales medidas para evitar explosiones. No obstante si puede haber incendios que hay que controlar.

Una galería entibada con cerchas tipo TH y contenida la roca con mallazo. Depende del terreno hay que revestir con chapa bernold, mallazo, tablas o con nada si la roca es consistente.

A pesar de la ventilación el calor se acumula en las galerías y la humedad hace el resto. Y eso que vamos de visita.

Nuestro amigo José que amablemente nos enseñó la mina. Le faltan unos pocos días para prejubilarse. La indumentaria típica del minero es la que se ve. Botas de agua, mono, casco, lámpara eléctrica en casco y la batería colgada al cinto en la parte trasera. En las minas con peligro de grisú puede ser obligatorio llevar en el cinto el autorescatador. La batería es hermética y suele durar un par de días. Pesará 2 o 3 kilos. El autorescatador es otro envase que puede pesar un par de kilos y que lleva dentro una bolsa generadora de oxigeno que permite respirar durante una media hora sin inhalar los gases del ambiente. En esta mina no es necesario llevar encima el rescatador. No resulta cómodo llevar todo este peso en el cinto y menos reptar y moverse con ellos.
Cuando vas a una mina piensas que no te vas a restregar mucho y no te vas a manchar pero es increíble la capacidad que tiene el carbón de entrar por la ropa y mancharlo todo. Así que hay que quitarse toda la ropa que lleves de fuera y enfundarte el mono. Luego una ducha en profundidad es necesaria. En la mina te suelen prestar todo el equipo incluso en muchos casos la camisa y la ropa interior incluida calcetines y calzoncillos ya que todo acaba manchado.

Una galería ya abandonada que está siendo vencida por la presión del terreno. Es normal que no solo las cerchas se curven por el esfuerzo sino que el suelo, que no tiene ningún tipo de refuerzo,  vaya ascendiendo y cerrando la galería.

Galería que por la calidad de la roca no hace necesario su entibamiento. Por los laterales de todas las galerías hay tuberías de agua, aire comprimido y cables eléctricos.

Fotos de Gabriel:
Un entibado hidráulico. Es la parte trasera donde se va desmontando el entibado según se avanza y se va produciendo el hundimiento controlado del terreno, como se puede ver a la izquierda.

Estos dos mineros se encuentran cavando el terreno en una galería principal. La presión del terreno va estrechando las paredes y subiendo el suelo lo que hace necesario equipos que vayan ensanchando de nuevo.

Esta galería abandonada colapsó y llegó a hundirse. El aspecto de las galerías abandonadas es siniestro y fantasmagórico.

Videos grabados por José:
Esta fue la entrada a la mina todos limpitos y pulcros.

En este video se puede ver el castillete del pozo.

Aquí se ve como el castillete dispone de un doble elevador. Mientras una cesta sube la otra baja. Las vagonetas las suben cargadas de carbón o de escombro y las bajan con material (madera, puntales, cerchas, etc.). Las vagonetas van automáticamente a un volcador que las vacía.

Así se pica el carbón y se ve como el panzer se va llevando el mineral.

Aquí se puede ver o casi la situación en un taller con entibado hidráulico y el ruido en el lugar.

Los mineros, sin más.

En este video se puede ver el trabajo de la rozadora abriendo galería.

Aquí se puede ver un cepillo trabajando, extrayendo carbón. Esto es más rápido que picar los mineros. Se puede ver com el panzer va transportando el mineral. Permanecer en el taller cuando el cepillo trabaja impone pues el polvo es enorme y todo vibra y se mueve.

En esta imagen se puede ver como el polvo de carbón flota por el taller, impulsado por la ventilación.

Se puede ver una cinta transportadora llevando carbón por una galería principal.

El fondo del pozo donde llegan las cestas de los elevadores. Profundidad 200 m.

En este video se puede ver todo el ascenso del elevador en el pozo. Aunque parece que va despacio va a varios metros por segundo. Son doscientos metros (unos 66 pisos de un edificio normal). Llama la atención como no se empieza a ver la luz de la superficie hasta pasada más de la mitad del pozo.

Vagonetas moviéndose por las galerías con locomotoras eléctricas.

Más recorrido por las galerías en vagonetas.

Más galerías.

En la mina hay que ir montando y desmontando continuamente.

Cargando mineral en las vagonetas.

Lo mismo, cargando material.

Vagonetas moviéndose por la galería.
Espero que os hayan gustado estas imágenes que muestran someramente el funcionamiento de la minería.

07-12-01 Mina Malabá. Torre del Bierzo (León).

            Es conocido la afición que tengo a la minería. Una de las cosas que siempre he deseado es poder entrar a una mina. Lo conseguí hace algunos meses bajando a la mina Tabliza también llamada Emilio del Valle de la Hullera Vasco Leonesa.
            Ahora a través de Beni, un compañero de trabajo, ha conseguido concertar una visita a otra mina, esta vez del Bierzo, la mina Malabá. Su cuñado trabaja como barrenista en ella y le quedan ocho días para prejubilarse.
            Así que me tengo que levantar temprano. A las 7 h 30’ recojo a mi amiga Luisa y en La Robla a Raúl. Seguimos camino del Bierzo pasando por La Magdalena y Valdesamario. Pasamos por Tremor de Arriba y al final llegamos a Torre del Bierzo. La mina está cerca de la población.
            Llegamos a las 9 h 30’ y allí nos encontramos a Beni, a su novia Andrea, a su cuñado José y a su sobrino. Pasamos a los vestuarios de los ingenieros y nos dan la ropa para entrar. Mono, botas, casco, cinturón, guantes y mascarilla. Tras vestirnos pasamos a la lampistería donde nos dan las correspondientes lámparas que colocamos en el casco. Las minas del Bierzo no contienen grisú por lo que no es necesario llevar rescatadores. No obstante hay abajo.



            Ya preparados nos pasan a enseñar los vestuarios de los mineros. Es un gran almacén con tres grandes salas contiguas. La primera es la sala limpia donde están las taquillas y los mineros llevan la ropa de calle. La segunda sala es una ducha corrida y a continuación está la tercera o sala sucia donde los mineros se ponen o quitan los monos de trabajo. Esta es la típica sala donde cuelgan la ropa sucia del techo subiéndola con unas cadenas atadas a las paredes.
            Tras esto nos enseñan la sala de máquinas donde están las grandes bobinas que enrollan los cables que suben y bajan las jaulas por el pozo. Todo entra y sale por el único pozo que posé esta mina. Posee dos jaulas y mientras una sube la otra baja. Un mismo motor mueve las dos bobinas, una recoge el cable y la otra lo suelta. Junto a la sala de máquinas está el pozo.



            En cada jaula caben dos vagonetas. Cuando salen, un ingenioso sistema de railes circular, permite que éstas por gravedad bajen hasta el volcador. A continuación un elevador las vuelve a subir ligeramente y de nuevo por gravedad bajan hasta el pozo.
            El maquinista posee una pequeña cámara de televisión donde ve la parte inferior del pozo y puede controlar la carga y descarga abajo. Todo un avance teniendo en cuenta que para comunicarse usan todavía unos teléfonos que suenan girando una manivela.
            Esperamos a que haya un viaje para abajo libre y por fin entramos en la jaula. Antes nos hemos hecho la correspondiente foto antes de entrar para comparar con la de salida. La jaula solo posee una barra como puerta y es para impedir que una vagoneta se pueda salir. El pozo no es muy grande y se ve bien las paredes al bajar. La velocidad es alta pero baja muy suave. El pozo tiene solo dos niveles y 265 m de profundidad total. El nivel más alto está ya explotado y abandonado. El nivel inferior es al que vamos. El pozo no baja más.



            Abajo salen dos galerías opuestas. Una comunica con las galerías de otro pozo, supongo que como sistema de seguridad de ambos. La otra nos lleva hacia la explotación. Es una galería pequeña con un par de metros de altura y poco más de anchura.
            Según me comentan la veta que explotan de carbón forma en esta mina un sinclinal. El pozo está en la zona baja del sinclinal. La veta está unos pocos metros más debajo de este nivel de galería y no está explotada. La galería empieza a correr hacia uno de los lados donde la capa empieza a inclinarse y elevarse. Es en esta zona donde se está explotando. Tenemos que caminar un buen trozo hasta llegar donde la galería empieza a inclinarse con pendiente hacia arriba siguiendo el recorrido de la veta. De esta galería salen otras transversales que cortan la veta. Entre la superior y la inferior está el taller en esta zona llamada rampa. Aunque la potencia es variable suele estar por los 70 cm de espesor. En el Bierzo este es un espesor considerable teniendo en cuenta que se explotan hasta vetas de 30 cm. No obstante meterse en una rampa de 70 cm tumbado arrastrándose impone bastante. Encontramos dos rampas entre el nivel 5 y 6. Una de ellas está entibada con madera y se pica con martillo colocándose varios mineros a lo largo de la rampa. Impone meterse en ella y ver el techo de roca encima a unos pocos centímetros de tu cuerpo y sujeto por unas puntalas de madera. Delante tienes el carbón y junto a el el pancer o cinta transportadora donde cae éste y corre rampa abajo hasta la galería inferior. Detrás tienes la roca hundida al dejarla cerrarse quitándole los puntales en un hundimiento controlado.
            Luego visitamos otra rampa. Está apuntalada con puntales metálicos hidráulicos. En esta rampa usan un cepillo que es la que se encarga de romper y empujar el mineral.
            Los pánceres de los talleres descargan el carbón en cintas transportadoras que se mueven por las galerías hasta un silo que cargará el carbón en vagonetas para sacarlas por el pozo. El material (se llama así a herramientas, puntales, cerchas, etc.) se lleva por vagonetas colgadas por vigas y empujadas por cables tirados por unos grandes cabestrantes. Hay en algunas de ellas raíles en el suelo pero no se suelen usar por falta de espacio o deformaciones del suelo.



            En esta zona es difícil moverse por las galerías pues están llenas de puntales de madera, vagonetas, maquinaria, cintas, barro...
            Subimos al nivel 7. Esta galería se está abriendo todavía. Para ello gastan una rozadora empujada con cadenas que apenas cabe en la galería. La veta entre el nivel 6 y el 7 consecuentemente no está explotada.



            Nos vamos al nivel 5 y entramos en la rampa de la rozadora. Aquí el polvo es imponente y apenas deja ver. Hay que ponerse las mascarillas. Entro en la rampa y hay que arrastrarse cuesta arriba entre las puntalas. Entre el casco, la mascarilla, el polvo y el esfuerzo para arrastrarse, la respiración se hace difícil. Aquí vemos el cepillo. Es una maquina que tiene una especie de ganchos que van raspando el carbón y haciendolo caer al pancer. Cuando pasa la cabeza del cepillo por el punto donde estoy, hace presión sobre la veta y todo se mueve, incluso los puntales por efecto de la presión que hace la máquina. El techo suelta polvillo.



            Salimos de aquí y ya nos vamos de vuelta hacia la salida. Todavía José nos enseña unas galerías de una zona abandonada. El ambiente es tétrico. Todo está oxidado y podrido. Son muchos los restos de raíles, cerchas y tuberías que quedan abandonados. Yo casi diría que se hace una mina de hierro para explotar una de carbón. Aquí podemos ver un par de hundimientos. Uno de ellos ha colapsado la galería totalmente. El otro ha doblado las cerchas por la presión del techo y se ha apuntalado con puntales hidráulicos para que no se cierre totalmente la galería. Aunque esta zona está abandonada se usa para que circule el aire fresco que entra. El aire se va forzando por unas galerías hasta las zonas de trabajo y por otras se hace salir.


            Nos enseña también la entrada de una galería donde hace un año o dos se encerraron varios mineros en protesta por una de las regulaciones del sector. Mantienen el lugar como si fuera una capilla. Es un símbolo de la lucha por el trabajo. Queda las cortinas de plástico que pusieron para protegerse del frío y la humedad, la mesa de madera donde comían y jugaban a las cartas así como un panel con todos los recortes de periódico que les citaban.



            Solo nos faltaba ya un último gusto que también nos dieron. Fue el de subir en la jaula del pozo con el techo de protección quitado. Al principio empieza a ascender la jaula y no se ve nada arriba. Hay que esperar hasta más allá de la mitad de la subida para que se empiece a ver algo de luz arriba. Poco a poco se va viendo cada vez más luz y mejor las paredes y las tuberías de todo tipo que hay enganchadas a la pared. Este pozo tiene los ventiladores en otra boca no utilizada hoy en día. Por ella entra el aire fresco para ventilar las galerías. Por el pozo en uso sale el aire viciado y lleno de vapor y polvo. Por ello se ve una especie de vapor y niebla que sale por la boca.



            Tras ello ya solo nos quedó hacer la foto de rigor manchados y a las duchas. Hay que frotarse y restregarse bien y con buena cantidad de gel pues el polvo se ha metido hasta los calzoncillos. A pesar de ello tengo que meterme de nuevo porque todavía me quedan restos en los ojos y en las orejas. Y por mucho que uno se lave siempre queda un contorno como de rimel alrededor de los ojos que no se va hasta pasado algún tiempo.



            Ya limpios nos vamos a recuperar fuerzas comiendo. Todavía estamos en las Jornadas Gastronómicas del Bierzo y hemos reservado mesa en el restaurante Las Hoyas del pequeño pueblo de San Facundo. Es un lugar excelente para comer con un gran ventanal que da al campo, en un día lluvioso como hoy y al lado del fuego. Todos los restaurantes de estas jornadas se han esforzado en hacer comida de diseño con un cierto regusto de la comida tradicional pero yo creo que en este intento muchas veces no se da un buen resultado. Aquí comí garbanzos con pulpo muy bien presentado en una cazuelita pero muy escaso de garbanzos y sobre todo de pulpo. De segundo tomé risotto de anguilas con manzana reineta. La anguila además de escasa estaba dura y reseca por efecto del arroz blanco seco que la contenía. No estaba blanda y gelatinosa como la hacen en Valencia.
            Tras una buena sobremesa regada con variedad de aguardientes nos fuimos cada uno para nuestra casa.