Aunque es lunes es un día de fiesta por convenio. Así que no desaprovecho la ultima oportunidad de este año de subir a algún pico de la cornisa Cantábrica antes de irme de vacaciones para Valencia.
Así que salgo temprano en dirección a Babia. La noche ha estado despejada y el frío es intenso, -13 ºC en Huergas y por el camino llego hasta –16 ºC. Tengo que ir con cuidado por las carreteras por si hay hielo pero hace tanto que no llueve que está todo muy seco. Al final llego a Torre de Babia y dejo el coche. En estos momentos el termómetro marca –14 ºC a pesar de que es sobre las 9 h 30’ de la mañana.
Empiezo a caminar internándome por un valle a través de una pista. Sigo la ruta que he grabado en el GPS procedente de internet. Todo está helado, el suelo está duro y las montañas ocultan el sol. Al final el camino sube y llego a una zona soleada que da gusto, pero pronto me meto en la ladera norte de la montaña que voy a ascender y la nieve empieza a hacer acto de presencia. Todo el suelo se va poniendo blanco hasta cubrirse todo de un fino tapiz blanco que en algunos sitios llega al palmo.
Me acerco a la impresionante pared vertical norte del pico Montihuero. Allí aparece la laguna de las Verdes. Ahora está congelada.
Allí hay una inclinada pedriza que corta la pared de la sierra. Por ella hay que ascender. El camino se hace difícil entre las piedras y la nieve. Sin embargo consigo llegar al final de esta pedriza. Allí se puede ir por un valle que surge a la derecha o por unas canales muy empinadas que aparecen a la izquierda. La ruta del GPS indica por una de estas canales.
Empiezo a subir. Está empinadísima y la nieve la hace muy dificultosa. Al final se abre una ladera para llegar a un collado ya cerca del pico. En esta ladera hay bastante nieve acumulada y está muy dura. Un resbalón en esta zona podía producir que uno se fuera hacia abajo hasta no se sabe donde. Por ello a pesar que lo intento desisto por el peligro. Yo creo que apenas me quedarían un centenar de metros para la cumbre pero hay que saber echar para atrás cuando es necesario.
El descenso no es más fácil que la subida. Hay que ir con mucho cuidado de no bajar rodando. A pesar de ello por las piedras y la nieve tengo un par de buenas caídas. Después de llegar a la laguna ya solo queda una larga caminata.
Cerca del pueblo encuentro junto al camino una pequeña casa con un pequeño salto de agua. También cerca hay un pequeño molino. No es extraño encontrar fábricas de luz en estos pueblos donde la abundancia de agua y desniveles lo permitía.
No hay comentarios:
Publicar un comentario