Observaciones a este blog

OBSERVACIONES A ESTE BLOG:
+13-12-20. Tras un periodo largo en el que me he quitado el cansancio que tenía del montaje de mis excursiones, vuelvo a sacar nuevas. Voy a ir hacia atrás sacandolas por lo que hay que estar al tanto.
+ 11-12-25. Los distintos artículos que aquí publico están ordenados por la fecha en la que ocurrió la excursión o acontecimiento. La falta de tiempo, a la que todos estamos sometidos, hace que publique excursiones bastante más tarde de cuando se realizaron. Eso da lugar a que parezca que en la página no se publica nada nuevo pero se están incluyendo artículos en fechas pasadas. Ruego a mis seguidores fieles que repasen un poco los meses y años pasados en busca de artículos que no han leído.

viernes, 28 de marzo de 2008

08-03-28 Las Merindades (Burgos).

             Para celebrar el año de relación, Luisa organizó un fin de semana en Quintanilla del Rebollar, en el corazón de la comarca de las Merindades de Burgos.
            Para ello salimos el viernes por la tarde de Huergas de Gordón. Tomamos esa ya conocida carretera CL-626 que nos lleva con cierta rapidez a tierras de Palencia sin dar el rodeo por León. Es una carretera que me gusta pues sigue esa gran franja minera que recorre de Oeste a Este la provincia de León y la de Palencia.
            Con tranquilidad cruzamos todo el Fenar, pasamos por Boñar, seguimos por el valle minero de Sabero y bajamos hacia Cistierna. De aquí continuamos a Guardo ya en la provincia de Palencia. La siguiente población destacable es Cervera de Pisuerga que tiene un parador nacional a pesar de lo escondida que está. Estamos en la boca del parque de las Fuentes Carrionas que tengo pendiente de ver. Por fin llegamos a Aguilar de Campoo. Ya estuvimos hace algún tiempo pero no vimos el monasterio de Santa María la Real.
            Así que esta vez paramos a verlo. Por fuera impresiona pues forma un amplio complejo de edificaciones. Hoy día hay una buena parte usado por una posada real. El resto que forma la parte más noble del recinto ha sido reconstruido y es usado por distintas actividades como es un instituto de enseñanza secundaria o la UNED. La reconstrucción ha seguido criterios de arquitectos que han dejado su absurda huella moderna. No obstante no es demasiado agresiva esta acción a pesar del distinto uso que han tenido que dar. Por lo menos en los exteriores se ha conservado el estado original y no hay mezcla con acciones modernas. También el claustro ha sido preservado y parece que muestra su situación original. La desamortización una vez más fue terrible, también para este edificio que sufrió una ruina casi completa hasta que en la actualidad ha sido rehabilitado o mas bien reconstruido. En esa ruina es curioso mencionar que por ejemplo el Museo Arqueológico Nacional se llevó buena parte de los capiteles del claustro, alguno de los cuales acabaron en colecciones privadas.



            Aunque en estas zonas palentinas y burgalesas fueron abundantes los ermitorios de uno o unos pocos eremitas y parece que aquí abundaron, fue en el siglo XI cuando se construyó este edificio. En el siglo XII el monasterio lo entregó Alfonso VIII a la orden de los premostratenses con casa principal en Prémontré (Francia). Todos los monasterios durante la historia sufrieron fuertes altibajos a merced de la protección de nobles y reyes y a la caída en desgracia por turbulencias de poder. Por lo que se cuenta parece que en este fueron especialmente duras las turbulencias debido a la dependencia de la casa principal en Francia.
            El monasterio es un compendio de estilos y poco creo yo que queda de románico pero tiene espacios muy bellos como el claustro o la sala capitular que en la estructura recuerda al panteón real de San Isidoro de León.


            En todos estos edificios destacan los relieves de los capiteles.
            Seguimos nuestro camino hacia Reinosa. No hay una carretera decente que continúe hacia la provincia de Burgos y por tanto tenemos que subir hasta la provincia de Cantabria y luego bajar de nuevo a la provincia de Burgos.
            Pasamos el puerto del Pozazal que separa Palencia de Cantabria. Tras el puerto nos encontramos con la población de Reinosa. Está en un llano amplio entre montañas, en el interior de la provincia. No se porque esta población es tan conocida. Destaca la gran industria siderúrgica que posee. Se llama hoy día Sidenor. Supongo que fue una de esas grandes industrias que montó Franco en todo el norte para reactivar las comarcas. Ahora imagino es una industria de laminación. Por esta ciudad pasa el Ebro que nace poco mas arriba. Casi le llega la cola del gran embalse del Ebro que estos días está a tope tras las lluvias y nieve de estas semanas pasadas.
            Seguimos la orilla del embalse por la carretera CA-171 que está en muy buen estado y con unos acabados francamente destacados. Pasamos esta zona con un ambiente lluvioso lo cual le da un especial ambiente al embalse que parece más bien un mar al no verse prácticamente la orilla de enfrente. Destaca su color azulado claro que supongo se debe a la escasa profundidad.


            Llegamos a la N-623 y poco después nos desviamos por la N-232. En la población de Soncillo entramos en la BU-526 que ya nos llevará hasta el hotel.
            Como todavía nos queda algo de claridad nos desviamos en Pedrosa para ver el túnel de la Engaña. Este es un gran símbolo de la estupidez humana o más concretamente de los políticos.



            A comienzos del siglo XX algún político de gran visión ideó hacer un ferrocarril que uniera las costas mediterráneas con el litoral cantábrico con una doble función. Por un lado facilitar el transporte de mercancías de una costa a otra y por otro dar vida a zonas deprimidas como Burgos, Soria, Teruel …
            En numerosas ocasiones hemos hablado del absurdo centralismo que potencian los políticos. Es muy gracioso como los de la democracia han criticado y se han reído del centralismo franquista y sin embargo ellos no paran de hacer lo mismo por ejemplo con las líneas de alta velocidad del ferrocarril o con las autovías en las que quedan todavía muchas periféricas importantísimas por terminar.      
            La cuestión es que se construyó buena parte en tiempos de la dictadura de Primo de Rivera y antes de la guerra había buena parte de la línea hecha. Quedaba la parte más dura que era el cruce de la cordillera Cantábrica. Se comenzó este túnel antes de la guerra pero se paró durante ella. Tras la guerra se reinició su construcción. Es un túnel de más de 6900 metros el más largo en la época completo en territorio español. Costó 14 años de hacer. Todo un prodigio para la época. Se llegó a realizar incluso las estaciónes a la entrada y a la salida.
            Con esta obra solo quedaban 60 km para llegar a Santander. Pero fue cuando otro político de los espabilados paralizó la línea. En esta situación, solo se puso en marcha la línea hasta poco antes de aquí. Una línea amputada que nunca llegó a funcionar bien. Según cuentan las páginas que hay, por ahí, por internet parece que los de RENFE se esforzaron en hacer que esta línea no funcionara dándole un mal servicio y poniéndole unos horarios absurdos. Al final otro espabilado cerró la línea.
            El túnel de la Engaña quedó desde su construcción en el abandono. Algunos excursionistas han realizado la excitante excursión de pasar los 7 km de túnel andando o en bici, incluso algunos lo han hecho en todo terreno y las fotografías las han colgado en internet. Con el abandono el túnel ha tenido varios derrumbes y ya no se recomienda su paso.
            Algunas asociaciones han querido dar uso a este túnel como carretera o como vía verde pero ninguna administración ha puesto interés en hacerlo. Mientras, se va hundiendo poco a poco.
            Todavía se puede admirar los restos de las edificaciones de la estación y las edificaciones de obra que se construyeron para vivir los que la hacían.
            A continuación nos fuimos para Quintanilla del Rebollar que forma parte de la población de Merindad de Sotoscueva. Aquí también se estila la reunión de varios núcleos de población en un núcleo administrativo mayor. Estos núcleos mayores aquí se llaman Merindades.
            El hotel rural se llama Prado Mayor. Es una casona en un borde del pequeño núcleo rural y separada de la carretera. Se encuentra impecablemente restaurada, llena de elementos rústicos y decorada con exquisito gusto. Se entra directamente a un patio en parte abierto y otra buena parte cubierto. Dos de sus lados están rodeados por la casa. En uno de los lados tienen en la planta baja un salón bar y arriba una biblioteca con amplio ventanal que no pudimos usar en el poco tiempo que estuvimos. En el otro lado la casa tiene dos pisos. En la planta baja, en el nudo de los dos lados de la casa, hay una amplia cocina muy decorada, usada para cocinar y, en gran parte, para vivir los caseros. Está también la entrada o recibidor, las escaleras y el pequeño pero cómodo comedor. En los pisos de arriba están las habitaciones, limpísimas, decoradas hasta en sus últimos detalles, sobre unos suelos todavía de madera que crujen cuando uno se mueve.


            En la parte de atrás de la casa tienen un huerto biológico en el que no usan ningún tipo de química. Presumen de hacer las comidas en gran parte con estas frutas y verduras.
            Esta primera noche cenamos en la casa. La comida es sencilla aunque muy cuidada y condimentada con hierbas. Como digo presumen de que buena parte es producto de la huerta pero bien es cierto que en estos momentos la huerta la tienen parada por el clima. Así nos hicieron un puré de zanahorias de su huerto aunque en esta épopca ninguna zanahoria podían coger. La zanahoria tampoco es muy dada a su conservación. La noche del sábado también cenamos en la casa y nos dieron judías con jamón también de su huerta. Le pregunté a la chica, de buenas formas, como tenían esta verdura, en esta época, en la huerta y me comentó que las tenía congeladas. En fin, aún en invierno tienen una huerta muy arregladita pero poco les da. Aunque tengan cosas conservadas o congeladas no creo que les de para todo el año. Así que yo creo que abusan un poco de la palabra casero y de su huerto, pero en cualquier caso su comida es exquisita.
            Al día siguiente nos levantamos y bajamos a desayunar. Los horarios son un poco rígidos pero no pueden estar todo el día sirviendo a la gente. Por la noche se da la cena a las 21 horas o no se cena. El desayuno de 9 a 10 h. Dan un montón de cosas para desayunar y todo muy casero y del lugar. Presumen de sus mermeladas caseras.
            Tras esto y después de comentar con ellos que es lo que podíamos ver nos fuimos a ello. Dado que el domingo teníamos que volver para casa y hacer kilómetros decidí dar una vuelta en coche el sábado y el domingo ver los Ojos de Guareña, que están cerca y pasear.
            La idea era ver el Salto del Nervión en el monte de Santiago y luego dar una vuelta por las Merindades y ver algún pueblo y alguna de las muchas ermitas rupestres de la zona. También tenía interés en ver las salinas romanas de Rosío, aunque me comentaron que de ellas no queda nada. Nos recomendaron sin embargo que fuéramos a otras salinas que hay en la provincia de Álava.
            Así que cogimos el coche y nos fuimos para allá. Para ello teníamos que ir hacia el Este, al límite de la provincia. De hecho el monte de Santiago está en el mismo límite con Álava y en una especie de entrada que hace la provincia de Burgos.
            El paisaje en esta zona es bonito. Aunque es montañosa, hay bastantes valles amplios y llanos donde el cereal abunda y está en muy buen estado de desarrollo. Al contrario de lo normal en zonas montañosas las parcelas son grandes y dedicadas al cereal en vez de a prado.
            Al final llegamos al monte de Santiago. Es un bosque de hayas bastante llano. Circulando por el bosque se llega a un profundo barranco que se hunde hacia los valles de Vascongadas. Es una autentica brecha abierta por el río Nervión para saltar el desnivel. Allí se puede contemplar una magnifica cascada de 250 m de altura. Como la lluvia ha sido abundante estos días hemos podido disfrutar de ella.



            Nos dimos una buena vuelta por el sendero que discurre por los cortados.



            Tras ello seguimos por la carretera que se introduce en Álava, hacia el sur, desde el pueblo de Berberana. Un poco después de Espejo hay que desviarse y se llega fácilmente al pueblo de Añana donde están las salinas.
            Son bastante espectaculares estas salinas. Están pegadas al pueblo aprovechando las laderas del barranco por donde discurre el agua salada. Está todo aterrazado y por canalones hechos con troncos vaciados las van llenando con agua. Lo que le da un aspecto singular es que las pequeñas balsas las hacen sobre unas terrazas de madera sobre el nivel del terreno. Bajo ellas queda un espacio más o menos grande que usan para guardar la sal. Supongo que lo harían para aprovechar todo el terreno.
            Toda esta infraestructura debió quedar abandonada supongo que por falta de rentabilidad. Las estructuras de madera se desplomaron. Ahora se está rehabilitando esperemos que sin introducir elementos modernos que rompan el paisaje. Lo que no se es si rehabilitarán todo el barranco que es grande.




            Tras esto, volvimos hacia la provincia de Burgos por la ribera del Ebro hasta Trespaderme. Al principio, en la población de Sobrón, el río va encañonado con unos espectaculares cuchillos y cortados calizos. Más arriba el valle se abre de nuevo. En esta zona tan escondida está la central nuclear de Santa María de Garoña.
            El río Ebro va con mucha agua debido al deshielo y los embalses de esta zona están llenísimos. De Trespaderme bajamos hacia Oña buscando algún sitio para poder comer. Lo hicimos en un bar llamado El Cazador donde pudimos tomar una comida bastante buena. El garito bastante pequeñajo.
            Después subimos por el encajonado valle que forma el Ebro en esta zona. Por aquí va también, por un trazado espectacular, la antigua línea Sagunto - Santander.
            Aquí, cerca de Trespaderme paramos para ver la iglesia rupestre de San Pedro en la escondida población de Tartales de Cilla. Es uno de esos ermitorios que, como digo, abundan en la zona. También pegadas a la carretera, y a lo largo de un estrecho barranco del arroyo de Tartales, están las cuevas de los Portugueses. Son unas cuevas visigodas y alto medievales, ermitórios también. Se transformaron de forma importante al ser ocupadas en este siglo por unos inmigrantes portugueses que trabajaban en un canal hidroeléctrico.



            Tras esto y ya cansados por el recorrido en coche subimos por Medina de Pomar y Espinosa de los Monteros hasta el hotel rural.
            Nos dimos un descansito hasta las nueve en que bajamos a cenar servidos por la siempre amable Olga.
            Después de cenar y, para bajar la cena, nos dimos una vuelta por el campo hasta el apeadero del tren.
            Esta es otra línea de ferrocarril pero en este caso de vía estrecha. Es la línea de La Robla – Bilbao, ese antiguo ferrocarril minero que se abrió para llevar carbón de las minas que anteriormente hemos comentado hasta la siderurgia de Bilbao. También es una proeza de principios del siglo XX. Tras el hundimiento de la siderurgia el ferrocarril pasó a FEVE llegando a cerrarse. Un acuerdo de la Junta de Castilla y León con FEVE la reabrió. Ahora crea una gran labor de comunicación en los alrededores de León y supongo que en los alrededores de Bilbao. En la zona en la que estamos supongo que poca función hace pero ahí está. En el apeadero podemos ver el horario. Solo pasan dos trenes al día; son los que hacen la ruta completa desde León hasta Bilbao. Además tanto el de ida como el de vuelta lo hacen por la tarde por lo que es imposible ir y volver en el día. Tampoco esto serviría de mucho teniendo en cuenta que el tren tarda nada menos que siete horas y media en hacer el recorrido desde León hasta Bilbao.
            El domingo como he dicho lo dedicamos a ver el gran monumento que hay en la zona y que forma los ojos del Guareña pero que, como pudimos comprobar, no dejan ver nada.
            El día para empezar empezó mal. Ya desde hacía varios días pronosticaban un empeoramiento del tiempo. Cuando nos levantamos todavía había claros y pocas nubes lo cual nos hizo albergar esperanzas, pero ya durante el desayuno empezó a llover y no paró.
            Primero fuimos al centro de interpretación. Está en el pueblo en el que dormimos, en las antiguas escuelas. Es interesante fundamentalmente el video explicativo sobre el sistema de cuevas donde enseñan la enorme red de cuevas. Toda esta zona es una enorme masa caliza. Los plegamientos de la cornisa Cantábrica hizo que se rompiera la capa en esta zona y se montara. Esto hace que el río Guareña perdiera el camino de salida. Las aguas fueron diluyendo la roca caliza e hizo que el río se hundiera en el terreno circulando por cuevas hasta salir detrás del plegamiento. El río poco a poco ha ido profundizando, creando galerías a distintos niveles. Hay más de 100 km de galerías en esta red.
            La enorme losa rota con el tiempo fue erosionandose y ahora forma una especie de curiosas conchas, llamadas así por la gente de la zona. En la zona del Ojo de Guareña, en la pared rocosa, hay varias entradas a la cueva. Las superiores fueron niveles usados por el río pero hoy abandonados. Hay hoy una entrada inferior, 60 metros más abajo, empleada por el río para enterrarse en el terreno. Es el Ojo de Guareña. Desde luego si uno cae en él no se donde puede acabar.
            Las cuevas han sido usadas en toda la historia de la humanidad por los habitantes. En el siglo XIII el nivel superior se convirtió en ermita. Es la de San Tirso y San Bernabé. Es muy curiosa exteriormente al estar empotrada en la roca. En el interior unas curiosas pinturas pintadas en el techo rocoso muestran distintas escenas de la vida y martirio de San Tirso así como milagros obrados por él. En las fotos de internet parecen pinturas muy antiguas pero son del siglo XVIII y XIX si no recuerdo mal y bastante pobres artísticamente. También una de estas bocas fue usada para las reuniones del ayuntamiento de la Merindad de Sotoscueva.



            En la visita, en la que te cobran 3,5 euros por cabeza, además de un video, te enseñan no se si llegará a 100 metros de cueva. En ella hay un goteo de agua en el techo que es recogido en unas pilas y que dicen tiene efectos milagrosos, especialmente en los ojos. La cueva no tiene estalactitas y es una especie de tubo circular por donde se hundía antiguamente el río. Se va bifurcando en distintos brazos. Uno de ellos lleva a la ermita y por allí sales de nuevo a la superficie. Para entretener en el escaso recorrido, te enseñan unos pozos que encontraron en la cueva y que eran usados en la edad media como silos de grano. En la ermita encontraron tumbas y ahora todos los huesos están en un pozo visible. Esto es lo único que enseñan.
            Hay dos elementos verdaderamente importantes y que no enseñan. Solo se puede ver en los videos que te muestran y en internet. El primero son los animales encontrados en la cueva, algunas variedades de ellas únicas. Son pequeños animales apenas visibles.
            El segundo son las pinturas rupestres halladas. No están en esta cueva sino en otra llamada cueva Palomera que está a unos kilómetros de aquí. Dicen que la van a hacer visitable pero pasan los años y no la abren. Además comentar que en ningún caso mostrarán las pinturas para así protegerlas. En los videos vistos me llama la atención la variedad de pinturas encontradas, probablemente de distintas épocas. Algunas son rayas hechas en la roca con objetos punzantes, otras son pintadas de animales, algunos bastante reales y otros más esquemáticos. Otras pinturas son rayas y formas geométricas. Entre estas destacan unos triángulos negros que hay quien dice que puedan representar el pubis de la mujer. En fin todo un alarde de pinturas.
            Pero lo que realmente me ha llamado la atención en los videos es la llamada sala de las huellas. Es una sala donde el suelo de barro contiene huellas de los pies de los hombres primitivos que la recorrieron. Según cuentan está cerca de la ermita y tenía una boca que se hundió por lo que ahora es realmente difícil llegar a ella. Es impresionante ver esas huellas de pies que se han mantenido después de milenios.
            También en una sala encontraron los restos de un guerrero celta que debió de merterse en las cuevas, se le apagó la antorcha y quedó perdido. Aunque intentó hacer una represa a oscuras para acumular agua, murió de inanición, perdido en ella.
            En resumen que en las distintas paginas de internet y folletos informativos, muestran todos estos elementos de las cuevas pero sin indicar que al final no se puede ver ninguna de ellos. Se ven mejor en internet, en casa. De todas formas la zona es muy bonita y digna de ver.
            Tras esto nos fuimos a Espinosa de los Monteros a comer. Encontramos en la plaza principal una pastelería donde había tortas dulces y saladas de todas clases, tamaños y colores. Compramos unas tortas de chicharrón, sobaos de Cantabria y tortitas de mantequilla.
            Comimos en un restaurante asador, no recuerdo que nombre tenía. Tenía cosas muy interesantes y no era muy caro. El ambiente muy agradable. Tomamos para el centro unos pimientos rellenos de changurro, unas verduras a la plancha y una morcilla de Burgos. De segundo me comí unos buenos trozos de cordero lechal.
            Tras esto nos fuimos de vuelta para casa. Según fuimos desplazándonos hacia el occidente el tiempo fue mejorando e hicimos la mayor parte del viaje en seco.


domingo, 23 de marzo de 2008

08-03-23 La única nevada decente de Huergas de este año (León).

             Fue el la noche del sabado al Domingo de Resurrección cuando cayó una fuerte nevada que dejó como medio metro de espesor. Yo no estaba. Sin embargo llegué el domingo por la tarde y todavía me dio tiempo a dar un paseito por la carretera de Llombera. Este invierno ha sido especialmente parco en nieve. Solo lo ha hecho ligeramente y sobre todo ahora en primavera. Esta nieve en la época que estamos dura bien poco.






domingo, 9 de marzo de 2008

08-03-09 Luarca (Asturias).

             Tenía ganas de ver la costa. El lado occidental de Asturias me queda lejos, además la autovía se acaba en Pravia por lo que luego hay que seguir un tramo por carretera. Más tarde vuelve la autovía pero se pierde bastante tiempo.
            No obstante tiramos para esta zona. Fuimos directo a Luarca. Es un pueblo similar a Cudillero. La planicie de costa esta alta con respecto al nivel del mar. Abundan los acantilados. Los ríos han surcado estrechos barrancos para verter al mar. Ambos pueblos han aprovechado estos barrancos para protegerse. Por un lado consiguen pequeños estuarios donde hacer el puerto. Por otro lado el pueblo se protege de los vientos.



            Luarca es un pueblo apretado dentro del barranco de un pequeño río. Al fondo hay un pequeño y coqueto puerto, hoy en día ampliado con unas escolleras que cierran la entrada. Es curioso porque el río vierte a un lado del puerto no directamente a este que sería lo más lógico. Lo separa una escollera.
            Cuando llegamos por la mañana el nivel de la marea estaba muy bajo y el mar bastante tranquilo.
            Disfrutamos del paisaje aunque nos mojamos porque llovía a ratos. Nos metimos en uno de los bares junto al puerto. Tenía unas buenas bandejas de tapas. No te las ponen sino que simplemente las coges de las bandejas. No recuerdo como se llamaba el bar. Estaba junto a un restaurante llamado El Barómetro. Fuimos a algún otro pero no fue lo mismo.
            Tomamos el coche y continuamos hasta Navia. Antes paramos en Puerto de Vega. También aprovecha la desembocadura de un río para hacer el puerto. Disfrutamos de las olas que se empezaban a montar en el mar desde la escollera exterior. Esta en una ría. La lluvia cuando llegamos allí era muy intensa y no vimos prácticamente nada. Buscamos algún sitio para comer pero no encontramos nada.
            Como se hacía tarde no volvimos para Luarca y comimos en un restaurante que esta en un hotel en la orilla del puerto. La comida no fue muy buena.
            Mientras comimos la marea subió hasta casi el borde del muelle. El mar además se había revuelto bastante más. Con ello pudimos ir hasta la escollera exterior y disfrutar de las olas.




domingo, 2 de marzo de 2008

08-03-02 Peña Cebolleda (León).


Sigue haciendo buen tiempo y quiero subir otra montaña. Mirando en la lista de montañas más bonitas, bastante abajo está el pico Gildar. Es un pico que está en un gran macizo al sur de los Picos de Europa. Está entre el valle de Valdeón, el puerto de Panderruedas, el puerto de Pandetrave y Riaño. Miré en internet y marcaba una ruta desde el puerto de Panderruedas. El track para el GPS no lo pude cargar pues tengo ciertos problemas de conexión al cambiar el windows de mi ordenador.
Así que nos fuimos para este puerto. Para ello, desde Huergas, bajamos a La Robla, cogimos la CL-626 y fuimos hasta más allá de Sabero, donde se coge la nacional que sube hacia Riaño. Pasamos este pueblo y seguimos hacia Cangas de Onis. Mucho antes de pasar a Asturias, antes de llegar al puerto del Pontón, hay un desvío que lleva al valle de Valdeón. Para entrar a este valle se pasa por el puerto desde el que vamos a iniciar nuestro recorrido. Hay un buen aparcamiento en esta zona y una zona de esparcimiento.
Hacia el sur sale una pista forestal. Inmediatamente aparece una que baja y otra que sube. Pensando que la buena era la que subía, pues nos fuimos para la de arriba. Va por un buen bosque de robles y hayas. Pasa por una subestación eléctrica que debe abastecer al valle. Ya más para arriba la cresta pierde el arbolado. Seguimos por ella, la senda es buena y marcada. Pero llega a una collada en la que hay que decidir si bajar por el valle en dirección al pico que queda a la izquierda o seguir la cresta y esperar que se pueda llegar al pico. Al principio optamos por el valle pero vemos que hay que bajar bastante para luego volver a subir. Además hay bastante nieve y agua que puede hacer el camino difícil.



 Entonces seguimos por la cresta y por ella con no poco desgaste llegamos a otro pico que hay cercano pero que no es el Gildar. Más tarde en los planos vi que este pico se llama Peña Cebolleda y apenas tiene 25 m menos. La vista es muy buena y el día es casi caluroso. Es un mirador perfecto para ver el macizo occidental y el central de Picos de Europa. Para llegar al Gildar hay que bajar y volver a subir y las fuerzas ya no van sobradas pues llevamos como 600 m de desnivel y 6’4 Km de caminata.



            Así que comemos y volvemos por donde hemos venido. Al final casi 13 km de caminata.
            La cerveza que nos tomamos en Riaño estaba muy buena.