Teníamos ganas de hacer una buena caminata. Esta ruta
hacía tiempo que la había encontrado en internet y pensaba que podía ser buena.
Como últimamente estábamos bastante desentrenados no pensaba que llegáramos al
final ya no por distancia sino por falta de esfuerzo.
Esta ruta se encuentra en un pueblo llamado Pradoalbar que
se encuentra en la estribación Este del gran macizo de Manzaneda.
Para ir hasta allí bajamos hasta A Gudiña y tomamos la
carretera que lleva a Vilariño de Conso. Es una bonita ruta que pasa por el
embalse de As Portas.
Pasada la espectacular presa de bóveda que vemos por
arriba y por abajo hay que estar al tanto para tomar el desvío a la izquierda
que lleva a San Mamede de Edrada.
Nos vamos acercando al macizo de Manzaneda y el paisaje se
va haciendo más espectacular. Más adelante hay un desvío a Edrada pero hay que
continuar un poco más adelante para desviarse a la izquierda también y subir a
San Mamede y luego Pradoalbar.
Por esta carretera nos introducimos en un cerrado valle en
el que están estos pueblos citados de Edrada, San Mamede y por último
Pradoalbar.
En Pradoalbar el valle se abre en una zona amplia llena de
bonitos prados donde se esparcen las casas del pueblo. En el camino se pueden
contemplar algunas bonitas cascadas y un castro en el que no paramos.
Dejamos el coche en el pueblo y seguimos caminando por el
valle principal que continúa adentrándose en la montaña. Es un bonito camino
todavía en buen estado y muy espectacular por sus tramos enlosados de losas de
piedra. Hay quien dice que es un camino romano.
Hay que estar al tanto porque en el tercer puente que
aparece en el arroyo hay que cruzarlo. Este puente está en una zona donde el
arroyo se ensancha y forma una playa de poca profundidad. El arroyo,
prácticamente en todo su recorrido va encajonado entre pizarras formando unas
espectaculares pozas de agua clarísima aunque inaccesible.
Nosotros nos equivocamos y seguimos por la margen
izquierda hasta que empezó el camino a cerrarse y hacerse impracticable.
Tuvimos que cruzar el arroyo como pudimos pues todavía iba
crecido. Volvimos al camino y continuamos el recorrido. Pronto llegamos a un
pequeño puente de piedra que también dicen que es romano.
Pronto teníamos que volver a cruzar el río pero esta vez
sin puente. Seguimos el recorrido y encontramos una señal que nos sacaba del
camino. La ruta está mal señalizada pues no se ha cuidado su mantenimiento. Por
ello hay que ir con cuidado para no perder este punto donde hay que abandonar
el camino.
En este punto empezamos a subir la montaña donde se
encuentra el Castelo de Cerveira. No hay prácticamente sendero y hay que subir
por una fuerte pendiente en media ladera que hace complicada la subida. Hay
mucha hierba que impide ver donde pisas y la fuerte pendiente lateral hace que
te puedas ir para abajo si te descuidas. No hace mucho esto debió de quemarse y
hay muchos tocones de matorral quemado que hacen más dificultoso el camino.
Llegamos al final a lo alto donde se encuentra el Castelo.
Esta pequeña fortaleza defensiva ha creado muchas opiniones. Hay quien dice que
es un castro. En mi opinión esta teoría fácilmente se desmonta por la altura en
la que se encuentra. Los castros están en cerros muy fácilmente defendibles
pero de no demasiada altura pues hay que tener en cuenta que sus habitantes
tenían que bajar todos los días a cultivar, cazar, coger agua…
Otros dicen que es una defensa romana. Esta teoría la
basan en los habitáculos que hay en la fortaleza que son rectangulares y no
redondos. Cuesta pensar que a una zona tan escondida llegaran los romanos y
montaran una fortaleza. Hay quien dice que era para controlar las tribus celtas
que se movían por estas montañas.
También hay quien habla de lo misterioso de esta
construcción.
Lo que se puede ver es los restos de una muralla circular
que cierran la parte menos defendible. Ahora solo queda un cordón de tierras
amontonadas pero en la que se puede ver perfectamente el trazado. Se distingue
la puerta de entrada.
El resto de la
fortificación se defiende por los cortados naturales de la montaña.
En el interior solo se puede distinguir el arranque de los
muros de varias dependencias rectangulares normalmente adosadas a la muralla.
Lo impresionante de este cerro son sus magníficas vistas.
Está completamente aislado en el centro de unos valles que la bordean por todos
sus lados. Estos valles son redondeados y presentan unos estupendos prados de montaña.
El camino de vuelta fue más pesado por el calor que ya
hacía.
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