Es viernes y me doy un paseo por la tarde para caminar. Me voy por la carretera de Llombera hasta llegar al puentecillo que hay cuando ya empiezan las cuestas fuertes para llegar a la población.
Aquí me desvío campo a través por la derecha con idea de subir a un collado más bajo que comunica con otro valle que lleva a Puente de Alba.
Una vez en el collado voy cresteando en dirección a Huergas. No es fácil ir por ella pues está llena de arbolado y matorral que hace difícil el paso. Solo una sendas usadas por las vacas y supongo que por los cazadores me dejan avanzar con dificultad. Voy con Espinete, el perro de mis caseros, que va disfrutando entre tanta maleza. A veces le dejo a él buscar la senda pero siempre se va por las de zorros y jabalíes que son muy buenas para él que es bajo pero muy malas para mi.
Al final en una de esas zonas encuentro unas hayas de gran porte que dejan una buena zona de sombra sin matorral donde se puede descansar un poco.
Y es aquí donde encuentro una especie de cueva excavada por el hombre que me da una gran sorpresa. Rastreo mejor la zona y veo que hay restos de una casa, otra cueva igual y por el otro lado de la cresta, mirando hacia León una serie de trincheras. No hay duda que son trincheras de la guerra y las cuevas eran refugios. Se me está haciendo de noche y no entro en ellas.
Continúo por la cresta hasta llegar al camino que sube desde el pueblo. Llego ya de noche al pueblo.
Preguntado a la gente que conozco del pueblo de la existencia de estas trincheras nadie las recordaba.
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