Es un domingo por la tarde y tengo ganas de ver algo. Así que tomo el coche y me voy a ver las Miédolas. Esto está en una población llamada Las Omañas. Está a medio camino entre la montaña y el páramo.
Aquí el terreno es llano, de aluvión, pero surcado por profundos valles que han formado los ríos sobre estos depósitos de zahorra natural.
Voy para La Magdalena y luego voy hacia el sur por Rioseco de Tapia hasta Villarroquel. Allí giro a la derecha para ir a Las Omañas. Ya en la población hay una calle a la izquierda hacia Villaviciosa de la Ribera. Al poco de salir del pueblo se pasa una cantera. Pues detrás de la cantera, en la ladera, están Las Miédolas.
El camino hasta aquí ha sido un poco pesado por las curva pero ha sido agradable entre enormes choperas que se cultivan en las riberas de los ríos.
Aparco en la explanada del cementerio y tomo las pista que asciende, junto a la cantera, hacia lo alto de la ladera.
La cantera está explotando los vertidos de la antigua mina, todo el material que se iba arrastrando con el agua hasta el pie.
Según se sube el camino se mete en un estrecho barranco por el que se sube hasta la planicie. Como esta gran cárcava hay muchas más discurriendo paralelas en el sentido de la pendiente producto de la erosión provocada por el agua canalizada por los romanos.
Es el sistema de “ruina montium”. Se llevaba el agua hasta la parte alta a través de largas conducciones. Luego se dejaba correr ladera abajo. El material de aluvión se iba arrastrando hasta la parte baja. En ella se separaban los gruesos de los finos y en estos últimos se buscaba el oro.
En el lugar es difícil ver bien la forma de la mina. Solo aéreamente se ve que las carcavas son muy paralelas y no puede ser nada natural.
Al final ha sido un poco paliza el paseo por poco menos que un secarral.
Cuando ya estaba casi abajo, cerca de la cantera vi de pronto que un mata cercana se movía. Me acerqué y vi una enorme serpiente. Saqué la cámara para hacerle una foto. Lentamente ella intentaba ir escondiéndose. Cuando vi que me acercaba para hacerle una foto y por tanto se dio cuenta que la había visto se fue contra mi y tuve que apartarme corriendo. Aprovecho ella para esconderse en un montón de piedras cercano.
Imponía sobre todo lo gorda que era.
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