En otra excursión anterior, en un paseo vespertino un viernes, encontré una escondidas trincheras y un par de cuevas a modo de bunker en la cresta de la ladera sur del valle de Huergas y Llombera.
Aunque esta mañana me di una buena vuelta por la mina de Divina Providencia, esta tarde había quedado con mi casero, Chus, su mujer y un par de amigos más de Huergas en ir a verlas pues no las conocían.
El cielo esta tarde tenía muy mala pinta pero no nos pudimos resistir a dar un paseo. Así que partimos para arriba.
Para ello subimos hacia el final del pueblo en dirección a Llombera. Cuando se llega a la última casa a la derecha, tomamos la calle que la delimita y bajamos hacia el fondo del barranco. Seguimos por el camino y pronto encontramos un camino a la izquierda que va subiendo la ladera.
Es un camino que he subido muchas tardes. Va entre robledales y luego hayas en un paseo muy agradable. Hay que subir con calma pues la pendiente es más importante de lo que parece.
Se llega a un cruce en el que hay que tomar el camino que sube a la derecha. Es como hacer un zigzag. Al final se llega a la cumbre y el camino vuelve a girar yendo en dirección al Este. Se va entre robledales y luego se llega a un claro. El camino sigue por la derecha del claro bajando ligeramente.
Más adelante el camino da un giro a la derecha dejando la cresta. En ella hay un pequeño claro. Pues buscando alguna de las sendas que hay y siguiendo unos 100 metros se llega a las trincheras. Es un pequeño punto de la cresta más alto y sin arbolado en el lado que mira a La Robla. Allí se pueden ver varias trincheras. En la ladera opuesta, en el lado que mira al valle de Huergas sin embargo hay varias hayas de gran tamaño que forman una cubierta protectora a una zona de pradera donde se ve el recinto de una antigua casa. A ambos lados de la casa están las cuevas que se usaban como búnkeres.
Las trincheras de esta zona fueron del bando rojo. Miraban todas hacia León que es donde estaban los nacionales. Y es para este lado donde estaban las trincheras. En el lado opuesto, en el protegido por la propia montaña de los tiroteos, tenían los soldados la vivienda y la protección de los búnkeres.
Las trincheras no recorren toda la cresta sino que se concentran solo en este punto. Desde aquí se controla bien el valle que viene desde Puente de Alba y que, por el collado, se puede pasar al valle de Llombera. Seguramente era un puesto de vigía para controlar este punto de posible paso.
Nos metimos en los búnkeres que no eran muy largos.
Cuando llegamos arriba nos habíamos mojado varias veces por la lluvia pero estábamos contentos. Es época de setas y encontramos una espectacular.
Bueno ya con esto nos bajamos con cierta prisa antes que se nos hiciera de noche.
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