Esta mañana me he levantado temprano. Tenía que ir de compras pero como era muy pronto he subido hacia el puerto de Pajares para ver la zona. Y no me ha defraudado. Por el lado de León el puerto es muy suave. No obstante va por un valle en ocasiones estrecho y se soluciona el acceso con túneles. La vía del tren y la carretera van jugueteando una con otra buscando el espacio.
Se pasan numerosos pueblos la mayoría de ellos mineros. A medida que se va ascendiendo la vegetación va reflejando la altura.
Ya cerca del alto se mete una niebla buena y al llegar a el no se ve prácticamente nada. A partir de ahí es como si se llegara a lo más alto de una montaña rusa y empezara el brusco descenso. Curvas y más curvas con un descenso continuo que en muchos sitios marca el 17% y cosas así. Es como si cayeras a un pozo. Bajo en segunda pues tengo que ir adivinando las curvas con la llovizna y la niebla. Al final encuentro un sitio donde dar la vuelta y me subo de nuevo para arriba.
Me paro en el alto y no se ve ni dos palmos.
Me vuelvo para Huergas. Habrá que volver y patear bien todas estas zonas.
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