Hoy voy a realizar una excursión por el Parque de los Alcornocales en su zona cercana a Algeciras.
Hace años recuerdo que subí una carretera que partía de la barriada de Pelayo mas o menos, en la carretera N-340 dirección Tarifa. Hoy quiero ver si la sigo entera pues si no me equivoco debe de llegar hasta casi Los Barrios.
Me ha costado un poco encontrarla. Yo recordaba que estaba en el mismo Pelayo sin embargo la que he cogido hoy está casi en el mesón de Sancho. De todas formas igual es otra aunque no creo que hayan muchas. La que cojo está una vez pasado Pelayo y el albergue infantil pero antes de llegar al mesón. Es una entrada bastante ancha y en la dirección del tráfico. Tiene en la entrada un cartel de área recreativa. Una vez ya en el área se bifurca en dos. Una sigue hacia el mesón y la otra se va hacia la derecha y empieza a subir. Hay un cartel que la marca como ruta cicloturista.
La cuestión es que del asfalto solo quedan vestigios y la carretera parece más una montaña rusa en la que hay que ir con cuidado de no romper el carter.
Pronto nos internamos en los alcornocales y el paisaje es muy sugestivo. Se unen además las nubes procedentes del mar que en esta zona se meten entre los árboles formando una espesa niebla. El viento es fuerte y mientras en Algeciras la temperatura cuando salgo a las 8 de la mañana es de 20 ºC aquí ha bajado hasta los 15 ºC y peor todavía con la sensación del viento.
Continúo la carretera con mucho cuidado pero no me preocupo demasiado pues la vuelta todavía es posible aunque pueda ser una paliza deshacer tanto camino dificultoso.
Pronto se llega a la cabecera del río de la Miel pudiéndose contemplar la ciudad de Algeciras abajo, al fondo, e incluso cuando las nubes lo permiten Gibraltar. Pasamos a la cabecera de otro valle que es el del arroyo de Botafuegos. Aquí la carretera empieza a bajar y su estado se hace preocupante. Tengo que parar el coche y continuar andando para valorar si una retirada a tiempo puede ser conveniente. Hay que tener en cuenta que en bajada aunque el terreno esté muy pedregoso y rocoso el coche puede bajar pero volver a subir eso puede ser imposible.
A cien o doscientos metros el camino pasa una puerta y se hace bastante bueno por lo que decido seguir. Paso el tramo malo y llego al camino decente. Hay un par de miradores en los que vale la pena detenerse tanto para ver el frondoso bosque del valle como las vistas de la bahía. También se pueden contemplar el vuelo de las rapaces y los buitres esta vez perdiéndose entre las nubes bajas.
Incluso me decido a subir por la cresta de la sierra de la Palma y llegar hasta un peñón rocoso ya en lo mas alto de estas cumbres.
A partir de aquí la carretera empieza a descender sin demasiados problemas pero cuando llega a los pastos más o menos llanos empieza a pasar fincas particulares y el firme se estropea mucho. Hay que pasar porque no hay más remedio pero con mucho cuidado. También hay que ir abriendo y cerrando puertas de las vallas ganaderas siempre con el susto de que alguna tenga un candado. Es difícil pues tienen que ir pasando los ganaderos de una finca a otra y no pueden cerrar las puertas con llave pero tampoco sería la primera que me encuentro.
Al final llego a un camino asfaltado cerca de la nueva cárcel de Algeciras y pronto llego a la ciudad realmente cansado de tanto bote y de tanto aguzar los sentidos para no romper el coche en un descuido.
No recomiendo esta ruta a nadie salvo en todo terreno. Por el final de la ruta hay un cartel de camino restringido para los vehículos a motor pero no lo vi a la entrada.
La falta de cuidados por parte de los vecinos de los caminos los hace intrasitable. Antes los mismos propietarios cuidaban de mantener los caminos decentes pero ahora rige la política de que sea papa Estado el que lo haga. También ahora hay cada vez menos trabajadores del campo que pasan por los caminos por lo que están más descuidados. Por último últimamente ha prosperado una política, para mi completamente equivocada, por parte de los gestores de los parques, de arruinar los caminos con la excusa de que así no entran los turistas. Para que no entren los turistas se pone vigilancia y normas pero los caminos y los montes hay que mantenerlos en economía sostenible y no abandonados.
En fin una ruta perdida salvo para los grandes caminantes.
Parque de los Alcornocales: merece la pena visitarlo. Desconocido para mucha gente. Aunque mejor que siga así.
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