Cuando uno pasa por la autovía del interior en dirección a Alicante, Murcia o Albacete, tiene que recorrer toda la comarca de La Costera. En este largo valle hay distintos lugares y montañas que llaman la atención. Uno que a mi siempre me ha atraído y nunca he visitado es la brecha que hay tras la población de Vallada.
Así que hoy que estoy solo, mi chavala está en Asturias, me hago una escapada a este punto.
Hoy es día de cambio horario así que la gente lo dedica a dormir una hora más y yo a salir una hora antes. De esta forma a las ocho ya tengo la mochila a la espalda.
Para llegar al paraje no hay problemas pues el Ayuntamiento de Vallada lo tiene bien marcado con carteles por toda la población y rápidamente se rodea ésta hasta llegar al camino que va hacia Ontinyent y que se mete por este barranco.
Hay que aplaudir como tiene cuidado el Ayuntamiento el paraje de las Ermitas. Limpios y cuidados bancales con mesas, un área recreativa muy cuidada con bar y dos ermitas. También hay una moderna piscina. Parece que están construyendo unas casas de madera supongo que para alquilar que pueden estar muy bien.
En este punto encontramos dos sendas. La primera tiene un cartel nada más pasar un puente que hay tras el cementerio. Es una larga ruta que debe tener zonas interesantes pero que no hago hoy.
Más arriba a continuación del área recreativa y antes de llegar a la ermita hay un camino a la derecha donde está el cartel que nos interesa. En este cartel está la ruta de hoy que nos llevará al curioso pico del Penyó y al castillo.
Según dice el cartel son 6,8 km y la dureza es media debido a las empinadas cuestas.
Pasamos junto a la piscina y tomamos el barranco. La senda está bien marcada y cuidada con marcas verdes y blancas y carteles. También hay marcas rojas y blancas que deben de ser de otra senda o de un marcado anterior.
Pasamos un par de veces el barranco que normalmente siempre lleva algo de agua. Si uno se agacha y prueba un poco de agua verá que es ligeramente salobre. Y esto es porque nos metemos en un una zona de keuper (zona sedimentaria con yesos y vetas salinas, procedente de los fondos de antiguas lagunas). Podemos encontrar muchas vetas de yesos y tambien curiosas vetas rojizas de un rojo muy vivo. Algunos jacintos de compostela se pueden encontrar.
Pico del Aguila.
Tras unas duras cuestas llegamos por la senda al Túnel del Sumidor (Túnel del Sumidero). Un cartel explica la larga caverna que hay bajo nosotros de 1,3 km de longitud excavada en yesos por un arroyo que se alimenta de un barranco que hay más arriba sin salida y de algunas dolimas. La bajada es un poco complicada pero con cuidado se puede hacer. Uno se encuentra abajo con un riachuelo que aparece de una caverna y que continua por otra caverna, es decir estamos en un hundimiento. Me interno un poco en las galerias con ayuda de una linterna que llevo siempre. El suelo está muy resbaladizo pero duro. Hago algunas fotos y me quedo a oscuras unos momentos para acerlas. Cuando vuelvo a encender revolotea a mi alrededor un murciélago. Hace falta unas botas de agua para ir tranquilamente por dentro de ella y un mono para poder restregarse pues hay escalones pronunciados. No se si también hará falta cuerdas. Esto hay que dejarlo a los espeleologos.
Salgo de la cueva y continúo el ascenso. Al final se llega a una pista de tierra. Si nos asomamos a la parte de enfrente ligeramente a la izquierda vemos un barranco sin salida de aguas. De hecho hay en primer término una dolima muy clara y a continuación el barranco. Ambos, fundamentalmente el barranco son los que alimentarán con toda probabilidad el sistema cavernario.
Zona del Sumidero.
Cueva del Sumidero.
Barranco sin salida de aguas, que alimenta al tunel en yesos del Sumidero.
Continuamos el camino para la derecha y ya tenemos poco más adelante la última cuesta que asciende al Penyó. Es pintoresco lo mires por donde lo mires, es un autentico peñasco rodeado de cortados por todos los lados. Parece un pan de azucar en pequeño. Hay una senda que llega hasta arriba, en los últimos tramos se han picado en roca algunos escalones y se han hormigonado otros pero con bastante disimulo. Arriba queda una pequeña banqueta donde hay un cartel explicativo, una cruz y una placa solar para iluminarla. La vista es francamente interesante y eso que hoy a salido nublado.
Descendemos y continuamos el sendero rodeando el Penyó, para ir hacia el castillo.
Es una pequeña fortaleza árabe de la que apenas queda unos lienzos que aprovecha un fuerte cortado desde donde se divisa la población. Aquí también han cuidado la cartelería y han puesto algunos bancos de madera para descansar. Solo faltaría que protegieran los cuatro lienzos de muros que quedan y que excavaran el interior para ver lo que pueda quedar de valor e interés.
Volvemos sobre nuestros pasos y luego seguimos rodeando el Penyó y bajando hasta llegar al Pico del Aguila que es un pequeño farallón con un buen cortado desde donde se divisa toda la zona de las Ermitas. Queda ya un tramo de descenso por donde subimos y llegamos al punto de partida. Cuando ya llego me cruzo con un grupo de espeleólogos que van a la cueva.