El día anterior nos dimos una buena paliza, más de
kilómetros que de pateo, para ir a Bulnes.
Este día no pensábamos ir tan lejos así que nos decidimos
por ir a la búsqueda de una estación perdida.
En la excursión del día siete de agosto fuimos a Pendilla y
ascendimos hasta el lado de Asturias. En este punto, aparte de una
impresionante vista, se puede contemplar los muchos rodeos que da el
ferrocarril en la bajada por el puerto de Pajares. Entre los muchos túneles que
se pueden contemplar se observa una pequeña estación casi inaccesible en una
fuerte ladera en el fondo de un valle. Es tan inaccesible que ni tan siquiera
tiene un camino asfaltado. Solo llega una empinada pista forestal. Quedamos en
ir en una próxima excursión y buscar esa estación.
En el Google Hearth vi que a esta estación se puede llegar a
partir de un pequeño pueblo asturiano llamado Parana.
Así que bajamos el puerto de Pajares y llegamos hasta la
población de Puente de los Fierros. Una vez pasada esta población, poco más
abajo hay un desvío a la derecha que lleva al pueblo de Parana. La carretera es
estrecha, se mete por un pequeño valle y pronto cruzamos una de las tantas
vueltas que da la vía ferrea. Poco más arriba está el pueblo de Parana. Dejamos
el coche a la entrada de pueblo pues sus calles son francamente estrechas. Comenzamos
a caminar buscando un camino que saliera del pueblo hacia el fondo del valle
que es donde está la estación.
Pronto un hombre mayor nos preguntó donde íbamos y tras
comentarle nuestras intenciones nos explicó por donde podíamos ir. Así que
cruzamos el pueblo hasta la parte alta y tomamos un pequeño camino que sube
hasta otro mayor asfaltado que lleva a otra población menor llamada San Andrés.
Este camino, ahora que lo sabemos, se puede también tomar unos 100 metros antes
de llegar al pueblo de Parana.
El camino era agradable, con unas estupendas vistas del
valle y rodeado de avellanos en los que Luisa se divertía cogiendo sus frutos.
Llegamos a San Andrés que no son más que cuatro o cinco casas algunas de ellas
ahora en restauración supongo que para veranear. El camino seguía ya en tierra
y más estrecho. Se iba cerrando entre arboles y un ligero orballo a intervalos
nos refrescaba. Se llega a un punto con una bifurcación. Hay que tomar el de la
derecha que baja ligeramente. El de la izquierda se sube a los puertos de
verano en las partes altas de la montaña por donde estuvimos en la anterior
excursión citada.
Tras pasar por algunas umbrías realmente bonitas el camino
va poco a poco empinándose y la vegetación arbórea va desapareciendo siendo
sustituida por elevado y espeso matorral. Según seguimos, molestamos a unas
pocas vacas que tranquilamente pastaban por la zona. Y digo molestar porque las
hicimos salir del camino y meterse en la espesura para poder pasar.
El camino se hizo muy empinado y comenzó a zigzaguear. Su
estado se iba estropeando con el aumento de la pendiente pero al final
conseguimos llegar a la estación.
Lo primero que nos encontramos fue un viejo edificio
largo, adosado a la ladera y con un largo corredor acristalado o mirador. La
sensación que nos dio es la de un cuartel minero pero pensamos que podía ser
viviendas de los ferroviarios. Tiene tres puertas como si fueran tres viviendas
distintas. No están abandonadas y disponen incluso de luz. No obstante se
encuentran bastante abandonadas. Tras esto llegamos a la estación.
Existen dos edificios separados uno a cada extremo. El
primero es un transformador de alimentación de corriente a la catenaria. El
segundo, más lejano es la propia estación. Tiene incluso nombre, Navidiello –
Paraná y placa del Instituto Geográfico Nacional que da la cota del lugar. No
creo que nunca se vendiera un billete en ella. Supongo que se construyeron para
mantenimiento de la infraestructura y tal ver como pudimos sospechar después,
como cargadero de carbón.
Fue casi un prodigio conseguir en esta ladera un tramo
recto suficiente donde construir una estación. Dispone de una vía principal y
dos apartado. La más interior es de raíl más pequeño que el de la principal y
se ve menos usado. Es una de las vías apartado. La central es la vía principal.
La más exterior es de la misma calidad que la principal y es la que accede al
andén principal. Es otra de las vías apartado y se ve más utilizada.
En el extremo del lado Oviedo hay un túnel, bueno
realmente dos túneles paralelos. El más interior a la montaña es más ancho y
por el se introduce una de las vías apartado y la vía principal. El túnel más
exterior solo tiene una de las vías apartado. Nos introducimos en el túnel de
la vía apartado. Está en curva y no se ve el final por lo que no nos atrevemos
a continuar mucho por si acaso se la por pasar un tren. Supongo que al final
del túnel estará el aparato de vía que la une a la principal.
Por el lado León encontramos un túnel, también triple más
o menos a mitad de estación. Es recto y nos atrevemos a pasar a través de uno
de los túneles. Tras pasarlo la playa de vías continúa y están los aparatos que
unen las vías apartado a la principal. La estación acaba con un nuevo túnel,
esta vez sencillo y con una sola vía. Aquí, al final nos encontramos una vieja
caseta de madera ya destartalada de las que se empleaban para los guardas de
los pasos a nivel. Esta no se para que se emplearía.
Todavía se puede ver el muro circular que soportaba el
depósito metálico, hoy desaparecido, que abastecía a las locomotoras. El agua
la tomaba de un arroyo que baja de la montaña.
Tras patear la estación decidimos volvernos. Es cuando ya
empezamos a bajar que vemos restos de edificaciones a la entrada. Nos acercamos
a ella y encontramos las ruinas de un viejo edificio y un poco más allá un
cargadero. Un poco más allá, casi inaccesible por los matorrales encontramos
una pequeña habitación abovedada de gruesos muros que parece pudo ser un
polvorín. Más arriba sobre el túnel del ferrocarril se ven vertederos de
escombro de mina. Por tanto entendemos que hubo una mina en la zona, quizás las
que vimos mucho más arriba en la excursión antes citada. Quizás se llegó a usar
la estación de cargadero.
Nos volvimos de vuelta por el mismo camino ya lloviznando
a ratos con cierta intensidad.
Posteriormente, ya en casa, busqué información sobre el
lugar de Navidiello. Parece que en este lugar hubo varias edificaciones y
formaban un pueblo. Según cuentas una ampliación de la estación acabó con ellas
salvo la que he comentado que queda.
En cuanto a las minas de Navidiello pertenecían a la
empresa “Explotaciones Diez Amigos”. No sé cuando dejaron de funcionar pero
todavía se puede encontrar en internet reclamaciones en los años 90 y 2000
contra esta empresa de Industria y de algún juzgado por lo que no debió acabar
muy bien.
En este valle, más abajo de la población de Parana existe
un gran terraplén que cruza el valle y por el que circula la vía del tren.
Parece ser que este es el lugar donde existió un puente metálico en curva que
construyó Eiffel. Según he leído dicen que este puente fue sucesivamente tapado
para que resistiera el peso de mayores cargas de los trenes. Eso significaría
que todavía está tapado en el terraplén, lo que me extraña mucho. En fin la
cuestión es que ya no existe con lo que se ha perdido un gran puente según
cuentan los escritos.