La ruta de la Plata es un buen trazado para ir de turismo. Así uno puede visitar Zafra y comprar vino en Almendralejo, ver Merida, pasar por el embalse romano de Proserpina, ver el monumento de la humanidad que es Cáceres, disfrutar de la vista del enorme embalse de Alcántara, pasar por Plasencia, visitar la judería de Hervás, ver el bonito pueblo de Candelario, disfrutar de Salamanca, el románico de Zamora o la catedral de León. Y además si uno se da unos pequeños rodeos se puede ver por ejemplo Trujillo o el parque natural de Monfragüe.
Pero la cuestión es que teníamos cierta prisa por volver del Real de la Jara a Huergas de Gordón y fuimos sin parar prácticamente en ningún sitio.
No obstante nos permitimos hacerlo en dos sitios.
El primero fue en el nuevo puente arco hecho en la autovía a la altura de Cañaveral sobre el río Tajo en uno de los brazos del enorme y larguísimo embalse de Alcántara.
Además lo hizo la empresa donde trabajo y un buen amigo llamado José Miguel Pato como jefe de obra.
Es un puente espectacular aunque si uno pasa por encima no se entera de nada. Hay que llegar debajo para darse uno cuenta de la envergadura del puente. No es fácil hacerlo pues hay que meterse desde la salida anterior por unos caminos de tierra.
Realmente son dos puentes uno al lado del otro. Están formados por un arco metálico que se montó fuera se empujó hasta su sitio y se abatió. El tablero se empujó sobre el arco. Éste tiene unos deflectores que parecen como dientes de engranaje porque cuando se montó el viento lo hacia oscilar.
Unas fotos lo dicen todo.
Después de comer nos dimos un paseo por el barrio judio de Hervás. Son calles estrechas y con pequeñas casas que forman un curioso laberinto.
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