Jueves Santo, con ganas de montaña pero sin grandes ideas. Por ello decido coger el coche e ir de descubierta por la zona de Enguera que no he pateado últimamente.
Así que me tomo la autovía, me meto por la salida de Estubeny, paso cerca de Anna y llego a Enguera. Tengo noticias de que de la población sale alguna ruta al castillo que puede ser interesante pero no me entretengo. Veo en la población algún cartel sobre éste. Llama la atención la mole que separa el valle de Enguera de la Costera. Habrá que patear esta montaña.
El valle de Enguera es amplio, lleno de un caos de barrancos y lomas de carácter térreo y llena de olivos y chalets. A partir de Enguera la carretera se hace estrecha y mala y pronto empezamos a subir hacia los altiplanos de los alrededores del Caroig. La carretera de pronto mejora y el paseo es agradable. Quedan todavía algunas islas de pinadas de lo que fue un enorme bosque de pinares hace años. La planicie está rota en bastantes sitios por profundos barrancos. En uno de ellos están las pedanías de Navalón de Abajo y de Arriba. Para ir allí hay que desviarse por una carretera que baja al barranco de las Cuevas. Poco antes hay una carretera que baja a este mismo barranco y que parece que hay una zona bonita llamada barranco de las Hoces. También poco antes cruzaba la carretera el GR-7.
Una vez se baja al barranco de Cuevas donde están los Navalones, encontramos pequeñas huertas y campos de almendros y olivos muy cuidados y arreglados. Parece mentira que estos pueblos no estén ya muertos. Pronto llegamos a Navalón de Abajo que está bien cuidado. Supongo que la mayoría de las casas será ahora de gente de fuera. Navalón de Arriba ha crecido desde la época en que yo subía por aquí al albergue de la iglesia de Algemesí. Ahora hay dos restaurantes para la gente que viene por aquí.
Sigo hacia el Arenal donde hay un area recreativa y un camping un tanto desordenados y lleno de chatarra pero en funcionamiento y lleno.
Me vuelvo al pueblo y me voy por la carretera de Mogente. Seguimos subiendo y bajando barrancos que rompen el altiplano. Llegamos a las Cumbres de Valencia, urbanización apretada y colocada rompiendo la tranquilidad de estos llanos supongo que por algún salvaje especulador hace ya años.
Desde la zona de la urbanización se ve, a la derecha, un gran barranco con buenos cortados y como he pateado poco decido buscarlo y recorrerlo.
No me cuesta encontrar el camino. Bajo hacia Mogente y cuando llego al puente que cruza la autovía, justo antes, sigo el camino de servicio de la derecha. Este camino pronto se separa de la autovía y se mete siguiendo el barranco hacia los grandes cortados. Entro en coche por la zona más estrecha hasta la zona donde se amplía y que unas cadenas me impiden continuar.
Donde paro el coche el barranco se bifurca en dos. El camino se bifurca en tres, uno a la derecha abandonado y cerrado con grandes piedras. El del centro sube la loma que separa ambos barrancos. El tercero se va por el barranco de la izquierda. Yo sigo el camino central y subo entre ambos barrancos. Se ve esto una finca bastante cuidada y que mantiene los cultivos tradicionales. Van recuperando los bancales existentes y han plantado arboles no frutales autóctonos. También mantienen los olivos, higueras, pinos, etc. ya existentes. No se de quien será esta finca pero la mantienen sosteniblemente. Han aprovechado los manantiales existentes y han hecho depósitos con los que mantienen el goteo que han puesto a los árboles. No se si será alguna sociedad de cazadores pero no me importa mientras mantengan fincas así.
La subida es dura pero pronto llego a un rellano donde hay algunas parcelas y una especie de casa de la finca. Tomo un camino que sale hacia la derecha. Se va por una bifurcación del barranco de la derecha. Paso por un deposito que aprovecha un pequeño manantial. El camino cruza el barranco y se va a buscar el otro brazo de la bifurcación. Se va por un camino recién limpiado entre pinos jóvenes. Al fondo del barranco hay una replaza de campos todavía cultivados y una vieja casa en ruinas que según los planos son les Casetes d’Ambrás. Sigo el camino que lleva a esta finca y que va por la margen izquierda del barranco a buena altura. Por este camino nos encontramos por otra casa, ésta cuidada con un corral de ovejas y campos de cultivo con un poco de todo aprovechando un manantial. Por los bancales de esta finca bajo al coche pues el camino se va algo más abajo de donde se encuentra éste. Un buen paseo por un barranco tranquilo y cuidado sosteniblemente.
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