Este año estamos dispuestos Luisa y yo a dar buenos pateos por la montaña.
Hoy iba a ser un buen día pues como mucho había previsiones de niebla. Hemos llevado el GPS por si acaso.
La ruta de hoy la vimos en el blog con dirección “http://montesdeleon.blogspot.com/2011/01/pico-sextil-de-las-penas-boca-de.html”
Es uno de los mejores blogs que conozco de las montañas de León.
Así que, esta mañana, nos fuimos en dirección a Boca de Huergano. El día estaba frío pero no pintaba mal pues no parecía haber apenas niebla.
Llegamos ya con el día soleado. La ruta se adentra por el valle del arroyo de Remueda y sube hasta el primero de los picos llamado el Sextil de las Peñas según la página citada. Según el visor del Servicio de Información Territorial de la Junta de Castilla y León se llama pico Mura.
Aparcamos cerca de la parada de autobús de Boca de Huergano. De allí sale una calle que se dirige a la iglesia. Si seguimos adelante sale una pista forestal por la ladera izquierda, tal y como vamos, del monte que tenemos delante que se llama el cueto de la Grancia. La cuesta es pronunciada hasta que la pista, según va girando se introduce en el valle antes citado. Continuamos la pista hasta que llegamos a un collado llamado Bajero. Seguimos la pista forestal que sube. Esta va girando rodeando el fondo del valle hasta llegar a un bosquecillo de viejos y retorcidos robles. Allí el camino se acaba. Continúa una senda que se introduce en el bosque, ahora caduco, hasta que llegamos a una cresta desde la que tenemos una buena visión del embalse de Riaño y su gran puente que lo cruza. La vista aquí ya empieza a ser francamente bonita con el embalse enfrente custodiado por los grandes picos del Gilbo y el Yordas.
En esta cresta hay una empalizada que creo que separa los términos de Riaño y Boca. Hay que seguir esta valla metálica para llegar a la cumbre. El camino a partir de aquí es duro pues hay que ir rodeando el mar de escobas o piornal.
Ya en la cumbre el viento comenzó a apretar. A estas alturas el viento es cortante y frío. Nos refugiamos en su ladera nordeste y comimos algo mientras contemplábamos los Picos de Europa.
Bajamos por la cresta contraria que se dirige hacia el sureste. Entendíamos que la bajada sería más rápida y creo que si lo fue pero bastante más dura por el tamaño de los matorrales. Desde luego imposible subir por este lado. Acabamos finalmente en la pista forestal por la que llagamos hasta Boca.
El GPS nos marcó unos doce kilómetros en total y 800 metros de desnivel.
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