07-01-28 Valle del Curueño (León).

            Llevamos un par de días con cielo completamente despejado y la temperatura de la noche ha bajado muchísimo. Se puede ver el termómetro del coche a las nueve de la mañana marcando –12ºC.

            Quiero ver un poco más de nieve y me voy al valle del Curueño a ver que tal está. Para ello bajo a La Robla y me voy hacia La Vecilla de Curueño. Hay que ir con cuidado pues la carretera está limpia pero en algunos sitios la nieve dura se mete y está muy congelada.

            En La Vecilla me meto en el valle del río Curueño. Pronto, antes de llegar a Nocedo de Curueño pasamos por la cascada que hay en un barranco cercano. Ya la visité en verano y habrá alguna foto de ella por allí.

            Entro por el barranco para ver la cascada a ver como está ahora con la nieve. El barranco está difícil por la nieve que hay ya congelada pero vale la pena entrar. El agua sigue saltando pero hay una cantidad de carámbanos en el rincón impresionante. La grieta donde cae la cascada es un autentico congelador con la cantidad de hielo que hay y la nube de agua casi congelada que se difunde en el aire.

            Tras ver la cascada sigo río arriba con el coche. El camino merece cuidado pues en muchos sitios la nieve cubre la calzada. El ambiente sin sol de las Hoces del Curueño y la nieve que cae de las laderas hace que aunque haya pasado el quitanieves, en muchos sitios, como digo, la carretera esté cubierta de nieve dura.

            Consigo llegar hasta Redipuertas pero más arriba tengo que dar la vuelta pues la carretera empieza a tener pendiente y el coche a patinar. Según me cuentan se puede seguir pero con cadenas.

            El paisaje blanco y más blanco.

            Me canso de tanta nieve y tanto frío y me vuelvo para casa. A la vuelta tengo que extremar el cuidado en las Hoces pues empiezan a subir esquiadores histéricos que se han levantado tarde y van con sus todo terreno creyéndose que son Fernando Alonso.

            Como no he caminado nada, cuando llego a Huergas, saco al perro Espinete y me doy un largo paseo hasta el pueblo de Llombera disfrutando de la nieve y de la tranquilidad del valle de Huergas. A Llombera hay 5 km cuesta arriba.