Observaciones a este blog

OBSERVACIONES A ESTE BLOG:
+13-12-20. Tras un periodo largo en el que me he quitado el cansancio que tenía del montaje de mis excursiones, vuelvo a sacar nuevas. Voy a ir hacia atrás sacandolas por lo que hay que estar al tanto.
+ 11-12-25. Los distintos artículos que aquí publico están ordenados por la fecha en la que ocurrió la excursión o acontecimiento. La falta de tiempo, a la que todos estamos sometidos, hace que publique excursiones bastante más tarde de cuando se realizaron. Eso da lugar a que parezca que en la página no se publica nada nuevo pero se están incluyendo artículos en fechas pasadas. Ruego a mis seguidores fieles que repasen un poco los meses y años pasados en busca de artículos que no han leído.

domingo, 27 de febrero de 2005

05-02-27 Macizo del Caroig (Valencia).






            Ya he dado bastantes patadas en esta zona. Una de ellas ya escrita en este diario de montaña. No obstante vuelvo a la zona repitiendo recorridos para enseñárselos a una buena amiga murciana y amante de las montañas.
            Esta excursión fue para todo el día dado el tiempo necesario para ir hasta este lugar, especialmente desde Murcia y también por la extensión de los recorridos.
            Hay que ir hasta Bicorp y cuando uno ya empieza a ver la población y a bajar hacia ella hay un camino asfaltado que sale a la izquierda y que se dirige hacia el restaurante Los Botijos. En este cruce hay una serie de pequeños carteles. Uno de ellos pone la indicación del restaurante citado que es una zona municipal de acampada.
            Hay que seguir por este camino un cierto recorrido hasta bajar a la cuenca del rio Camuza. Después de cruzar el río por un badén hay un cruce. También en este hay una serie de carteles pequeños. Uno de ellos indica el camino de la derecha el que va a la cueva de la Araña. Este camino en el comienzo es estrecho y empieza en una especie de cuesta hormigonada.
           Pronto se hace de tierra. Hay que seguirlo un buen trecho, volver a cruzar el río y seguir hasta volver a acercarse al río. En una zona recta paralela al río del camino hay un cartel del sendero de pequeño recorrido PRV-234.
            Seguimos este recorrido. Empieza cogiendo un camino a la derecha, donde está el cartel. Apenas cogido el camino hay que coger una senda que sube la ladera. Hay que ir con cuidado pues no es facil de ver esta subida. Se sube rápido por la ladera hasta llegar a una pequeña repisa en la tierra. Esto es una antigua acequia que nacía en lo que luego veremos como azud de los Moros y que supongo que llegaría hasta algún molino o algo así. Hoy por la antigua acequia va una tubería para alimentar al pueblo de Bicorp. Se sigue toda esta acequia manteniendo cota y paralelo al río hasta llegar de nuevo al nivel de éste. En esta zona llegamos a lo que se llama el azud de los Moros. Es una pequeña acequia picada en roca, que parte del río y que era el inicio de la que hemos recorrido. En ella se desviaba el agua del río hacia a la acequia. Aquí, aunque cruzamos el río por el camino, lo abandonamos y seguimos el curso aguas arriba. Nos encontramos con bonitas pozas con agua de color esmeralda, transparentes y muy bonitas. Se sigue el curso y llegamos a un camino que seguimos hacia arriba. Al final de éste llegamos al nacimiento del río Camuza que no es más que un pequeño charco junto a una caseta donde parte la tubería que anteriormente comentamos que alimenta al pueblo.
            A partir de aquí hay que seguir el río rodeando y saltando como se puede grandes peñas. El barranco se va cerrando cada vez más y haciendose las paredes cada vez más verticales hasta llegar a la Gola de Lucino.

            La Gola de Lucino es un estrechamiento del barranco de tal nivel que ambas paredes se pueden tocar con las manos. Nos podemos adentrar por este inquietante estrechamiento hasta llegar a un punto en el que un salto nos impide continuar y nos encontramos encerrados en el interior de una profunda garganta como indica su nombre.
            Volvemos sobre nuestros pasos pero esta vez no abandonamos el camino. Nos apartamos del río y llegamos a una intersección. Tomamos esta a la derecha y empezamos una dura cuesta al final de la cual está la famosa cueva de la Araña. Realmente no es una cueva sino tres abrigos rocosos. Uno no tiene pinturas pues las paredes están negras por los fuegos. Las otras dos están enrejadas. En una de ellas no se ve prácticamente nada. En la central es donde están las pinturas importantes. Entre ellas está la famosa pintura de la recolección de la miel. En ella se ven varios individuos subiendo por una cuerda con un cesto hasta un panal en el que vuelan las abejas.
            Comemos aquí tranquilamente.

            Por la tarde volvemos sobre nuestros pasos hasta el cruce. Tomamos la derecha y ya siguiendo todo el camino llegamos al azud de los Moros y luego al coche.
            Cogemos el coche y volvemos al cruce del camino asfaltado. En vez de volver hacia el pueblo seguimos el camino y empezamos a subir hasta llegar a un cruce con un cartel que pone Caroche. En este camino podemos ver unas bonitas vistas del profundo río Fraile.
            Tomamos el camino del Caroche que es de tierra y tras varios kilómetros empezamos a ver la mole del pico. Al final llegamos a un cruce donde hay una balsa pero seguimos adelante. Llegamos a otro cruce donde hay otra balsa más antigua y una gran explanada donde dejamos el coche. Realmente lo dejamos un poco antes pues el camino se pone un poco complicado por la nieve y no queremos arriesgarnos. La balsa es alimentada por una escondida fuente donde podemos repostar agua. En este cruce también nos encontramos con el sendero de gran recorrido GR-7.

            Subimos andando por el camino que va al pico. El pico en esta subida si se hace sin gente es realmente misterioso. El pico está formado por una serie de banquetas de roca como un castillo natural. Los pinos azotados por los vientos y las inclemencias crecen como pueden. Arriba la vista es espectacular llegando hasta el mar. Hay una caseta de vigilancia permanente antiincendios. Ya con esto el atardecer nos llega y no hay que tentar más al tiempo que ha estado amenazador durante todo el día.
            Nos volvemos al pueblo y tras dar una vuelta por éste y tomar un café damos por terminada la excursión. 

viernes, 18 de febrero de 2005

05-02-18 Hoces del Cabriel (Valencia).

            Hoy toca la vuelta de Cáceres. La hago por el mismo recorrido que la ida y tampoco me paro en ningún sitio.
            Ya cuando toco la provincia de Valencia y, teniendo en cuenta que es pronto, me paro en las Hoces del Cabriel.
            Para ir a ellas hay que salir en Minglanilla y tomar la antigua carretera nacional. Antes de llegar a la presa de Contreras hay un desvío que lleva a la todavía más antigua carretera nacional. Esta es la que bajaba hasta el fondo del profundo valle que forma el río Cabriel en esta zona. Aquí se tuvo que hacer un puerto que bajaba, cruzaba el río por un pequeño puente y luego volvía a subir. Después y aguas arriba, a pocos metros, se hizo la gran presa de Contreras y se pasó la carretera por ella. Ahora la autovía pasa más aguas arriba por dos grandes puentes que cruzan el embalse.
            La bajada por la antigua carretera es bonita pues se ve toda la presa desde abajo, prácticamente a los pies de ella. La presa se hizo en una cerrada del río. En ella había un empinado farallón donde había un antiguo castillo. Este farallón estaba defendido por un lado por el profundo cortado que formaba el río y por el otro por un collado a mitad altura entre el profundo río y la cresta del castillo. El castillo debía ser prácticamente inexpugnable.

            Ahora la gran presa rellena el espacio por donde pasaba el río apoyándose en el farallón del castillo. Por el lado del collado también tuvieron que hacer una presa menor para que el agua no pasara por esta al subir de nivel por la presa. La carretera discurre por encima de ambas y cruza el farallón a través de un túnel. Así queda una obra bastante espectacular con presa, túnel y presa. Todo este complejo se hace todavía más con un restaurante, ahora abandonado, después de la primera presa y antes del túnel. El restaurante esta descolgado por la ladera aprovechando el poco espacio que hay.
            Pues bien todo esto se ve desde debajo de una forma bastante espectacular. También se puede ver el chorro que suelta el desagüe de la presa.
            Poco antes de llegar al puente hay un pequeño camino a la derecha que baja hasta el borde del río. Aunque hay algunos carteles de prohibido el paso y de zona inundable se puede seguir hasta llegar a un aparcamiento donde está el aula de interpretación.
            A la izquierda de ésta, hay unas casas antiguas que parecen una granja antigua que ahora están rehabilitando supongo que para casa rural o algo así. A la derecha del aula parte un camino que es el que hay que seguir para llegar a las Hoces.
            Tomo el camino y al poco se puede contemplar una minicentral eléctrica que toma el agua poco después de la presa y la suelta aquí con un escaso desnivel. Según comentan está en uso pero como es propiedad de Iberdrola la tiene fuera de servicio pues estas minudencias no le interesan. No obstante no la abandona para que no la coja otra persona, la use y tenga que comprarle la energía que produzca. Sigo el camino y cada vez se va haciendo más profundo y bonito. Van apareciendo los primeros estratos perfectamente verticales del terreno que son los que han formado la curiosa estructura de las Hoces.

            Pero apenas puedo ver gran cosa pues el tiempo que me he puesto de recorrido se acaba y tengo que regresar. Quedará también para una próxima excursión desde casa. Por lo menos ahora ya conozco bien como llegar.
            La suerte es que en estos días de febrero y de diario no hay ningún turista y se puede aparcar y pasear con toda tranquilidad.
            Aquí encuentro la explicación a unas curiosas formas que vi en los pinos de sierra Espuña. Eran unas bolas de vegetación que aparecían en las ramas de los pinos. Era del mismo pino pero tenía forma redondeada con acículas más pequeñas pero mucho más densas. Aquí encuentro un cartel indicativo que explica que es una quimera que se forma en los pinos por efecto de un hongo.
            Vuelvo por mis pasos hasta llegar a la carretera que pasa por la presa y paro en ella. Aquí la vista también es atractiva. Entra ganas de entrar en el antiguo restaurante con la cantidad de pisos y recovecos que tiene. Esta cerrado y prohibido entrar pero han reventado muchas veces la puerta supongo que para robar o destruir. También entra ganas de encontrar una ruta que no sea peligrosa para subir hasta el castillo. Es difícil por lo empinado que esta y por los distintos cortados que han creado al hacer la presa y el tunel. También debe de ser curioso entrar por la antigua cementera que se construyó junto a la presa pero que como todo en estos sitios está vallada.




            

jueves, 17 de febrero de 2005

05-02-17 Tierras de Alcántara (Cáceres).

            Nos vamos hacia la Raya, la frontera que divide dos paises. Para ello cogemos la amplia carretera que va hacia Valencia de Alcantara.
            Cerca de Malpartida de Cáceres está el embalse del Barrueco que por lo que he leido tiene especial interés por la cantidad de cigüeñas pero me queda mucho recorrido y no me paro.

            En Valencia me doy un paseo por el pueblo. Tiene ya un cierto parecido a las poblaciones portuguesas. Vale la pena dar un buen recorrido por el centro de la población y sorprenderse por las curiosas calles de la judería con unas curiosas puertas de arco ojival. Destaca también el pequeño tamaño de las casas con muy poca fachada. El castillo recuerda a los de Hispanoamérica. Con amplios y bajos torreones en las esquinas, con forma de estrella típicos de las fortificaciones del XVII y XVIII en el que la artillería era la pieza clave de la defensa.
            Tras la vuelta por la población se hacen las diez y voy a la oficina de información que hay en la misma carretera a su paso por la población. Un par de simpáticas y guapas mujeres me dan toda la información que necesito y las llaves de la antigua sinagoga. Vuelvo a introducirme en la población y voy a la judería. Está rehabilitada y solo quedan los arcos que la cubrían. Una penosa rehabilitación en la que algún arquitecto ha mezclado las formas modernas con las antiguas no impide a pesar de todo hacerse una idea de lo que fue.
            Parece mentira que a estas alturas, después de la conciencia de los empastres que en sucesivos tiempos se han ido haciendo de las cosas antiguas, haya todavía una mayoría de arquitectos que siguen haciendo horrendas mezclas de nuevo sobre antiguo. En esta población también han metido mano en el castillo, con una triste puerta moderna y un edificio biblioteca moderno en el interior.
            Las chicas de información me recomiendan ver los dolmenes de la Aceña de la Borrega. Hay dolmenes repartidos por distintas zonas pero me recomiendan estos. Hay algunos casi completos. No son de gran tamaño pero resultan curiosos. También es curioso el paisaje con montañas de rocas granítica de caprichosas formas.
            Debe ser curioso arrimarse todavía más a la zona fronteriza pero no puedo entretenerme más. Para otra ocasión quedará ir por ejemplo a la pedanía de La Fontañera en el que la calle principal acaba en la misma raya de la frontera.
            Vuelvo en dirección a Cáceres y me desvío en Membrío para ir a Alcantara. La carretera hacia Alcantara es rápida.
            Llego a hora de comer. De todas formas todavía bajo a ver el puente. Desde luego es espectacular. Está muy rehabilitado. Todavía está en uso pasando la carretera por él.
            Como en Alcantara. No recuerdo el nombre del restaurante, está en la carretera un poco más abajo del punto de información, a mano izquierda en una especie de replaza que hay en el inicio de una calle.
            Es un localito pequeño, nuevo, con gente joven tanto en la cocina como en el servicio. Vale la pena promocionar a la gente joven. Comida normalilla.
            Para hacer la digestión me meto andando por el pueblo. Llego al centro donde está la iglesia principal del pueblo. Da gusto en la tranquilidad del mediodía el ruido de pico de las numerosas cigueñas. Un poco más adelante el pueblo se termina y nos asomamos al enorme cortado que forma el río Tajo. Debajo está el puente. En esta zona quedan restos de edificaciones defensivas, la vía romana que bajaba hacia el puente y una iglesia, todo ello abandonado lamentablemente pues esta zona rehabilitada podía ser espectacular.
            De vuelta paso por delante de la casa matriz de la Orden de Alcantara. Vuelvo a bajar hacia el río y me desvío en la indicación de la presa de Alcantara. Paso junto a una iglesia en rehabilitación en la que el arquitecto de turno ha dejado sus huellas modernas de mal gusto. El colmo es el edificio que han construido al lado totalmente moderno de muy dudoso gusto con grandes chapas de color cobrizo que molestan a la vista con su brillo.

            Por este lado se llega a la subestación eléctrica y al poblado del embalse, cerrado y controlado por Iberdrola con lo que no se puede uno acercar a la presa.
            Bajo al puente y lo cruzo. Destacar las defensas existentes de distintas épocas para controlar el paso del río. Un poco más adelante a la izquierda se ve la rampa del camino romano con el típico solado de grandes losas de piedra. Intento llegar por este lado del río a la presa. Por aquí si que se puede llegar por el camino que tiene la indicación de camping hasta la misma presa. De todas formas también está cortado el acceso. Hay un buen mirador que permite una buena vista de ella en un camino que se desvía. La presa es enorme y sobre todo llama la atención el enorme mar de agua que forma y que se pierde a la vista.
            Continuo hacia el pequeño pueblo de Piedras Albas. Este pueblo está a pocos kilómetros de la frontera. Es curioso que en el mismo pueblo esta el antiguo puesto de control de frontera y la barrera a pesar de que todavía, como digo, quedan algunos kilómetros para llegar a la propia raya.
             Aunque continuamos en España el móvil conecta con la red portuguesa por lo que hay que ir con cuidado con las llamadas.
            Continuo hacia Zarza la Mayor y poco antes me desvío hacia Ceclavín. En este pueblo me dirijo hacia Portaje. Antes de llegar a Portaje me desvío hacia el escondido pueblo de Cachorrilla. Allí, poco antes de llagar al pueblo hay una cartel de un sendero que nos lleva a los Canchos de Ramiro. En esta zona existe una estrecha sierra llamada de la Garrapata que se extiende de noroeste a suroeste. Con esta se cruza el río Alagón formando una cerrada que dicen que es muy bonita. Además es una Zepa (Zona de Especial Protección para las Aves). Decido caminar un poco e inicio la ruta. Por la longitud que indica el cartel voy a tener muy difícil llegar al punto pero lo intento.
            En el recorrido cruzamos distintas fincas valladas en las que hay que ir abriendo y cerrando cercas. Vamos por un buen camino que perfectamente se podía recorrer en coche.
Al final se me acaba el tiempo y tengo que dar media vuelta. Todavía me quedaba estimo que una media hora y encima cuesta abajo más la vuelta. Se quedará para otra ocasión. Da gusto caminar por estas espesas y tranquilas dehesas en las que te cruzas con vacas y con cerdos que pastan libres.
            Tomo la dirección hacia Coria pero ya es tarde y estoy cansado de las caminatas de todo el día. También Coria y su catedral se quedarán para otro día. Me voy por el Portezuelo camino de Cañaveral.
            Allí me despido tomando unas cervecitas de mis compañeros de empresa. Vuelvo a Caceres para cenar con uno de ellos en su casa invitado por su mujer.

miércoles, 16 de febrero de 2005

05-02-16 Monfragüe (Cáceres).


            Temprano salida de Cáceres. Dentro mismo de la ciudad hay carteles que indican el parque de Monfragüe. Se trata de coger la carretera que va a Torrejón El Rubio. Esta se coge saliendo hacia la carretera de Trujillo, antes de llegar al campus universitario a la izquierda.
            Es una buena carretera que nos va llevando por las dehesas extremeñas. Además es una carretera tranquila y hay suficientes rectas si uno tiene la mala suerte de alcanzar un camión. Poco después de salir de la ciudad hay una indicación de “Caceres la Vieja” que es el campamento romano que crearon antes de fundar la ciudad. Lo dejo para otra ocasión.
            Pronto llegamos a la profunda fisura que forma el río Almonte. Hay que bajarlo y luego volver a subirlo pero no cuesta demasiado. Continua la buena carretera y solo se ven carteles indicadores de pequeños pueblos que hay perdidos por estas dehesas comunicados por carreteras ciertamente malas.
            Llegamos a Torrejón y aquí cogemos la carretera que viene de Trujillo. Ya la carretera pronto se reduce y empiezan las curvas. Nos vamos adentrando en el parque y no han querido ampliar la carretera. También han puesto barreras bionda de madera y señales con poste del mismo material. Ya, por fin, llegamos a un aparcamiento a la derecha donde un cartel nos indica las rutas del parque. De este aparcamiento parte una carretera asfaltada que nos sube prácticamente al castillo de Monfragüe. Yo de todas formas opto por seguir hasta el puente que cruza el Tajo donde hay otro aparcamiento y coger una senda que sube por la umbría hasta el castillo.
            Estamos todavía en la tremenda cola que forma la lejana presa de Alcantara. Aquí tuvieron que hacer un alto puente para salvar esta cola. Hay una fuente en el inicio de la senda, si no recuerdo mal se llama del Francés. Apenas cojo las senda que va formando un estrecho pasillo entre árboles y arbustos oigo un fuerte ruido como si algo correteara entre la hojarasca bajo los árboles. Me acerco, pensando que no voy a ver nada pues lo que sea rápidamente va a huir, pero todo lo contrario, me encuentro un pájaro grisáceo del tamaño algo más pequeño que un mirlo hurgando por la hojarasca molesto por mi presencia pero sin la más mínima intención de salir volando. Le hago una foto aunque lo suficientemente lejos para que entre ramas y demás no se distinga el pájaro. De todas formas no estaba a más de dos o tres metros. Yo creo que era un tordo.
            Continúo y efectivamente esta es tierra de pájaros, pero no solo de buitres y águilas sino también de pequeños como tordos, mirlos o petirrojos. Se mueven por los alrededores de uno sin gran miedo. Estamos en invierno y en la umbría por lo que hay pocas flores pero la variedad y el desarrollo de los musgos y líquenes es increíble. También hay muchos helechos de pequeño porte.
            Continúo caminando y oigo otro ruido unos 50 m más adelante. Es un rebaño de ciervos. Camino despacio para intentar acercarme y hacerles una foto pero aunque les cuesta marcharse no consigo arrimarme lo suficiente para hacerles una buena foto. Hago un disparo y consigo que en una foto se quede reflejado uno de los ciervos aumentándola bastante.

            Ya por fin llego al castillo. Solo queda una torre rehabilitada y por los alrededores se pueden encontrar algunos restos de construcción. También hay una ermita donde esta la Virgen de Monfragüe. Hay algunas mujeres en la zona que se llaman con este nombre.
            Se puede subir a lo alto de la torre donde se tiene una buena vista de esta zona más occidental del parque y de zonas lejanas de la provincia. Es la foto típica de cualquier artículo sobre el parque.
  
            Aquí se puede encontrar numerosos aficionados de las aves con largos telescopios. Ahora sobre todo destacan jubilados extranjeros. Nacional casi ninguno. Cuando llego al torreón hay un par de franceses y un nacional de Zaragoza. Los primeros nos comentan que van buscando todas las lagunas y humedales que hay en España. Una pareja de buitres negros dan vueltas por la torre con gran naturalidad. Sus vuelos cercanos y en muchos casos a inferior nivel que nuestro punto de observación nos permite observarles sin necesidad de largavistas. El de Zaragoza me comenta que tenía una semana de vacaciones y aunque su novia no podía cogerlas el se ha venido para acá solo a ver Extremadura.
            Durante todo el recorrido se me han ido acercando los atrevidos petirrojos a ver que restos voy dejando. En la torre se me acerca uno, le doy unos restos de manzana para comer y me deja incluso hacerle una foto a apenas un metro de distancia.

            La senda continua por el otro lado de la montaña, es circular. Baja por la carretera asfaltada que antes comenté. Algo más abajo hay una indicación de unas pinturas rupestres. Se trata de una cueva que hay en un cortado bajo el castillo. El problema es que está cerrado con rejas. No se ve desde fuera mas que algún indicio de pinturas pero están lejos.
            Se llega a la carretera y la senda sigue por ésta. Es una lástima que no hayan creado una senda interior por el campo hasta el Salto del Gitano y le hagan a uno ir caminando por la carretera.
            En el Salto del Gitano hay todavía más extranjeros viendo con telescopios a los buitres. Esta zona es un estrechamiento que forma la montaña en el río Tajo con un cortado a cada lado. En un lado está el castillo. En el otro hay una colonia importante de buitres leonados.

            La senda sigue a partir de aquí por la ladera que hay entre el río y la carretera. Es otra zona de umbría. Al final se llega al punto de salida. Destacar la enorme hilera de nidos de golondrinas que hay en el alero del puente nuevo que cruza el Tajo. También las palomas anidan seguras en las pilas.
            Los amigos que conozco en esta zona me obligan a salir del parque e ir a Malpartida de Cáceres y comer con ellos. Lo hacemos en el restaurante - hotel que hay en el cruce de carreteras que entra a esta población. El restaurante es grande y agradable. El olor a parrilla de leña da una sensación agradable.
            Probamos la torta del casar, queso tierno de exquisito sabor. Según me cuentan este queso era el que se formaba cuando fallaba el cuajo, quedando un queso con fuerte sabor pero con una textura que permite untarlo, sobre todo si se calienta. También probamos el embutido y la morcilla de arroz que como es de esperar en esta tierra es para chuparse los dedos. De segundo pedimos una parrillada de carne y un secreto. La parrillada con estupendo sabor a hierbas pero quizás un poco salado. El secreto parecía más careta que esta tierna parte del cerdo.
            Dejé a mis amigos que se fueran a trabajar y todavía me volví para el parque. La aldea de Villareal de San Carlos es curiosa de ver. Se ve que se ha rehabilitado toda y hoy en día son servicios del parque y establecimientos hoteleros. Aquí hay un centro de visitantes pero yo ya no puedo perder el tiempo y me meto por la carretera que va al embalse de Torrejón.
            Este es un embalse curioso pues está formado por dos presas. Una que cierra el paso a las aguas del río Tietar y la otra que las cierra al Tajo. Ambas presas están prácticamente juntas pues están en la desembocadura del Tietar en el Tajo. Están unidas por un canal para aprovechar la misma central eléctrica.

            Sigo un poco la carretera que sigue y va a parar a la de Navalmoral a Plasencia (ya próximamente autovía). Realmente el parque sigue mucho más aguas arriba, casi hasta Almaraz pero es una zona muy poco comunicada y supongo que es donde está la zona realmente protegida.
            Ya con ello y prácticamente de noche me vuelvo por mis pasos a Cáceres.

martes, 15 de febrero de 2005

05-02-15 Cañaveral (Cáceres).


             Cuando uno sigue la Vía de la Plata hacia el norte, una vez dejado Cáceres, continúan las dehesas. No obstante esta zona suele estar más falta de arbolado en algunas zonas y más seca. El terreno es bastante llano pero de pronto empezamos a bajar a la profunda cuenca que forma primero el río Almonte y luego el Tajo. En esta zona ambos embalsan agua de la lejana presa de Alcántara. Por tanto primero bajamos hacia la cuenca de estos ríos y vamos cruzándolos y bordeándolos hasta volver a subir en Cañaveral. Es curioso ver toda esta amplia zona de agua en esta ocasión bastante vacía. Aunque es más bonito verlo lleno de agua es curioso verlo ahora en el que aparecen torreones, caminos y antiguos puentes en otras ocasiones cubiertos por el agua.

            Ocupo buena parte del día viendo la autovía que están construyendo en esta zona. La están realizando toda en variante para salvar toda esta zona de embalse y cruzan los ríos antes nombrados en zonas más angostas. Son dos grandes puentes arco, uno, que no he visto, realizado por Necso con hormigón armado y el que se está construyendo en el Tajo por parte de OHL. Este segundo es el que visito, está en construcción y va a ser de acero con unas técnicas constructivas aplicadas por primera vez y realmente espectaculares. De todas formas, cuando la autovía esté construida, la gente pasará por encima a gran velocidad y sin enterarse de lo que hay abajo.
            Por la tarde me escapo a ver un convento cercano, el del Palancar. Está en un pequeño pueblo cercano llamado Pedroso de Acim. Cuando llego dudo incluso de entrar pues pienso que será uno más. Nada más distinto. Es curiosísimo.
            Está habitado por cuatro monjes franciscanos. Uno de ellos es el que acompaña en la visita que hace en unas determinadas horas del día. Como todos, ha pasado multitud de avatares; unas veces deshabitado, otras ha llegado a tener hasta 30 monjes, se desamortizó, lo volvió a comprar la iglesia, se abandonó en la guerra ... Esto ha hecho que se haya derruido en distintas ocasiones, se haya reconstruido, reformado, ampliado... Así, en la actualidad, se pueden distinguir dos partes. La original fundada por San Pedro de Alcántara y que está envuelta por otra parte mayor y más moderna.
            La parte moderna la componen fundamentalmente una iglesia y un claustro alrededor del cual se disponen todas las dependencias. Es muy bonita pues está muy bien cuidada. Muros son de sillar o de piedra pero todas las bóvedas son de ladrillo visto. Estas bóvedas de ladrillo es una forma constructiva bastante usada aquí en Cáceres. Tiene una factura que recuerda a la mudéjar pero se ha usado posteriormente en muchos lugares. Así, yo lo he visto en los pórticos de la plaza Mayor de Cáceres, en un púb, en un edificio antiguo y en algún otro sitio. Tanto la iglesia como todo el claustro tienen estas bóvedas dando un aspecto muy bonito.
            Pero lo más bonito del convento es la parte antigua que nos enseña el monje. La fundó San Pedro de Alcántara. Pertenecía a la orden Franciscana. Esta orden por lo que comenta el monje tiene una regla bastante estricta y fomenta la humildad y la penitencia. San Pedro la llevó a niveles destacados. De esta forma, construyó este convento a conciencia de pequeño tamaño para fomentar la humildad y la v ida penosa. Tiene algo más de 70 metros cuadrados y vivían originalmente 18 monjes. Parece que entra uno en una casa de muñecas pues todo es extremadamente reducido y las puertas son muy bajas y estrechas. La pequeña puerta de entrada al convento (ahora desde el claustro del moderno) nos introduce en una especie de patio deslunado que es el claustro. Alrededor de éste se desarrollan todas las dependencias. A la izquierda una celda con muebles originales de los monjes de entonces, una tabla de madera como cama y poco más. A continuación se accede a la capilla muy reducida, más parecido a una cripta y hoy revestida de un mosaico moderno que no pega pero que es bonito. A continuación está el refectorio formado por dos bancos bajos de piedra en los lados más largos de la dependencia. En ellos se sentaban los monjes y comían sobre el regazo, sin mesa. El monje nos invita a sentarnos. El frío empieza a calar en mi cuerpo a pesar del jersey que llevo. El convento está situado en una zona no especialmente bonita a pesar de estar alto y tener una buena vista. Pero lo peor es que está en una cara norte de la montaña con lo cual hay muy poco sol y mucha humedad. Por el refectorio se entra a una habitación que hacía de almacén. Su regla obliga a tener pocas posesiones y almacenar poca comida. Cuando consiguen cultivar bastante deben de darla a los pobres. Si en un momento dado se quedan sin alimento deben mendigar. No pueden comer carne, pescado, ni huevos.
            También alrededor del pequeño claustro está la cocina y a continuación la escalera que sube al primer piso donde están el resto de las celdas. La escalera ni que decir tiene es muy pequeña y bajo ella apenas hay un pequeño rincón con un pequeño taburete de piedra. Allí dormía San Pedro, sentado en la piedra y apoyando la cabeza en un tronco de madera que asoma en la pared. Dormía solo una hora y media al día porque decía que tenía que hacer y rezar todo lo que no hacían los demás seres humanos. Comía una vez cada tres días por lo que estaba muy delgado y arrugado. Sin embargo medía 1’8 m de altura, mucho para su época.
            Ya en vida San Pedro fue famoso por su santidad. Fue director espiritual de Santa Teresa y Carlos I quiso que fuera su confesor pero él rechazó serlo.

            Todavía me queda tarde y me voy hacia el embalse de Alcántara pasando de nuevo por Cañaveral. Se puede ver ahora que el embalse está bajo un resto de puente que según comentan es romano y que formaba parte de la calzada de la Vía de la Plata. Tomo la carretera que va hacia Portezuelo y subo al castillo que hay a la entrada del pueblo. Es curiosa la situación de este castillo junto a una cerrada que hace la sierra y por la que se puede salvar esta para acceder a la población y continuar hacia Coria. También vale la pena la buena vista de las dehesas desde este punto elevado. Por lo demás el castillo no tiene nada peculiar. Es algún momento se le puso iluminación pero gentuza se ocupó a continuación de arrasarla. Este castillo tiene también una leyenda de amor imposible entre cristiano y mora que acabó en suicidio tirándose ella de sus murallas.
            Por la noche cené de tapas y raciones en los bares que hay alrededor de la plaza Mayor. En estos sitios todavía te ponen tapa con la cerveza. También nos tomamos alguna copilla en la calle Pizarro.

lunes, 14 de febrero de 2005

05-02-14 Escapada a Cáceres (Cáceres).

            Cambio de aires y para ello un viaje para Caceres.
            Este día ha sido una palicilla pues casi todo el día ha sido viaje. De todas formas la cosa ha ido rápida.
            La ruta que he elegido es N-III para arriba hasta Tarancón, luego la N-400 hasta Ocaña. Un trocito de N-IV. A continuación no se si es la N-403 hasta Toledo. Hay una bonita vista según se llega a Toledo de todo el montículo de la ciudad con el Alcazar a la cabeza. Hay que estar al tanto pues una vez pasado el gran polígono industrial y a punto de entrar a la ciudad hay un desvío que pone Madrid, Avila y no se si alguna cosa más. Esto nos lleva por una circunvalación a la autovía N-401 que va hacia Madrid. Apenas metido en ella se separan los carriles. Hay que coger los de la extrema izquierda que van dirección Avila. De nuevo una circunvalación y por fin se llega a una peligrosa rotonda. A la derecha ya se coge la carretera que va hacia Avila y Torrijos. Pasado Torrijos, en Maqueda, se coge la autovía N-V hasta Trujillo. En Trujillo N-521 y ya se llega a Cáceres.
            En todo este recorrido se pueden ver muchas cosas pero yo no me he parado pues lo que quiero es dedicarme a Cáceres. Se puede ver las Hoces del Cabriel, Toledo, Trujillo y bastantes cosas más.
            Toda la zona de Cuenca y Toledo la he visto poco verde. Quizás el trigo ha crecido poco en estas fechas o la meteorología no ha sido muy favorable. Una vez pasado Torrijos y cuando nos metemos en la N-V el paisaje empieza a cambiar y hacerse más verde. Aquí empiezan los prados y la textura granítica del terreno. Las dehesas de encinas empiezan a apoderarse del paisaje y a la derecha, al fondo, toda la sierra de Gredos aparece a nuestra vista durante muchos kilómetros con algo de nieve en sus cumbres.
            Todo el resto del camino son más y más dehesas con multitud de charcas y arroyos con agua.
            Cáceres es una ciudad pequeña. No tiene demasiado tráfico y se recorre bien. Dejo trastos en el hotel, el Barceló V Centenario ****. Está bien pero no destaca. Lo peor es que esta a las afueras de la parte nueva, un poco lejos del casco antiguo. Sobre ocho horas de viaje contando comida y todas las paradas. Una avería de un camión en la circunvalación de Valencia ha producido varios kilómetros de retención y me ha hecho también perder mucho tiempo.
            Tras un descansito cojo el coche y para el centro. No me cuesta mucho aparcar. Desde luego no intentarlo en el barrio antiguo. Pateo todas las calles del barrio viejo partiendo de la bonita y amplia plaza Mayor. El museo arqueológico municipal cierra los lunes por lo que no he podido verlo. Dicen que tiene un gran aljibe con arcos de estilo árabe. Es el palacio de las Veletas. Aquí hay que dejarse llevar y meterse por las callejas. Se puede disfrutar de las muchas cigüeñas que hay en las torres y tejados. También está bien bajarse por las callejas opuestas a la plaza Mayor, por detrás del museo. Estas forman parte de la judería. Es poco lo que queda pero con un claro sabor de judería. Si uno se para en estas calles mirando las vistas hacia el campo, podrá ver las cigüeñas salir por encima de nuestras cabezas hacia el campo y volver con grandes ramas para sus nidos. Es muy bonito ver su pesado vuelo desde muy cerca.
            También se puede dar uno una vuelta por las calles comerciales que salen de la plaza Mayor hacia la zona nueva. Cáceres es ciudad universitaria y tiene mucha vida. Destaca mucho tanta juventud en una ciudad tan pequeña. Antes también había mucho militar pues estaba a pocos kilómetros el enorme CIR Santa Ana con 1800 reclutas. Ahora con el ejercito profesional no se ve mucho su influencia.
             Por la noche ceno con unos amigos que están trabajando en Cáceres. Lo hacemos en El Figón de Eustaquio o algo así. Es una especie de taberna que hay en la calle Gran Vía, muy cerca de la plaza Mayor. El estilo es de taberna pero hacen una comida muy selecta típica de la zona. Tomamos varios platos para el centro. Destacaron lo que allí llaman criadillas que es un hongo que crece en las dehesas al estilo de las trufas. El aspecto de su carne es como la del champiñón. Salteado con otras verduras y con trozos de jamón está muy bueno. También probamos el queso y el jamón que por supuesto es exquisito. De segundo tomé un chuletón de buey o de ternera enorme y muy bueno. Regado con un buen rioja la cena fue excelente. El gusto costó cerca de nueve mil pesetas por persona.
            Luego tomamos unas copas. Huyo de los destilados así que me tomé una par de tónicas. Al final a la tercera ronda no pude pude resistirme a tomarme un Bee Feater con tónica tras ver como preparan las copas en los pubs de esta ciudad. No se limitan a echar hielo, alcohol y refresco en un tubo. Suelen usar copas anchas, exprimen lentamente rodajas de limón con unas pinzas de hielo para que el zumo salpique hielo y paredes de la copa. Luego echan la ginebra y el refresco. Mojan también el borde de la copa con limón. La bebida aunque parezca mentira sabe completamente distinta.
 Hay muchos bares de copas en la calle Pizarro, en el centro de la ciudad.