No me he equivocado, se trata de un pequeño pueblo de la
provincia de Ourense perteneciente al concejo de Viana do Bolo y que tiene el
mismo nombre que su homónimo más conocido del Bierzo.
Hemos aprovechado una pequeña tregua que nos han dado las
nevadas de estos días y tras comer hemos salido hacia este pueblo.
En la carretera que lleva de A Gudiña a Viana do Bolo,
cuando se llega a la cola del embalse de Vao, hay un desvío a la izquierda. Se
cruza el agua por un estrecho puente y se sube la ladera para, a media altura,
situarse el pueblo.
Destacar del pueblo sus grandes casonas algunas de ellas
rehabilitadas. Para lo apartado que está y la fuerte emigración se ve bastante
cuidado.
De sus alrededores destacan los viejos castaños de gran
tamaño y su numeroso ganado ovino. En los pueblos de la zona de Vilariño y
Viana parece que abunda el ovino a diferencia del vacuno de otros pueblos
lindantes.
Aunque hay alguna señal que indica la dirección del
antiguo balneario, hay que preguntar para encontrarlo. Se encuentra algo
separado del pueblo, en la parte alta y hacia el Norte.
Se puede ver un gran caserón rodeado de una zona
ajardinada que en su época disfrutó de algunas plantas exóticas de las que
quedan algunos ejemplares como por ejemplo la caña de bambú. Del interior no se
puede ver nada. En el lado Norte hay un coqueto rincón donde se encuentra la
fuente. El grifo no funciona pero está suelto y tirando se puede quitar. Sale
entonces la típica agua sulfurosa con sabor a huevos podridos. Son aguas
sulfurosas de gran calidad medicinal.
Me enteré de la existencia de este balneario por el buen
trabajo de recopilación de datos existente en el blog:
Cuando se sale del pueblo, llegando ya a la cola del
embalse se puede ver en la ladera del otro lado una zona rojiza y erosionada
que recuerda a Las Medulas de León. Efectivamente se trata de unas antiguas
minas romanas de oro excavadas con el mismo sistema del “ruina montium”.
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