Este granito es débil y se meteoriza con facilidad dando
esta arena. El día ha sido duro y la tarde es oscura por la borrasca que nos
afecta. Pero no me resisto en dar un buen paseo por estas cumbres que estamos
replantando con pinos silvestres.
La lluvia da en la cara y el fuerte viento agita los
árboles. En las plantaciones realizadas en años anteriores ya se va viendo el
manto orgánico formado por la pinocha y las podas realizadas para que los
árboles crezcan rectos. Muestra de ello son las setas que van creciendo en el
manto.
Dentro de muchos años, probablemente no lo veré, 30 o 40
estos árboles serán adultos y se podrán talar para vender o bien para
calentarse los habitantes del pequeño pueblo que hay en la base.
Las nubes acrecientan la oscuridad. Al fondo se ven las
montañas portuguesas. En esa dirección vienen los vientos de la borrasca.
Vientos cálidos del sur para la época en la que estamos.
La guerra ya hace tiempo que terminó y el país va
desarrollándose poco a poco. En esta zona se ha hecho una gran obra de
ingeniería uniendo por ferrocarril Medina del Campo con Orense. La orografía
del lugar ha obligado a realizar largos y continuos túneles que darán vitalidad
a la región. Ferrocarril largos años ansiado.
Oscurece y es necesario volver a casa. Para contemplar la
zona lo hago por el otro lado de la sierra bajando hasta el pequeño pueblo de
Castromil con sus dos barriadas una en Zamora y otra en Ourense.
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