Ayer subimos el cueto Ancino y no es cuestión de darnos más paliza. Así que tomamos el coche y nos fuimos para Asturias.
Bajamos por Pajares hasta Campomanes. Luego seguimos la autovía hasta Mieres y allí tomamos la minera que nos llevó en un periquete hasta Gijón. Rodeamos Gijón y tomamos la carretera AS-19. Nos metimos buscando el antiguo poblado prerromano de Campa Torres pero acabamos en el puerto de Gijón sin encontrar la forma de subir al montículo donde debe estar el poblado.
Si que vimos las espectaculares instalaciones de desembarque de carbón que hay tras el montículo y la central térmica, además de una cementera y yo que se que más. Supongo que todo lo que hacen hoy es desembarcar en vez de cargar carbón como antiguamente. Desde aquí suministran también por cinta a los altos hornos.
En esta zona encontramos un desvío que nos lleva a la zona de Monte Aereo donde encontramos una serie de dólmenes del neolítico. Está bastante bien señalizado. Según dice en los carteles hay una treintena de estructuras funerarias pero solo hay visibles cuatro en dos lugares separados un par de kilómetros que recorrimos andando aunque se puede hacer en coche. Son dólmenes pero en esta zona están enterrados por pequeños montículos de piedra. Los dólmenes servían para hacer una cavidad en el montículo donde se supone se enterraba un cadáver. Los cadáveres por la antigüedad y por la acidez del terreno se han perdido y solo se han encontrado algunos objetos de piedra.
Tras esto continuamos nuestro camino hacia Candás y luego a Luanco. No entramos en ninguno de estos dos pueblos marineros pues ya los había visto.
Continuamos hacia el cabo de Peñas. El paisaje es muy bonito pues se combinan los prados y el mar.
En cabo de Peñas disfrutamos de la vista desde los acantilados. También visitamos el aula de interpretación que hay en el edificio del faro.
Continuamos hacia Aviles y en el primer restaurante que pillamos nos metimos a comer. En esta zona se estilan los restaurantes de pescado y marisco pero creo que nosotros caímos en el único que solo había carne. El único marisco que había era un plato de lapas. Estaban muy buenas pero muy duras. Tomamos carne pero no era gran cosa. También probamos un pastel de cabracho o algo así que no estaba mal.
Mientras comimos el claro y despejado día se fue cerrando y cayó un ligero chaparrón. Continuamos hacia Avilés y luego nos desviamos a Nieva para ver la desembocadura de la ría de la primera población.
Es espectacular ver la estrecha desembocadura por donde entran los barcos hacia el puerto. También es increíble la cantidad de industrias que hay por todos los rincones de la estrecha ría. También quedan numerosos vestigios de las antiguas industrias pesadas que hubo en la zona. Hay que dedicar un día a esta zona.
Ya se nos hacía de noche y nos fuimos para casa.
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