Sorprendentemente, tras unas semanas de lluvia en las que
pensábamos que se había acabado el corto verano, han venido unos días muy
cálidos. Aprovechando esta situación decidimos subir una montaña. Ya habíamos
perdido la costumbre y queremos recuperarla mientras se pueda.
Así que salimos hacia la provincia de Zamora y llegamos a
Puebla de Sanabria. De allí subimos a Puente de Sanabria y tomamos la carretera
que sube a Escuredo y el puerto del Peñón.
Cuando llegamos a la divisoria de aguas dejamos el coche.
Siguiendo la cumbre de la sierra hacia el Este hay un buen
sendero que lleva tras más de cuatro kilómetros de recorrido hasta el pico
Vizcodillo.
Cuesta un poco de encontrar el sendero al principio pero
luego está bastante marcado y es fácil de seguir. Apenas se suben unos 300
metros pero el recorrido es sobre todo duro por la cantidad de piedras
angulosas que hay en el suelo y que hacen dura la caminata. Toda la sierra es
de cuarcitas y lo que sorprende es como las rocas están cuarteadas y removidas
como si las hubieran dinamitado. Hay pedreras duras de pasar y eso con la
caminata se van resintiendo los pies. Supongo que se deberá a erosión glaciar.
El mismo pico de Vizcodillo parece un acopio de rocas de
escollera amontonadas en una zona más o menos llana.
Según nos vamos acercando al pico se multiplican los
senderos marcados con piedras y pocos hay buenos y cómodos. Parece que la gente
ha ido marcando por donde le ha parecido.
La zona llana, alrededor del pico está cubierta de
vegetación baja que tapa las piedras puntiagudas que asoman del suelo y hacen más
duro el caminar. Hay pequeños senderos en distintas direcciones pero parece que
son de animales y no de personas y no llevan a ningún sitio.
Más hacia el Este aparece el nacimiento de un valle. Nos
asomamos a él y encontramos una de las lagunas glaciares de la población de
Truchillas.
En el camino, en una de las estribaciones de la sierra se
puede ver como unas excavaciones oscuras con unas escombreras y una nave. Visto
un plano de minas de Castilla y León parece que puede ser una mina de oro que
abundan en la zona o de minerales metálicos.
También, a primeras horas de la mañana, con el sol bajo,
sorprende el mar de pequeñas telarañas que hay apoyadas en los matorrales bajos
que solo se pueden ver mirando hacia el sol.
Volvemos sobre nuestros pasos.
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