Como ya indiqué, en un viaje anterior de Valencia a León, me vine por Palencia. Me llamaron la atención los pequeños pueblos con sus grandes iglesias que hay entre Palencia y Sahagún. Así que en este día nos bajamos desde Huergas para visitar esta zona.
Una vez pasado Sahagún en dirección a Palencia está Grajal de Campos. En este pueblo no paramos pues ya lo visitamos en una excursión anterior.
Nos encontramos, siguiendo el camino, las obras del AVE de Palencia a León. Para cruzar el ferrocarril por encima de la carretera se ha construido un doble marco. Ya en el viaje que hicimos de Valencia a León en el que pasamos por este punto lo vimos y nos extrañaron ciertas manchas en el hormigón y parte del armado que se ve a la vista. En esta ocasión hemos parado y visto en detalle los marcos. Y nos encontramos que está el dintel lleno de coqueras por mal vertido del hormigón. Por lo que se ve a través de las coqueras el tablero parece que dispone de aligeramientos y es debajo de estos donde se ha producido el mal relleno del hormigón. Por otro lado en uno de los laterales parece que durante el hormigonado se movió el encofrado produciéndose una deformación del tablero y la vista de la armadura. Viendo la penosa disposición de los tableros según las marcas que han quedado de las juntas en el hormigón, se puede entender la mala ejecución de obra. Y luego tiene que pasar el tren por encima. No entiendo las prisas que se producen en estas obras por motivos políticos y electoralistas. Tampoco entiendo la falta de profesionalidad que se da hoy día en todas las profesiones.
Más adelante, ya en la provincia de Palencia, está el pueblo de Pozuelos del Rey en el que tampoco paramos.
A continuación viene Villada, algo más grande y con varias iglesias así que paramos. Nada más entrar está la primera bajo la advocación de San Fructuoso. Es una iglesia construida en ladrillo como la mayoría de las de la zona. Tiene esa simple belleza de las iglesias mozárabes aunque no es de tal época sino del siglo XVII. Cuentan que hubo una iglesia original del siglo X de la que no queda nada. Pertenecía a un monasterio ubicado en este punto y alrededor del cual se formó la población. Como es normal, está cerrada y no podemos ver su interior. Solo los cimientos de la cabecera de la iglesia está construido en piedra da la sensación que de una iglesia anterior.
Creo que todas las iglesias que hemos visitado en el día de hoy tienen una entrada lateral porticada, con grandes corredores. Estos lugares permitían la reunión de las personas asistentes a la iglesia y la formación de corrillos mientras estaban protegidos de las inclemencias del tiempo. En este, todavía se puede ver un banco corrido de madera a lo largo de la pared para sentarse la gente y conversar.
Llegamos al centro del pueblo donde hay una gran plaza porticada de viejas casas donde se nota que en tiempos estaban las pequeñas tiendas de la población. Hoy no queda ninguna. Aunque algunos edificios son modernos mantiene una cierta belleza.
Paseando por el pueblo encontramos una pequeña ermita de bajo porte aunque alargada y con cierta belleza. Es la ermita del Cristo de la Era. Cuentas que es un edificio templario del siglo XVI que en origen pudo ser sinagoga pues es conocida la presencia de una comunidad judía en esta población. También está cerrada.
Paseando llegamos a otra iglesia. Es la de Santa María de la Era, de un estilo similar a la primera que vimos. En la misma plaza donde está la iglesia pusieron el monumento a la pipa. Es un simple monumento con una gran pipa en lo alto. ¿Y a que se debe esto? Pues a que en esta población está la fábrica de pipas de Facundo Blanco por lo visto muy conocidas en Castilla y León desde hace décadas.
El pueblo sufre un abandono y despoblación típico de estas zonas agrícolas. Las casas más antiguas están muchas de ellas en ruina. Pero me llama la atención la extraña inclinación de bastantes fachadas. Me da la sensación que muchas de ellas han tenido problemas de estabilidad, cosa frecuente en estos terrenos arcillosos de aluvión.
Continuamos nuestro recorrido hasta el siguiente pueblo que es el de Cisneros. El pueblo se considera como “tierra solar del Gran Cisneros”. La verdad es que la familia del Cardenal Cisneros fue una familia hidalga pobre oriunda de este lugar, pero él nació en Torrelaguna (Madrid). No obstante cuando alcanzó el poder se preocupó por este pueblo.
Tiene el pueblo un par de buenas iglesias que no pudimos ver por dentro. Son de estilo similar a las demás de la zona. Destacar los corredores de ambas iglesias que las rodean prácticamente. Se llaman de San Pedro y de San Facundo y Primitivo.
Existen en el pueblo grandes casonas, recuerdo de tiempos mejores en los que la agricultura daba dinero. Muchas disponen en la fachada de ventanucos bajos de iluminación de las bodegas que disponen bajo el suelo. Cuentan que antiguamente hubo mucha viña en estas tierras. Ahora todo es cereal, fundamentalmente cebada.
Continuamos nuestro camino hasta Paredes de Nava. Es una ciudad mayor de las hasta ahora visitadas. También su historia ha sido amplia tanto por si como por sus habitantes insignes. Destacan dos familias, los Manrique y los Berruguete. Los primeros fueron los condes de esta ciudad en el siglo XV. Tuvieron gran importancia en las muchas rencillas, conspiraciones y batallas que hubo en esta época. De ellos destaca Jorge Manrique que además de caballero y guerrero, fue poeta. De la familia Berruguete hay dos personajes que destacan, padre e hijo. El primero fue Pedro Berruguete. Viajó de joven a Italia al palacio de Urbino bajo la protección de Federico de Montefletro y allí bebió de la nueva pintura renacentista italiana. Volvió a España y mantuvo su residencia en Paredes de Nava desde donde difundió su obra. Hay quien le considera el introductor de esta nueva pintura de más calidad frente a lo anteriormente existente. Destaca de esta nueva pintura la introducción de la perspectiva.
Su hijo también fue un gran pintor y fundamentalmente escultor. Se trata de Alonso de Berruguete. También viajó a Italia y tomó influencias de la obra de Miguel Angel. Asi destacan sus esculturas muy musculosas y con posturas casi forzadas muy al estilo manierista.
Llegamos a la población y nos encontramos con su gran plaza principal o plaza de España donde se encuentra su bella iglesia de Santa Eulalia. Exteriormente, me llama la atención su tamaño, la irregularidad de formas y su gótica sencillez. También destaca su torre perteneciente a una anterior iglesia románica y coronada en estilo mudéjar con tejas de colores.
Aunque todavía funciona como iglesia en su interior se montó un museo desde 1964. Interiormente la iglesia es gótica con pilares de gran belleza. Llama la atención al final de la nave central la torre románica que mantiene su aspecto original como si naciera de dentro de la iglesia, estando incrustada en ella. Me llama particularmente la atención el desplome de muchos de sus altos pilares y de algunos muros. Supongo que se deberá a movimientos del terreno. No obstante no veo grietas quizás disimuladas en su reciente restauración o porque se produjo durante la construcción o posteriores reformas.
Aunque todavía funciona como iglesia en su interior se montó un museo desde 1964. Interiormente la iglesia es gótica con pilares de gran belleza. Llama la atención al final de la nave central la torre románica que mantiene su aspecto original como si naciera de dentro de la iglesia, estando incrustada en ella. Me llama particularmente la atención el desplome de muchos de sus altos pilares y de algunos muros. Supongo que se deberá a movimientos del terreno. No obstante no veo grietas quizás disimuladas en su reciente restauración o porque se produjo durante la construcción o posteriores reformas.
Del contenido destaca su retablo que es obra de Esteban Jordan con pinturas de un anterior retablo de Alonso Berruguete. Estas pinturas son de gran belleza y son descritas y explicadas con gran detalle por la guía que enseña el museo por 2 €. Se puede encontrar una completa descripción del retablo en http://dialnet.unirioja.es/servlet/fichero_articulo?codigo=2689765&orden=0
En distintas estancias se pueden contemplar muchas otras obras de ambos Berruguetes así como algunos de sus discípulos y otros artistas. Hay cuadros, esculturas, casullas de gran antigüedad y calidad bordadas en oro, vírgenes románicas, calices, custodias, artesonados… todo ello perfectamente explicado por la guía. Es impresionante la calidad de lo allí expuesto.
En la iglesia de San Martín esta el centro de interpretación de Tierra de Campos. Y también se puede subir a su torre pero nosotros no tenemos más tiempo pues se nos va haciendo la hora de comer.
Seguimos hasta Becerril de Campos. Paramos junto a la iglesia de Santa María y el canal de Castilla que bordea el pueblo. Son las 14 horas y el sol y el calor no dan tregua. Entramos en esta iglesia, hoy convertida en museo sacro, más que para verlo, para preguntar donde se puede comer. No es hora para ver el museo. Nos indican el nombre de un restaurante al otro lado del pueblo.
El restaurante no recuerdo muy bien si se llama Tellez, Ceyez o algo así. Está en la carretera de Circunvalación 2, junto a la derruida iglesia de San Miguel. Es un restaurante regentado por sudamericanos. Les pillamos en un mal día pues tenían un par de celebraciones y estaban saturados de gente. Estuvimos en el comedor junto a las dos celebraciones. Una era una reunión de quintos y quintas del 67 de la cercana población de Fuentes de Nava. Los otros celebraban unas bodas de oro. La comida estuvo muy entretenida pues ambos grupos se pusieron a cantar canciones tradicionales y algún que otro Asturias patria querida o Riau – Riau según se iba calentando la cosa.
Comimos una bandeja de embutido que bien podía haber sido por si solo la comida. También nos pusieron unas frituras para mi desconocidas pero de muy buen sabor y por último un salpicón. De segundo comimos cochinillo. Todo ello muy bien cocinado y en abundancia. Todo ello lo regamos con un Ribera del Duero de la Ribera del Duero elegido por ellos de exquisito sabor. El precio fue francamente bueno para la calidad y la cantidad de lo comido. El trato fue excepcional a pesar de la cantidad de gente que tenían.
La salida del restaurante fue lo peor. Dentro se estaba fresco gracias al aire acondicionado. Fuera el bochorno era insoportable con una nube grande encima y el sol entrando por un lado.
Se nos hacía tarde y queríamos llegar por lo menos hasta el pueblo de Villaumbrales, ciudad natal de mi suegro aunque por circunstancias de trabajo. Este pequeño pueblo también tiene el canal de Castilla pasando junto a él. Allí la Junta de Castilla y León ha montado en un antiguo almacén del canal un centro de interpretación. Vale 2,5 € por persona pero vale la pena verlo y conocer la historia del canal. El guía que hay cuenta la historia de forma muy personal y atenta. Junto al edificio quedan los restos de lo que fue el dique seco de un pequeño astillero.
También en este punto la Junta a puesto una embarcación turística para recorrer el canal. No pudimos cogerla porque el canal iba tan bajo de calado que la embarcación no se podía mover.
Villaumbrales como los demás pueblos visitados es un pequeño pueblo con una gran iglesia.
Se nos hizo más de las 19 horas y decidimos volver sobre nuestros pasos para volver a casa.
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