Es la segunda vez que bajamos a este valle de Asturias.
La primera vez lo descubrimos por sorpresa y no nos dio tiempo a ver gran cosa.
Hoy, hemos bajado más temprano y hemos recorrido el valle con más calma.
Bajamos Pajares y tomamos la autovía hacia Mieres. En la salida de Moreda nos desviamos por la indicación que marca Figaredo y Turón.
Figaredo está todavía en el valle del Caudal pero allí está la entrada al valle del Turón. Al poco de adentrarnos nos encontramos con una de las grandes minas de la cuenca. Es el grupo Figaredo que se encuentra en la población de Cortina. Arranca a finales del siglo XIX con explotaciones en horizontal en la ladera de la montaña. Posteriormente se crearon pozos para explotar el subsuelo. El grupo Figaredo esta ligado a la llamada familia del mismo nombre. Este clan empresarial se inició con Vicente Fenandez Blanco (1820 – 1874) con la explotación de los primeros yacimientos en la cuenca del Turón. Fue su hijo Juan Inocencio Fernandez Martinez (1851 – 1918) el que hizo la empresa grande y diversificó los negocios promoviendo el ferrocarril de la zona, comprando las minas de Riosa, el negocio de harinas con la Panadería Modelo de Mieres y otros. Los hijos continuaron con el negocio y adoptaron el apellido Figaredo, topónimo del lugar. En 1930 se creó la empresa Minas de Figaredo. La familia Figaredo continuó manteniendo la propiedad junto con otros muchos negocios incluso bancarios. La crisis minera de los años 70 pasó factura a esta empresa como a las demás y en 1980 se vendió a Hunosa por un precio simbólico. En 1998 se integró en Hunosa y en el 2007 cerró, siendo la última mina del valle del Turón.
Mina grupo Figaredo.
Carteles sindicales durante la crisis de la cuenca.
Hoy se puede contempla los dos castilletes que existen junto con todas las edificaciones accesorias. Aunque se encuentra custodiada por seguridad privada las instalaciones se encuentran medio desmanteladas. Por lo que nos comentaron, por la noche no hay seguridad los vándalos van destrozándolo todo.
Continuamos hasta La Cuadriella donde nos encontramos una pequeña zona industrial producto de la reconversión. En esta zona existieron lavaderos centrales de la empresa Hulleras del Turón que poseía buena parte de las minas de la zona. De ello queda un edificio que fue de la central termoeléctrica que abastecía de energía. La chimenea situada a cierta distancia del edificio para aprovechar la ladera y aumentar el tiro. En la ladera Sur se pude ver unas tolvas cargadero para el ferrocarril y unas balsas de decantación de lodos.
Antigua central termoeléctrica en La Cuadriella.
Casas típicamente mineras en La Cuadriella..
Balsas de lodos del antiguo lavadero de La Cuadriella.
Balsas de lodos de La Cuadriella.
Nosotros visitamos las balsas de decantación que fueron recientemente restauradas y luego vueltas a abandonar.
Un poco más adelante esta la población de Turón. Aquí volvemos a encontrar otro castillete. Se trata del pozo San José. Comenzó a sacar carbón sobre los años 50. Pertenecía a Hulleras de Turón. Llegó a los 330 m de profundidad. Hoy sus dependencias has sido rehabilitadas para distintos usos. Es la sede del Fucomi (Fundación de las Comarcas Mineras) Es un centro de formación donde imparten cursos para una supuesta reconversión de la gente tras el fallo de la minería.
Pozo San José.
Junto a las instalaciones mineras está el colegio de La Salle de Turón. Las empresas mineras crearon multitud de colegios para la enseñanza de los hijos de los mineros y en la mayor parte de los casos las cedieron a distintas instituciones religiosas para que los gestionaran. Este colegio ahora fuera de uso tiene fama de poseer fantasmas. Durante la Segunda República, en los disturbios de la Revolución Asturiana del 1934 los revolucionarios asesinaron a 9 religiosos pertenecientes a este colegio. Posteriormente, durante la Guerra Civil, este colegio se usó como cuartel de las fuerzas nacionales y también se usó como cárcel. Según se cuenta muchos fueron fusilados en los patios. Unos dicen que fueron enterrados allí mismo y otros que los cadáveres fueron tirados al pozo Fortuna. Todas estas historias hacen crecer la creencia de que pueda haber fantasmas en este lugar.
Un poco más adelante, en la ladera izquierda del valle hay un depósito de agua de gran calidad arquitectónica que fuimos a visitar. Se encuentra en la población de Villalpendi. Se trata de un depósito tórico, de hormigón armado construido en 1932 y diseñado por el ingeniero Idelfonso Sanchez del Río y Pisón. Este ingeniero fue coetáneo de Eduardo Torroja y como él, realizó estructuras innovadoras en hormigón armado. (Ver
http://www.tecnicaindustrial.es/TIAdmin/Numeros/18/38/a38.pdf). Como ingeniero del Ayuntamiento de Oviedo realizó otros similares en la zona.
Depósito de agua de Villalpendi.
Siguiendo el ascenso por el valle nos encontramos junto a la carretera las instalaciones del grupo Santa Barbara. Esta mina está completamente abandonada y en un lamentable estado. Parece mentira que pese a todo todavía quede buena parte de la maquinaria que la formaba. No se para que sirvió que lo declararan BIC (Bien de Interés Cultural) el 29 de octubre de 2009. Supongo que para que se hicieran la foto un par de politicuchos y presumir de que fuera el primer pozo minero con esta consideración.
Pozo Santa Bárbara.
Se trata de dos pozos juntos. El mayor era utilizado para la extracción de carbón y escombro y el segundo para uso del personal y del material. Se inició su construcción en 1913 y se remodeló profundamente en los años 60.
El edificio de oficinas y vestuarios que parece el más moderno está abierto y arrasado. Ha sufrido incendios y todo tipo de vandalismo. Junto a éste se encuentra la sala de maquinas de uno de los dos pozos. Es accesible por algunas ventanas rotas y no se como todavía queda maquinaria dentro aunque buena parte está arrasada. Dentro del cuidado y buen uso que le dan las administraciones se encuentra lleno de montones de tubos de protección abandonados de replantaciones forestales.
Sala de máquinas de Santa Bárbara.
A continuación se encuentran los dos pozos y entre estos la enorme nave de compresores. Al final está la sala de máquinas del segundo pozo que parece está ligeramente en mejor estado. Carretera abajo, fuera del recinto, hay un viejo edificio en muy mal estado en el que todavía se puede distinguir el cartel de economato.
Pozo Santa Bárbara.
A continuación encontramos el pozo Espino en el que ya paramos la primera vez que vinimos. Es un pozo de gran belleza pues en la parte superior del castillete hay una habitación de madera que contiene la maquinaria de elevación. Es un pozo de 1927 de tan solo 28 metros de profundidad y que funcionó hasta 1967. Al igual que muchos otros pozos de esta zona trabajaba junto a planos situados a lo largo de la ladera de la montaña. En la pequeña casa de la lampistería hay un centro de interpretación que las dos veces hemos encontrado cerrada. Al otro lado de la carretera y del arroyo hay una escombrera que parece tenía un cargadero para el tren pero en el que no se ve nada.
Camino adelante está el pozo Fortuna. De el no queda nada. Tan solo lo que parece fue el polvorín. Según cuenta la historia a este pozo se tiraron multitud de cadáveres de fusilados tras la guerra. Posteriormente se tapó. Ahora solo queda un monumento conmemorativo y mucha maquinaria de exposición a lo largo de la ruta verde que sigue todo el valle.
En esta zona el valle se tranquiliza y empiezan a escasear las poblaciones. La carretera empieza a ascender para pasar por la población de Urbiés. La carretera sigue a media ladera y más adelante hay un desvío que lleva a la población de La Gueria.
En esta población preguntamos por las minas que había. Las bocaminas se extienden por toda la montaña pero es difícil encontrarlas. Si se sigue la única calle del pueblo y el camino que sigue se va rodeando el fondo del valle y se llega a una gran explanada que ahora funciona como campo de futbol pero que en su día fue escombrera. Poco antes hay unos restos de edificación ahora prácticamente cubiertos por la vegetación y que fueron según nos han comentado los corrales de mulas de las minas. En esta misma zona hay un sendero que lleva a la parte baja del valle. Allí hay una gran explanada hecha área recreativa y una de las bocaminas en horizontal. También se puede ver una vía que baja inclinada por la ladera, distintos tipos de vagonetas y máquinas. Hasta aquí parece que llegaba uno de los trenes que recorren todo el valle para recoger el mineral. También parece que había una cinta transportadora o algún tipo de cable.
Máquinas en La Gueria.
Mina de La Gueria.
Tras esto volvemos valle atrás y nos vamos para casa.