Hoy partimos de León con pocas ideas. Así que nos metimos por Villaobispo en busca de esa carretera que se supone que algún día llegará a Cistierna y de allí a Santander.
Si, realmente la carretera que cruza Villaobispo y Villarodrigo, ambas de las Regueras, es una nacional y se supone que algún día unirá en Cistierna con su continuación hasta Santander. Es la N-621 que está partida en dos tramos y que en algún plan de carreteras olvidado se unirá para dar un acceso directo a Santander.
Nosotros, que no conocemos la zona, nos metimos por una carretera menor que recorre Villavente, Carbajosa y Villafeliz de la Sobarriba. Éstos son pequeñas poblaciones situadas en el altiplano que existe entre los valles del río Torío y Porma. Son pueblos que sobreviven por las segundas viviendas de personas emigradas que originariamente eran de aquí. Estos pueblos antes vivían del cereal y de los eriales boscosos poblados de caza.
Al final hemos alcanzado la mencionada N-621 y hemos continuado hasta llegar a la unión de los valles del Curueño y del Porma. Aquí el primer tramo de la N-621 termina y hemos tomado la CV-130-3 hacia La Vecilla. Aquí se puede disfrutar de pequeños pueblos que apenas dejan discurrir la carretera por sus estrechas calles. Pueblos con curiosos nombres como Barrillos, Gallegos de Curueño, Santa Colomba de Curueño, La Mata de Curueño, Pardesivil, Sopeña de Curueño o Cándara de Curueño.
En La Vecilla tomamos la LE-321 y recorremos el Curueño alto. Volvemos aquí a disfrutar de las estrechas gargantas y de la cascada que hay poco antes de Nocedo. Es esta ocasión la cascada tiene mucha agua y apenas se puede entrar en la grieta.
Ya en la cascada nos empieza a nevar ligeramente y según recorremos todo el valle vamos alternando momentos de sol y de nieve. Ya al final, en Vegarada, el terreno está todo blanco y la carretera es transitable gracias al quitanieves.
De bajada, nos desviamos al pueblo de Arintero. Es uno de esos pueblos de montaña que están apartados de las carreteras principales, escondidos en valles laterales y donde el camino de acceso termina allí. Paramos a dar una vuelta en el pueblo. Tiene, tan solo, una decena de casas y una iglesia. Yo creo que solo viven un par de familias o como mucho tres. El resto de casas hoy en día sirven para veraneo de las familias de sus antiguos moradores y otras están abandonadas.
De vuelta pasamos al valle del Torío por Valdeteja y Genicera. Llegamos hasta Cármenes y allí pasamos al valle del Bernesga por Villamanín. Y ya solo nos queda bajar por este valle hasta Huergas de Gordón.