El Coriscao está en la lista de los picos más bonitos de la provincia de León. Así que este fin de semana tocaba ascenderlo.
Está muy lejos, en el linde con la provincia de Cantabria. Se lo comenté a mi amigo Raúl y le atrajo la idea de ir el día antes y pasar por allí la noche.
El sábado nos fuimos para allá. Como siempre que vamos hacia Riaño, bajamos a La Robla, tomamos la CL-626 y nos vamos hasta Sabero. Allí tomamos la nacional que sube a Riaño. En esta ciudad nos desviamos hacia el puerto de San Glorio que une León con Cantabria. Es la N-621.
Esta carretera es entretenida pues primero va bordeando el embalse de Riaño y luego sigue el río Yuso por un valle que cada vez se cierra más. En Portilla de la Reina dejamos el río y seguimos camino de Cantábria. En este punto el valle es una garganta de gran belleza. Más arriba se abre en verdes prados y pasamos el último pueblo de León, llamado Llanaves de la Reina.
A partir de esto pueblo comienza el último ascenso que lleva hasta el cambio de vertiente de San Glorio. Arriba, normalmente se divisa el profundo valle de Liébana pero en esta ocasión asciende una espesa niebla que no deja disfrutar del paisaje.
En la misma divisoria sale un camino asfaltado a la izquierda que lleva hasta un mirador donde se encuentra el monumento al oso. Al final del camino hay una pequeña explanada donde se puede aparcar. De este punto sale un pequeño sendero a la derecha. Un poco más arriba está el monumento. Es un enorme bloque de piedra picado en bruto formando una bonita forma de oso.
La niebla sigue siendo muy densa. Pensábamos acampar aquí mismo en los prados de los alrededores pero el ambiente es demasiado desagradable.
Esperamos un buen tiempo a que lleguen nuestros amigos Raúl y Zulema. Nosotros, Luisa y yo, salimos por nuestra cuenta, más pronto, para disfrutar un poco del paisaje.
Decidimos bajar y buscar una zona más habitable para poder descansar.
Lo hicimos hasta Portilla de la Reina y tomamos el tranquilo camino que lleva a Santa Marina de Valdeón a través del puerto de Pandetrave.
No sin dar más de una vuelta sin decidirnos, acabamos en un prado situado entre el camino y el arroyo, un poco hondo y por tanto protegido de la vista de los que pasan. Allí montamos la tienda y tras cenar pues a dormir.
Al día siguiente tras darnos un buen desayuno cocinado con el hornillo portátil, volvimos a subir hasta el puerto de San Glorio y desviarnos allí al monumento del oso.
Desde el aparcamiento empezamos a subir por la divisoria de aguas hacia el pico Coriscao. La vista es muy interesante pues se domina gran parte del valle de Potes, el macizo central y oriental de los picos de Europa, Fuente De … en fin muchísima montaña.
El día nos salió bueno y la vista no tenía desperdicio. El camino no es duro aunque es largo. Al final hay una zona un poco más empinada que es la propia subida al pico.
Nos bajamos y fuimos a comer a Villafrea de la Reina. Es un pequeño pueblo ya cercano a Boca Huergano, donde el valle ya se empieza a abrir. Está un poco apartado de la carretera, pasando el río. Allí está el Albergue de Venta de Eslonza. Son unas antiguas escuelas rehabilitadas al estilo rústico y con un restaurante con una cocina muy esmerada y de gran calidad. Diseño pero conservando los buenos platos de la tierra. El precio es muy aceptable para el buen servicio que dan. Hay que reservar para poder comer, o esperar mucho tiempo para que te den una mesa pues la gente se lo conoce y siempre está lleno. El que lo lleva se llama Iván, joven que volvió a la tierra de sus padres a buscar mejor forma de vida. Es también albergue pero no se como funcionan las habitaciones, si son dobles o de más capacidad.
Tras una inmejorable comida nos volvimos para casa.