Hoy el día ha salido lloviendo. Así que como es difícil hacer algo en la montaña, decido ir a Asturias a ver el Museo de la Siderurgia que encontré en la excursión del Museo de la Mineria.
Para ello paso Pajares, bajo hasta Mieres y me desvío allí en dirección a Langreo por la autovía que hay. Cuidado no equivocarse y meterse por la carretera antigua.
Cuando llego a Langreo me desvío en dirección a La Felguera. En la actualidad están haciendo un tramo de una especie de autovía que circunvalará la población. De momento entro a ella por el comienzo del pueblo. Se entra en una calle recta y larga que es la antigua carretera de Oviedo. Si llegamos hasta el final de ella nos encontramos de frente con la antigua factoría de Duro Felguera. Hay que girar a la derecha cruzando la vía y cuando se llega a una gasolinera girar a la izquierda recorriendo los edificios comentados por la parte de atrás. Al fondo hay una torre a modo de deposito de agua que es el museo.
Realmente esta torre es de refrigeración. Un antecesor de las torres de refrigeración que hoy hay en las térmicas o las nucleares. Era una torre de refrigeración de los antiguos altos hornos.
Yo comento ahora la forma de acceder pero como yo no la conocía, aunque sabía donde estaba más o menos, aparqué en el pueblo, bastante lejos del museo.
Entro y está vacío. Solo hay tres chicas que son las que llevan el museo y el bar que hay en él.
La chica que está en recepción me comenta que hay una visita solo al museo que vale 3 euros y otra con una salida guiada por el pueblo que vale 5 euros. Tomo la de 5 euros. Por suerte la salida es a las 12 h 30 minutos y es las 12 h y 38 minutos.
Me quedo un poco sin saber que hacer y le pregunto si me espero a la salida exterior. La chica me dice que ella misma me hace de guía y que primero veremos el museo. La cuestión es que no hay nadie y se ve que poca gente viene. Así que inicio la visita con la guía solo para mi.
Primero muestran una maqueta a escala de lo que fue la factoría de Duro Felguera y explica un poco todo el proceso fabril.
La cosa empezó a principios del siglo XIX. Jovellanos fue uno de los grandes promotores de la zona. Viendo la potencialidad del carbón, que ya se estaba utilizando en Inglaterra, comenzó a desarrollar el carbón industrialmente. Hasta entonces se había usado el carbón para uso domestico excavándolo en “chamizos” como se dice aquí, minas muy rústicas.
Para comercializarlo promocionó la creación de una carretera que uniera la zona con Gijón para embarcar el carbón. También ideó usar el Nalón como río navegable para bajar el carbón hasta el puerto. Esta última forma duró solo cuatro años pues el río realmente no era navegable. Posteriormente se creó el ferrocarril que une la cuenca minera con el puerto y que fue el tercero que se creó en el país.
Pero también se pensó que era interesante crear en la zona industrias que aprovecharan la energía del carbón sin tener que desplazarlo.
La primera empresa que empezó a utilizarlo fue la fábrica de armamento cercana a Oviedo que tenía su propio alto horno primitivo para producir su propio acero a partir de los minerales de hierro.
Fue un hombre llamado Duro de apellido, nacido en La Rioja y enriquecido en la bolsa de Madrid el que no se sabe por que motivo decidió crear la empresa de siderurgia. No era ingeniero por lo que no se sabe como o quién le dio la idea.
La población de La Felguera no existia. Había tres barrios en las laderas de la montaña que era la costumbre de la zona. Según cuenta la guía en estos estrechos valles los pueblos estaban construidos en las laderas sur para aprovechar el poco suelo llano que había en los fondos para cultivar. Por esto hoy en día se ven numerosas construcciones todavía en las laderas, muchas casi imposibles. Todo esto cambió con el desarrollo de la minería y la industria y se ocuparon todos los suelos fértiles para construir nuevos pueblos e industrias.
Duro compró una finca en esta zona aprovechando que pasaba la carretera de Gijón cerca así como el ferrocarril, un pequeño río y una mina al fondo que todavía hoy funciona. En ella construyó todo lo necesario para hacer la siderurgia, Los altos hornos, los hornos de cooke para tratar el carbón antés de introducirlo en el alto horno, los filtros de gases para limpiar los humos y separar gases aprovechables como los derivados fenólicos y los nitrogenados, los sistemas de refrigeración, el descargadero del ferrocarril para el mineral de hierro y la acería. Otros elementos accesorios fueron creados como una central eléctrica, otra de vapor o los edificios de dirección que son los que hoy todavía quedan y que antes hemos comentado que hay que rodear para llegar al museo. También se creo un edificio para los ingenieros y distintas barriadas obreras de distinta categoría.
El edificio de los ingenieros todavía existe y está en una ladera cercana. Allí vivían los ingenieros solteros y por lo visto lo pasaban tan bien que al edificio se le llegó a llamar “la república de los ingenieros”. Tras él se crearon varios edificios para los obreros que por su forma se les llamó “cuarteles”. Eran edificios de planta baja y piso con dependencias todas iguales que daban a unos balcones o corredores, sin agua ni luz.
En esta época del 1850 estaban muy marcadas todavía las clases sociales. En la industrias que se fueron creando durante la atrasada Revolución Industrial española quedaba muy marcada la clase rica propietaria y las clases obreras pobres. Entre medio estaba la clase de los ingenieros que vivían bien y cerca de la clase rica.
Se ha hablado mucho sobre el padrinazgo que ejercieron los propietarios sobre sus obreros. Unos han comentado que era una forma más de que todo quedara dentro de la empresa. Al trabajador se le entregaba un escaso salario que luego tenía que gastar en el economato de la empresa, en el colegio de la empresa y en la vivienda de la empresa, con lo cual todo revertía de nuevo en el empresario. Otros han ensalzado a los empresarios como dinamizadores del desarrollo y las mejoras sociales dando alimentación, higiene, sanidad y educación a las clases sociales desfavorecidas. Otros lo han dejado simplemente en que una persona que come y está sana trabaja más. En fin, yo lo dejo en una mezcla de todo ello. Los ricos, poseedores ya del suficiente conocimiento y cultura, ven necesario que para un desarrollo de la nación las clases sociales bajas se eduquen y mejoren sus formas de vida, todo ello en beneficio de sus negocios, cubierto de un aura de solidaridad y caridad de la que presumen dentro de su presuntuosa religiosidad y sin, por supuesto, que esto elimine la marcada separación de clases. Pero ello no obstante dio lugar a una mejora de las condiciones de vida e inevitablemente una mayor posibilidad de progreso de las clases bajas.
Esto es lo que en gran medida muestra el recorrido exterior. Fuera de los muros de la factoría se desarrolló la ciudad de La Felguera. Entre los dos ejes que formaban la carretera de Oviedo y la de Gijón se formó la población. Primero la guía me muestra el barrio de Urquijo que fue el primero que creó la empresa financiada totalmente por ella y que fue la primera que tuvo luz y agua.
Luego muestra algunas casas de la carretera de Oviedo en la que vivían comerciantes que se establecieron en la zona. Son edificios con planta baja, piso y buhardilla. En la planta baja habían dos puertas y una ventana. En una de las puertas se accedía a la vivienda del primer piso. La otra puerta y la ventana eran la tienda. En la buhardilla vivía la servidumbre que se helaba en esta zona sin calefacción.
Luego vamos al parque que hay frente a la iglesia. Inicialmente fue un cementerio y luego el patio del colegio La Salle que hay en uno de los laterales. Este colegio lo hizo Duro para escolarizar a los hijos de los trabajadores y darles educación general y luego especifica para la fábrica. Según lo espabilados que fueran les enseñaba lo mínimo o una maestría. A los mejores los enviaba a la universidad donde acababan generalmente médicos o ingenieros. Posteriormente por competencia con otros pueblos se creó el jardín actual con kiosco de música y todo.
Al fondo de la plaza está la iglesia que es moderna debido a la destrucción por dos veces de la original debido al levantamiento obrero en Asturias y luego a la guerra civil por parte de las hordas anarquistas.
Volvemos por una calle que va directo a la puerta principal de la factoría y que la creó Duro para ir a misa. En ella también se desarrolló cierto polo de comercio. Todas las calles llevan algún nombre de la familia Duro incluido esta. No obstante la gente del pueblo la llama la calle de la mierda. Se debe a que en una de las calles transversales había un barrio de gente de la menos cualificada de la factoría. Estos conseguían de la fabrica algunos materiales a precio rebajado y construyeron aquí sus chabolas. La mierda corría por el centro de la calle. También aquí había cuadras de los animales que trabajaban en la fábrica. Al fondo a la derecha hay dos chimeneas cuadradas que erán de una fábrica de ladrillo refractario. Las empresas accesorias prosperaron por todos los alrededores.
En esta zona surgieron otras empresas siderúrgicas. Al otro lado del río surgió la Gil que también tubo sus hornos. Con el tiempo la siderurgia fue teniendo sus problemas y pasando a entrar capital público para su mantenimiento. Esto también hizo que se unieran todas ellas y fueran tomando distintos nombres con el tiempo. En los años 50 del siglo XX se cerró la factoría quedando las de Gijón. Posteriormente se demolieron todos los altos hornos quedando solo los edificios de las oficinas y la acería. En las oficinas se han ubicado distintas empresas y centros públicos al abrigo de las subvenciones. En la acería funciona alguna empresa aunque parece todo medio abandonado.
También en la zona se ubicó alguna empresa química que aprovechaba los gases que salían del horno y que he comentado antes. Así, en la entrada del pueblo hay una enorme factoría, ahora abandonada, que producía abonos nitrogenados. Quedan todavía algunas empresas químicas como la Bayer que tiene una factoría de ácido acetilsalicílico. También hay una gran térmica en medio del valle.
En el museo hay poca cosa aparte de paneles explicativos de la historia de Duro Felguera y bastantes fotos y maquetas.
En el video explicativo salen bastantes imágenes de la factoría de Gijón que son las que todavía funcionan. Me llamó la atención que cuenta que en Gijón están los altos hornos que producen el arrabio que es el hierro tal y como salen del alto horno. Sin embargo el “convertidor” que ajusta el acero al porcentaje de carbono que toca está en Avilés, en las acerías de Aceralia. Esto hace que haya que llevar el arrabio liquido en un vagón especial llamado torpedo hasta el convertidor. Debe ser curioso ver este vagón con forma de torpedo enorme todo blindado de hierro y refractario circulando entre ambas poblaciones. Un día tengo que ir a buscar esta vía. Luego la guía me comentó que en las acerías de Avilés hacen piezas base y que luego se llevan gran parte del hierro a Vascongadas que es donde hacen el trabajo fino que le da mayor valor añadido.
En fin mucho que aprender a pesar de que el museo peca del tema técnico e incide más en el histórico y social.