Tras la matanza de los vecinos, mejor dicho, de los cerdos
de los vecinos, quiero decir de los cerdos que criaban los vecinos, Luisa cogió
sangre para hacer morcillas.
Para ello hace falta como he dicho la sangre y además
cebolla, pan, grasa pimentón y sal. Las cantidades aproximadas son de 60% de
cebolla, 15% de grasa, 15% de sangre, 9 y pico % de pan y el resto de pimentón
y sal.
Hay un par de trabajos muy costosos. El primero trocear la
cebolla. El segundo embutir la mezcla.
Si no me equivoco primero hay que picar toda la cebolla y
dejarla que escurra por lo menos una noche.
Al día siguiente hay que hacer la mezcla y empezar a
embutirla en tripas de cerdo que en nuestro caso hemos comprado.
Por último hay que cocer la corras de morcilla para
asegurar la conservación y por último ponerla a secar colgadas.
Luisa con la ayuda de su hijo y su nuera ha hecho todos
estos trabajos y ha sacado sus buenas morcillas. Lo que no le salió tan bien a
su hijo fueron las fotos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario