Existe en el municipio de Lubián una Santuario dedicado a
la Virgen de las Nieves. Ya he hablado sobre él en una excursión del día 13-05-11.
Se celebran dos romerías a este santuario, una el 5 de agosto y una segunda el
último fin de semana de septiembre. Estamos en este segundo caso y decidimos
hacer la romería andando desde A Canda.
El día salió muy lluvioso pero eso no nos detuvo. Aquí en
Galicia si te asusta la lluvia no haces nada.
El recorrido es de unos 5 o 6 kilómetros pero el problema
es que en medio está el puerto de A Canda. Para hacer el recorrido se sigue en
sentido inverso el camino de Santiago en su variante sanabresa. Hay una rápida
subida por el lado de A Canda y luego una larga bajada hasta el santuario.
Ya allí visitamos los distintos puestos de mercadillo que
colocan y fuimos a la misa que celebraron en la capilla. También curioseamos
los dos terneros que estaban asando enteros para cenar por la noche Empiezan
temprano por la mañana para tenerlos preparados para la cena. Lo hacen con un
fuego muy lento para que no se queme por fuera y se quede crudo por dentro.
Esta romería es bastante celebrada por todos los pueblos
de la zona y vienen romeros tanto de Ourense como de Zamora.
Lubián se distingue por la gran cantidad de dinero que
recauda el ayuntamiento de los parques eólicos que hay en su término. Esto le
permite hacer unas buenas fiestas entre otras cosas y esta de la Virgen no es
menos. Montan una gran carpa abierta donde la gente se reúne para las verbenas con
música de caras orquestas. Por otro lado montan otra gran carpa cerrada donde
disponen el comedor para la cena. La entrada es libre y todo el mundo está
invitado.
La vuelta la hacemos caminando a mediodía tras tomar una
buena ración de pulpo en uno de los puestos de pulpéira que hay montados (estos
de pago).
La ida nos llovió bastante. Por suerte la vuelta fue más
seca.
Por la tarde noche volvimos de nuevo (esta vez en coche) al
santuario para ver la verbena que montaron. Llovía a cantaros pero la carpa
acogía a todo el mundo.
Tras la actuación la gente pasó a la carpa cerrada donde empezaron
a repartir los dos terneros. Es increíble la cantidad de gente que puede comer
con dos terneros y a pesar de ello la cantidad de carne que sobró. De todas
formas no solo pusieron la carne sino que también había queso, empanada, vino y
refrescos a discreción.
Como dicen los propios de Lubian es que ellos “viven del aire”.