A pesar de estas lluvias y nevadas tardías esta mañana salió
un día soleado aunque con nubes. Así que aprovechamos para hacer una excursión
rápida.
Quedamos con nuestro amigo Luis en la salida de Erosa, en la
autovía A-52. Allí tomamos
la pequeña carretera que baja a los pueblos de Pentes y Barxa. Recorre una de
las laderas del río Riveira en la que dicen hay petroglifos aunque no sé dónde.
Ya en el límite de la frontera con Portugal está el pueblo de Barxa.
En la última curva antes del pueblo hay un depósito de agua.
Allí se puede dejar el coche y bajar andando una pista de tierra que llega al
río. Ya bajando podemos observar que nos encontramos en el centro de un meandro.
Allí podemos encontrar una casa en ruinas y un pequeño
molino de una habitación junto al río. Lo verdaderamente curioso del lugar es
la gran galería que hay abierta en la roca entre ambos lados del meandro y que
sirve para desviar el agua. De esta forma el meandro ha quedado prácticamente
abandonado.
Parece ser que esta galería la abrieron para alimentar el
pequeño molino que hay al lado. Con la mina se ganaba algo de altura y esto
servía para dar fuerza al molino.
La galería es grande, podría pasar un coche por dentro, es
raro que se excavara esta obra para un pequeño molino. Quizás se aprovechó la
apertura de la mina.
Un poco más adelante hay un viejo puente ya prácticamente
desecho que cruza el río. Estaba hecho de cables metálicos y chapas. Tenía dos
vanos. De uno de ellos no queda nada y del otro es del que se puede ver su
construcción.
Frente está la mina que hemos venido a ver. Es una antigua
mina de wolframio que probablemente se explotó durante la Segunda Guerra
Mundial. Se abre en el cortado rocoso producido por el río. La explotación se
realizó sin criterio abriendo varias bocas
a lo largo de la veta, profundizando hacia el interior de la montaña
siguiendo la ligera inclinación de los estratos.
Todas las bocas las han tabicado con bloques por motivos de
seguridad, pero ya se han ocupado de romper uno de los tabiques y por el hemos
entrado.
Todas las bocas están conectadas por dentro formando una
gran sala central de varios metros de altura. De ella parten varias galerías en
distintas direcciones de pocos metros de profundidad. Algunas de ellas se van
interconectando. Existe una galería más profunda que no hemos recorrido pero
que no parece ir mucho más allá.
En los alrededores no hemos observado la presencia de más
cavidades.
Según aparece en el plano del Sigpac hay otra mina al otro
lado del pueblo pero no hemos detectado su presencia.
Dentro no hemos encontrado ningún mineral interesante. Se
puede observar un caos de vetas entre la pizarra de material oscuro y oxidado
en el que se pueden observar cristales micrométricos de calcopirita. Muchas
paredes poseen un color amarillo que quizás pueda ser azufre. Otras paredes
poseen exudaciones blancas pulverulentas que no creo sean de carbonatos.
Una vez vista la mina hemos seguido la carretera más allá de
Barxa. Sigue, bordeando la frontera hasta un pueblo llamado Veiga de Seixo.
Nosotros hemos tomado una carretera a la izquierda que se introduce en
Portugal. El primer pueblo que aparece a la derecha se llama Cisterna. Poco más
adelante hay otro desvío que baja por el profundo valle del río Rabaçal que es
el mismo Riveira de España. En el puente que cruza el río hay una bonita vista.
Subimos por la empinada pendiente del lado contrario y
llegamos a la población de Pinheiro Novo. Paramos y damos una vuelta por el pueblo.
Es una zona deprimida y se pueden ver muchas viejas casas aunque parece que en
la actualidad le deben haber inyectado dinero y están adoquinando las calles y
arreglando algunos edificios como la iglesia.
Estamos en el parque natural de Montesinho. No obstante el
paisaje está prácticamente despoblado de arbolado y con muestras de numerosos
incendios. Estamos en una especie de altiplano formado por montañas redondeadas
surcadas por los profundos valles de los ríos. Las poblaciones están en la
parte alta que es donde hay prados y no junto a los ríos. Por lo que nos
comenta Luis, parece ser que en esta zona hay abundancia de lobos que es lo que
da lugar a esta protección.
Seguimos hasta la población de Sernande donde hemos visto en
un cartel que hay un puente medieval. Bajamos por una empinada pista de tierra
hasta el río Rabaçal pero no hemos encontrado más que un vado.
Volvemos sobre nuestros pasos y en Pinnheiro Velho nos
desviamos por la carretera que vuelve a España en la población de Esculqueira.
Con ello damos por finalizada la excursión.