Buscando en Google Earht zonas que visitar de Picos de
Europa me llamó profundamente la atención el curso del río Dobra que marca el
borde occidental de la gran mole rocosa. Según se ve, en estas imágenes de satélite,
el río forma una enorme y profunda brecha en la roca caliza. Una gran garganta
caliza de gran longitud y difícil acceso en la que no se observan caminos ni
poblaciones. Es lo que según he investigado posteriormente los gestores del
Parque Nacional de Picos de Europa llaman Garganta del río Dobra tramo III.
De esta zona también me llamó la atención pueblos
encaramados en las laderas del valle del río Sella como son Sames, Carves, San
Román o Amieva.
La idea es ir a esta zona y ver si se puede acceder a este
cañón.
Así que partimos desde León en un duro recorrido de unos
150 km pasando por Riaño y el puerto del Pontón. Ya pasado el barranco de los
Beyos y cuando el curso del Sella comienza abrirse pasamos Vega de Cien.
Continuamos la carretera y en las primeras casas de Precendi encontramos una
pequeña carretera a la derecha que sube hacia San Román.
Esta carretera comienza a ascender rápidamente por la
ladera. Pronto encontramos uno de los pequeños pueblos que se llama Sames. La
carretera no es apta para los que tengan vértigo. Es estrecha, con muchas zonas
sin barrera y con unas caídas realmente grandes. Estás temiendo todo el rato
encontrarte con otro coche y ver la forma de cruzarse. Por suerte la
circulación es mínima.
Más adelante está Carbes y al final San Román. Estos
pueblos se construyeron en estas recónditas zonas para aprovechar las pequeñas
praderas que en estas zonas se pueden contemplar.
Una mujer nos explica como se puede llegar al valle de
Angón, zona desde la que se puede contemplar el Dobra. No es exactamente la
zona que yo buscaba pero quizás desde allí…
Así que continuamos adelante por una carretera todavía más
estrecha y de hormigón. Esta lleva después de una pronunciada cuesta a un
mirador desde el que se puede contemplar la bonita pradería donde se encuentra
el siguiente pueblo llamado Amieva.
El camino continúa, pasa por encima de la población y
llega a un collado por donde se entra al valle de Angón por donde pasa el
Dobra.
El valle de Angón vale la pena verlo, es bastante abierto,
lleno de prados con pequeñas corrales. Es lo que se llama en estas zonas de
Picos de Europa invernales. Los paisanos de estos lugares suben a estos lugares
con el ganado en verano para aprovechar estos verdes prados. En estos corrales
cierran el ganado cuando es necesario e incluso tienen un pajar encima para
guardar hierba. También vivían en estos lugares los propios pastores.
El camino sigue y se interna valle arriba pero en el
collado hay un aparcamiento y dejamos ahí el coche y seguimos andando para
disfrutar del paisaje. Encontramos algunos chalets que por suerte son pocos y
están bastante integrados.
La zona de cañón esta a la izquierda pero desechamos ir
hacia allí por la dificultad que se ve entraña. Además posteriormente al
documentarme mejor para hacer este artículo he visto que es prácticamente
impracticable excepto haciendo barranquismo o caminando con mucha dificultad
por sus laderas. También está prohibido el acceso a esta zona haciendo
barranquismo, según las ordenanzas del Parque Nacional de los Picos de Europa.
Así que continuamos valle arriba a ver si llegamos a la presa de La Jocica.
Dejo unas fotos aquí procedentes de otras páginas web que muestran esta
garganta.
Las dos fotos anteriores han sido obtenidas de:
Después de caminar varios kilómetros valle arriba el valle
se cierra. En este punto se encuentra una central eléctrica que turbina el agua
que viene del embalse de la Jocica que se encuentra más arriba. Este mismo agua
se vuelve a entubar y se lleva a un nuevo salto esta vez en el valle del Sella
a donde se vierte finalmente. Hasta este punto se puede llegar en coche aunque
yo recomiendo no hacerlo para disfrutar del valle.
Como he comentado, en este punto el valle se cierra, el
camino se hace de tierra y empieza a ascender. Se llega a una bifurcación y hay
que coger el camino de la izquierda, el que pone Jocica.
Queremos ver esta presa que es bastante peculiar por lo
estrecho de la garganta donde se encuentra y lo escondida que está. No venimos
preparados con mochila y agua pero no queremos dejar nuestro objetivo.
Tras una larga caminata en ascenso llegamos a la boca de
la garganta. Allí, mucho más baja está la presa. El fondo de la garganta no se
llega ni a ver. La presa llega a media altura y nosotros estamos mucho más
arriba donde quedan los restos de los silos para hacer el hormigón.
Hay unas escaleras para bajar a la presa pero nuestras
fuerzas ya no están para semejante descenso y posterior ascenso.
La presa se construyó entre los años 1959 a 1963 con las
dificultades consiguientes de la época y el acceso. Según se cuenta se
necesitaron 20000 m3 de hormigón para lo que se necesitaron 120.000 sacos de
cemento que hubo que subir en vehículos todo terreno por el camino hoy
existente. Se trata de una presa en arco que cierra la estrecha garganta. En el
fondo solo tiene 7 metros de anchura y a los 70 metros tan solo ha aumentado a
los 15 m. A partir de esta altura la garganta se ensancha más rápidamente y
tuvieron que hacerle unos estribos artificiales para mantener un poco la
estética aunque es una presa rara y como mal terminada debido a su dificultad
de acceso. Embalsa 1,3 Hm.. Sirve para regular la cuenca y para abastecer de
agua a los saltos de agua antes citados.
Añado algunas fotos de otras páginas web con las fotos de
la presa desde abajo y también de algunas fotos antiguas durante la
construcción.
Las fotos anteriores han sido obtenidas de:
Más adelante sigue el sendero hasta Vegabaño. Debe ser
curioso seguir adelante por la ladera del embalse, pero ya llevamos demasiado
recorrido y nos volvemos sobre nuestros pasos.
Curiosidades en el valle de Angón:
Una última foto que he encontrado en internet de la presa
y que muestro por su belleza.