Ayer fue la noche en la que la luna estaba más cerca de la tierra en su órbita, que es algo elíptica, y además estaba en fase llena. Por ello era la noche, en muchos años, en la que se veía más grande y luminosa.
Ello implica que además estos días estemos en unos máximos de variación de marea en el mar. Por ello esta mañana nos fuimos a la ría de Villaviciosa a contemplar la bajamar que se daba a las 11h.
Bajamos hasta la playa de Rodiles que está en la salida de la ría. A esta playa no me gusta ir en verano pues, aunque es muy bonita y cómoda, se llena muchísimo de gente y tiene una carretera de acceso muy estrecha y curvada, con mucho tráfico. Sin embargo ahora en invierno se llega tranquilamente, hay infinidad de aparcamientos y se puede disfrutar de las vistas del mar, de la ría y del bosque de eucaliptos que hay detrás.
Fuimos paseando hasta el comienzo de la ría. La verdad es que el canal de entrada estaba bajísimo de nivel y los laterales secos, salvo en los pequeños riachuelos y nacimientos de agua en el terreno. Caminamos por el fondo de la ría y hemos disfrutado de la vida que hay. Había una zona algo pedregosa que es donde más animales había. Se podían contemplar muchos bígaros, cangrejos, quisquillas, pequeños peces, lapas y sobre todo infinidad de ostras de gran tamaño. Según nos comentó un matrimonio que andaba mariscando para casa, solo se pueden coger bígaros y lapas y con limitación de peso. También se pueden coger quisquillas y solo como cebo de pesca. Las ostras no se pueden en esta época. Entre el olorcillo a mar y la visión de las ostras la boca se hacía agua.
Luego recorrimos la playa en toda su longitud. Ya en este momento estaba empezando a subir la marea. No obstante la anchura de la playa era espectacular. El mar estaba muy retirado.
A continuación nos fuimos a Pola de Siero donde celebraban el “VI Mercado de Primavera de los Quesos Asturianos”. Hemos disfrutado de las pruebas de los distintos puestos que había. Había queso de Cabrales, de Afuega’l pitu, Gamoneu y de otros tipos. Tras comprar varios de ellos dimos un paseo por la población buscando los restaurantes que participaban en las Jornadas Gastronómicas de los Quesos Asturianos.Encontramos un par de ellos pero estaban llenos y nos fue imposible comer.
Nos tocó ir, un poco a ciegas, a la población de Valdesoto donde celebran también unas jornadas gastronómicas. Tras pasar por un par de restaurantes que estaban llenos, pudimos comer en un pequeño bar llamado Beyao.
En todos los restaurantes era el mismo menú, callos, pitu caleya y picatostes. El trato fue muy bueno y la comida también por lo que se puede considerar un buen sitio para comer. No obstante de apariencia se puede considerar un chigre pero, como digo, se puede comer bien.
Ya tras ello hemos dado un buen paseo por los alrededores disfrutando de las varias casonas antiguas que hay en el lugar y, finalmente, para casa.