No creo que haya ninguna persona que no conozca las lagunas de Ruidera. Otra cosa es si preguntáramos quien ha disfrutado de ellas o quien las conoce de verdad.
Yo tuve la suerte de trabajar allí cerca de dos años. En aquella época no lo veía tan interesante pues era el punto más lejano al que había tenido que ir a trabajar y además en el trabajo había numerosos problemas que resolver.
No obstante procuré patear la zona lo máximo posible procurando encontrar lo que las guías no cuentan.
En esta ocasión voy un par de días junto a un grupo de amigos murcianos. Procuro darles un recorrido por las partes más interesantes que el escaso tiempo nos permite.
Íbamos de acampada así que lo primero que hicimos fue montar el chiringuito en el camping Los Batanes situado entre la laguna San Pedro y la Redondilla. Es un camping grande pero en estas fechas tienen una buena parte cerrado y obligan a la gente a plantar en una zona bastante reducida. Los cuartos de aseo son regulares; no atrae mucho el usarlos.
Una vez montadas las tiendas bajamos al pueblo a comprar pan. De paso les enseñé un poco lo que es el pequeño pueblo de 500 habitantes metido en un barranco por el que cruza las lagunas la carretera N-430. Destacable es el centro de recepción de visitantes, con unos interesantes jardines con restos de lo que fue la fábrica de pólvora que hubo aprovechando el agua como fuerza motriz. Creo que era de la época de Carlos III.
Aproveché para enseñar a mis amigos la playa de la Perca donde los del pueblo se bañan. Les comenté como, hasta hace no demasiados años, estuvo en esa misma zona el cementerio del pueblo y como en una de las crecidas de las lagunas, en la época que estuve trabajando allí, el agua, en su erosión, dejó al descubierto todavía algunas tumbas. Después se construyó el edificio que hoy forma un bar y algunos apartamentos que me imagino debe estar sobre el cementerio. El actual está a no muchos metros de allí algo más separado.
Subiendo hacia el camping les enseñé la isla que hay en la Colgada y la peña que hay en ésta donde yo me daba mis mejores baños.
Tras comer en el camping cogimos de nuevo el coche para hacer la primera excursión.
Salimos de nuevo hacia Ruidera, había que comprar una botella de camping gas que hay solo en una tiendecita frente al Caja Rural en la calle principal. Luego nos metimos en el camino del Hundimiento. Paramos el coche junto al cementerio y bajamos andando hasta la cascada del mismo nombre que en estos momentos echaba un buen caño de agua.
El Hundimiento.
Volvimos de nuevo al coche y seguimos hacia la Inclusa. El camino del Hundimiento sigue por la margen izquierda de las lagunas hasta llegar a la última que es la Cenagosa. A partir de esta laguna el valle sigue, pasando por una de las grandes fincas de la zona. Pronto, vuelve a haber agua pero esta es la cola del embalse de Peñarroya que debe de estar lleno dado el punto al que llega la cola. Cuando llegamos al final de la Cenagosa nos encontramos una especie de acequia encauzada con sillares de piedra. Aunque el punto más hondo del valle yo creo que está más hacia el centro de éste, es por aquí por donde sale el agua de las lagunas. Supongo que en su día se encauzaría quizás para regar los campos de cultivo que hay mas abajo. La acequia es de tierra menos estos 20 o 30 metros que está encauzado con sillares. Es una estructura extraña pues tiene varios puntos donde parece como si hubiera compuertas o algo así. Da la sensación, y más todavía inducido por el nombre, que pudiera ser una esclusa. Parece como si hubiera varios recipientes entre zona y zona de compuertas. Sin embargo es imposible saber ahora que pudo haber ahí si un sistema de esclusas, simplemente unas compuertas de regulación de las lagunas o algún tipo de molino o batán. Desde luego, de esto último no tiene la forma. Por la forma de ejecución parece una obra hidráulica típica de las de Carlos III. ¿Pudo ser navegable el río quizás hasta la fábrica de pólvora?. Son toda hipótesis arriesgadas sin datos.
A partir de aquí se sigue el camino hasta la finca antes comentada que no recuerdo como se llama. En esta finca comentan los del pueblo que había una masía romana y que en ella se encontraron importantes restos y tumbas. Estas fincas son de gente muy poderosa generalmente de Madrid que las usa para hacer grandes cacerías donde hacen sus buenos negocios. De hecho cuando pasamos había gran cantidad de buenos coches aparcados en la entrada y gente vestida de fiesta.
Si se sigue el camino se llega a la cola del embalse. El camino se hace difícil pero como vamos con un todo terreno seguimos. Se pasa una zona donde el camino va muy cerca del agua aunque a cierta altura y muy inclinado lateralmente hacia ella lo que da bastante impresión. Se pasa esta primera zona difícil y luego aparece la amplia desembocadura de un barranco lateral. Aquí dejamos el coche y subimos al siguiente suave montículo andando. Si uno se fija en este se puede encontrar abundante cerámica y bastante sigilata lo cual indica que también aquí debió de haber otra masía romana. Esta masía la encontré yo casualmente perdiéndome por estos predios cuando trabajaba aquí.
Nos volvimos hacia el pueblo y tomamos un café en la Perca.
A continuación saltamos el pequeño muro que hay enfrente y accedimos a la central eléctrica abandonada que aprovechaba el salto del Hundimiento. Arriba estaban las casas de los que llevaban la central. Al borde del llano podemos ver la balsa de descarga y las tuberías metálicas por donde bajaba el agua. Bajamos abajo, donde está el edificio de la central. Es muy curioso meterse dentro y ver las antiguas turbinas a pesar de que han sido desmanteladas en gran medida para robar el cobre. Son tres turbinas bastante antiguas por su diseño y de distintos modelos lo que indica que se fue ampliando sucesivamente.
Nos queda todavía luz para subir de nuevo lagunas arriba hasta la San Pedro y desviarnos por el segundo camino que va hacia Ossa de Montiel. Este segundo camino es el que va junto a la laguna de San Pedro y que pasa por el camping municipal de Ossa. Continuamos hasta el punto donde está señalizada la cueva de Montesinos.
La cueva no tiene grandes pretensiones. Es una abertura en el suelo. Una vez se entra aparece una cámara continua, bastante grande, con bastante inclinación que acaba en una grieta donde aparece el nivel del agua. No posee ni una sola estalactita y tan solo llama la atención alguna apretada colonia casi invisible de murciélagos. En su día tuvo un sistema de iluminación abastecido por energía solar y un paisano de Ossa la cuidaba y la enseñaba. No se que sucedió pero esto se acabó, la gente se ocupó de arrasar la iluminación y la cueva quedó a su suerte.
Entrada cueva Montesinos.
El sol se resiste a ponerse y todavía nos da tiempo a llegar hasta las cascadas que bajan de la laguna de la Lengua a la Salvadora o la Santos Morcillo no recuerdo bien cual es su nombre.
Allí todavía se ven los restos de minas y acequias que se hicieron en la roca para alimentar batanes.
Con esto damos ya por concluido el día. El cansancio nos puede.
Al día siguiente iniciamos nuestro recorrido visitando los grabados que hay en las paredes verticales de la laguna Tinaja. Para ello hay que seguir la carretera de las lagunas aguas arriba y una vez pasada la laguna San Pedro aparece a la izquierda el camino llamado calle de la Mina. Es un camino de tierra entre chalés que discurre por la franja de roca que separa las lagunas de San Pedro y Tinaja. La urbanización salvaje ha permitido la construcción anárquica de estos chalés pegados a las lagunas.
Nos subimos al cerro que hay entre estas dos lagunas donde se pueden contemplar unas extraordinarias vistas. También se pueden encontrar restos de cerámica del bronce. Debió haber un poblamiento en este punto estratégicamente protegido.
La Tinaja vista desde el montículo.
Si se continúa el camino un poco más, se acaban los chalés y se puede acceder a la laguna Tinaja. Como casi todas las demás esta posee unas paredes verticales que la delimitan. El nivel del agua en esta laguna se mantiene bajo a causa de una galería que se hizo para comunicarla con la San Pedro. Supongo que esta se haría para bajar el nivel y poder situar la minicentral eléctrica que hay en la cabecera de la laguna. La cuestión es que esta pared está llena de grabados. La gente del lugar dice que si los grabados son primitivos. En alguna pagina web indica que son neolíticas. Aparte de algún grabado de algún salvaje moderno y zonas quemadas por hogueras de los chalés cercanos, se observan multitud de dibujos. La mayoría son cruces de distintas formas y normalmente agrupadas de tres en tres. Hay algún otro tipo de dibujo que puede hacer pensar en dibujos esquemáticos. No se si esas cruces no son tales y son antiguas o realmente son más modernas. También cabe pesar si en la antigüedad esta laguna, por alguna causa, estaba vacía o no llena del todo como ahora. Por otro lado teniendo en cuenta que la mayor parte de las rocas lamidas por el agua tienen fuertes incrustaciones calizas debido al alto nivel de cal, es difícil pensar que después de varios miles de años los grabados no hayan quedado tapados. Nos metemos por los jardines de los chalés hasta llegar a la galería que comunica las lagunas. Entra ganas que algún propietario se queje para decirle que pasaremos todas las veces que haga falta pues estamos en cauce público.
Continuamos camino arriba hasta llegar al llamado baño de las Mulas que es el pequeño azud que hay a la salida de la laguna Tomilla. Por el camino se puede ver las pequeñas cascadas que hace el agua en su recorrido entre laguna y laguna.
Ya en el baño de las Mulas volvemos a la carretera principal de las lagunas y seguimos aguas arriba hasta llegar al final de la zona asfaltada. Continuamos por el camino de tierra junto a la larga laguna Conceja. Llegamos hasta la altura de la primera central eléctrica. En este llano hay unas pocas casas que los del lugar llaman el Ossero. Aquí nos impide el acceso hasta la central la acequia que cruza y que realmente es el río. Aguas arriba hay un punto que se puede vadear o pasar a pie. Nos damos una vuelta por la central donde todavía se puede ver la moderna turbina AEG. En el canal de salida de la central se puede ver como brota el agua. Realmente este llano es una zona de aluvión lleno con un alto nivel freático. Podríamos decir que es una gran laguna aterrada. La tierra es un polvo calizo blanquecino en el que todavía se puede distinguir en los terrones más petrificados la forma de la hierba. Es lo que se llama toba.
Los llanos del Ossero. Central eléctrica en la casa de la derecha.
Cuando trabajé en esta zona estábamos en una estación seca en el que las lagunas estaban bajo mínimos. Pero llegó el invierno y se lo paso lloviendo. Ya en aquella época la comunidad autónoma estaba pagando a los propietarios de los terrenos con sistemas de aspersión para que no los usaran y así poder regenerar los acuíferos. Ambas cosas consiguieron que en la primavera reventaran los manantiales y empezara a resurgir el agua. Así este cauce que no era más que una acequia seca empezó a llevar agua. Era muy curioso contemplar como subías por el cauce seco hasta que te encontrabas con un pequeño hilo de agua que iba avanzando con suma lentitud. Pero lo curiosos es que ibas unos cien metros aguas arriba y el canal iba lleno a rebosar de agua. El terreno reseco de años se iba chupando todo el agua hasta empaparlo y así ir avanzando en el transcurso de días y meses.
Bueno pues una vez vista la zona seguimos aguas arriba. Aquí hay un montículo con un camino, por llamarle algo, que en alguna ocasión yo lo he pasado en coche pero que ahora solo se puede hacer en todo terreno. Volvemos a bajar al llano y en esta zona se pueden encontrar algún pequeño asomo rocoso entre la tierra en el que se puede observar como a través de las grietas brota el agua.
Por todas estas zonas no es difícil ver conejos y perdices campando por los campos. Más adelante nos encontramos con la primera laguna que es la Blanca. Realmente es un llano en el que se acumula agua y apenas tendrá un metro o poco más de profundidad. Si embargo la extensión de la laguna es enorme. Recuerdo que esta zona en el período seco eran campos de cultivo. Cuando se llenó de agua era una gran extensión blanco azulada muy bonita. Ahora con el tiempo se ha ido llenando de carrizos con lo cual no es tan espectacular.
Ya llegamos a la carretera de Ossa a Villahermosa y nos paramos para, andando, entrar a los Zampullones. La laguna blanca es alimentada por un arroyo que cruza la carretera y se mete por un barranco amplio y plano bonito por su tranquilidad y por los pequeños bosques de sabinas y enebros. Aunque el río sigue hacia arriba hay un punto donde se bifurca. En la bifurcación hay una pequeña laguna poco visible por los carrizos pero por cuyos laterales se ve surgir el agua entre las grietas de las rocas. Esto es lo que las gentes del lugar llama Zampullones y lo consideran como el autentico nacimiento del Guadiana. Nunca he seguido el arroyo para ver hasta donde llega pues sigue más arriba cuando lleva agua.
Los Zampullones.
Ya se nos hace muy tarde y nos volvemos por Ossa al camping para comer, hacer una siesta, recoger trastos y volvernos para casa.