Hoy nos hemos despertado con el pueblo nevado. Ayer se pasó
todo el día nevando aunque cuajó poco. Aunque la carretera tiene algo de nieve
podemos salir sin dificultad del pueblo.
Tomamos la autovía dirección Ourense y llegamos hasta Verín.
Entramos en la población y aparcamos junto al río que en este día iba muy
crecido por las fuertes lluvias de los pasados días.
Esperamos en el puente del río Támega a un compañero mío de
trabajo para hacer la excursión. Pasado el río, en un viejo caserón
rehabilitado, está la oficina de información pero por lo visto cierran los
domingos.
Allí comenzamos a subir el montículo donde se encuentra el
castillo de Monterrey. Es un buen camino empedrado que lleva a lo alto. En poco
tiempo llegamos a la planicie donde se encuentra el Parador Nacional. Un poco
más arriba está el castillo. Lo construyó el primer conde de Monterrey que por
lo visto fue gobernador de la tierra del mismo nombre en Méjico.
El castillo tiene varias defensas que circunscriben un
amplio recinto donde no solo está la torre del homenaje sino que hay diversas
viviendas hoy día la mayoría abandonadas.
En la parte más alta hay un recinto amurallado más pequeño
donde se encuentra la torre del homenaje, un pequeño palacio seguramente de
construcción posterior y una iglesia.
La entrada es libre. Se puede visitar la torre hasta lo
alto. En ella se pueden ver los dos o tres pisos típicos de este tipo de torre
donde habitaban los señores. Desde arriba hay una buena vista de todo el valle
del río Támega desde la zona norte de Laza hasta las tierras de Portugal.
Destaca de la torre la multitud de marcas de los canteros
que hicieron los sillares.
En el palacio hay una especie de museo con algunas obras y
elementos antiguos.
Tras esto la chica que hay allí nos enseñó la iglesia.
No tengo documentación sobre este castillo por lo que no
puedo contar muchas cosas.
Después bajamos de nuevo a Verín y quedamos con otro
compañero para ir a comer a Chaves en Portugal pues dicen que es más barato.
El río Támega forma una amplia llanura donde se situa Verín.
La planicie sigue hacia Portugal donde
se interna el río. Ya unos kilómetros dentro de Portugal hay unas colinas que
fueron aprovechadas para la constitución del pueblo de Chaves y sus fortalezas
de defensa. Así se puede decir que Chaves y Verín son las sendas ciudades
fronterizas de este punto.
Este es un punto de paso importante hacia Portugal y por
ello hay una carretera nacional y una autovía. Las autovías con eso de la
crisis las hicieron de peaje en el país vecino; no obstante se puede ir por
ella hasta la salida que hay recién pasada la frontera sin pagar.
De todas formas nosotros fuimos por la carretera nacional y
pasamos por los antiguos edificios de la frontera que aquí todavía no han sido
arrasados.
Ya en Chaves entramos en el primer restaurante que pillamos
donde comimos bien pero no demasiado barato. Probamos el bacalao que en esta
zona es tradicional.
Después de la comida nos dimos un buen paseo. Entramos en la
torre del homenaje de la antigua fortaleza de la ciudad. Es un museo del
ejército donde hay algunas piezas de armamento y vestuario de distintas épocas.
Destacar los elementos de las guerras coloniales.
Desde lo alto de la torre vimos que en la ciudad hay otras
dos fortalezas más modernas del tipo fortín para artillería.
Nos acercamos a ver las dos. Una de ellas está cerrada y la
otra hoy día es un hotel. Estas fortalezas son bonitas desde el aire pues
suelen tener formas geométricas y forma de estrella. Son fortificaciones de
gruesos muros pero bajos, aptos para resistir los embates de los cañones.
Suelen tener grandes torreones en las esquinas que le dan la forma de estrellas
ideal para la colocación de las piezas de artillería.
Por el camino nos dio tiempo para tomar uno de los
excelentes cafés que suelen hacer en este país así como una crema (una especie
de tarrina de hojaldre con crema en el centro).
Ya tras esto nos volvimos para España y después a casa.
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