Este día tocaba bajar a Oviedo a ver a unos amigos de Luisa. Quedamos en el centro a dar una vuelta y ver la ciudad.
Nos encontramos cerca del campo de San Francisco. Desde aquí nos fuimos a ver la catedral. Luego nos fuimos por la calle Cimadevilla a ver el mercadillo de la plaza del Fontán y de Daoiz y Velarde. El barrio antiguo es bonito de ver y está bastante rehabilitado. Son curiosas todas las esculturas que hay a pie de calle representando a personajes de las novelas de Clarín como por ejemplo La Regenta. Esos personajes de la llamada ciudad de Vetusta. Dimos varias vueltas por el barrio antiguo y acabamos en no se si la calle Martinez Vigil o en la Gascona donde está todo lleno de sidrerías y nos tomamos unos culines.
Tras esto ya se hizo mediodía y subimos hacia lo que llaman el Naranco. Es un monte alto que hay junto a la ciudad y desde la cual se ve buena parte de la provincia. En la ladera hay un par de iglesias prerrománicas. Si no recuerdo mal se llaman Santa María del Naranco y San Miguel de Lillo. Paramos en la primera, pequeña pero de gran belleza. Es difícil verla por dentro pues tienen horarios muy reducidos. La segunda que es todavía más bonita no paramos por prisas.
Seguimos hasta arriba del monte donde hay unos prados arreglados como áreas recreativas. Allí también hay un Corazón de Jesús. El paisaje es impresionante. Se ve hasta la costa de Gijón, toda la ciudad y gran parte de las montañas.
Bajamos a comer al restaurante Buenos Aires que está en la ladera y tiene unas estupendas vistas de la ciudad. La parrillada de carne es excepcional. Es curioso que nos sentamos en una mesa y resulta que a mis espaldas hay un cuadro bodegón firmado con el mismo apellido que el mío; Agulló.
Después de comer, nos dimos un descanso en casa de los amigos y nos fuimos para casa.
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